Rolls-Royce Dawn

El Rolls-Royce Dawn es la apuesta de la marca británica para acercarse a un público más joven y atrevido. Este 'pequeño' descapotable es el modelo más desenfadado de la marca, y aunque mantiene intacto el espíritu de la firma, ofrece un diseño renovado y moderno que le aporta un enorme atractivo. Además, cuenta con una ventaja adicional, y es que este coche no está pensado para acomodarse en el asiento trasero, si no que la mejor forma de disfrutarlo es sentándose al volante. El Dawn, a pesar de su estética coupé, sigue conservando los estándares del superlujo, pero los ofrece al conductor de una manera mucho más sutil y divertida. El objetivo de este coche no es otro que acercar los valores de Rolls-Royce a clientes con un rango de edad bastante menor. El comprador medio de un Rolls se situaría en torno a los cincuenta años, pero la marca británica pretende rebajar esa cifra en una o dos décadas. Por otra parte, resulta llamativo el convencimiento de la marca, ya que no hay tantos jóvenes de treinta años que puedan desembolsar los 330.000 euros que cuesta de serie.

En cuanto al aspecto mecánico, este coche cuenta con un único motor a su disposición. Como ocurre con todos los Rolls-Royce, este propulsor cuenta con doce cilindros en V. En este caso tiene una potencia de 563 caballos, y es capaz de mover el Dawn con sorprendente facilidad. Las sensaciones en la conducción son buenas, aunque la suspensión resulta algo incómoda para un automóvil de estas características. En cualquier caso, el Dawn se mantiene firme sobre el asfalto y ofrece un rendimiento al alcance de muy pocos automóviles. En cuanto al diseño del Dawn, mantiene unas líneas alargadas y fluidas que aumentan el carácter imponente del coche. Sus elementos más característicos se han renovado para adaptarse a un estilo más moderno y menos tradicional, reforzando el espíritu juvenil que busca este coche. El frontal está dominado por la característica parrilla de líneas verticales y por la figura del 'Espíritu del Éxtasis'. Los faros cuentan con una forma irregular muy interesante, e incorporan tecnología LED de última generación. El lateral no ofrece demasiados detalles estéticos, pero cuenta con un sistema de apertura de puertas inverso al sentido de la marcha, un aspecto icónico de la firma inglesa. La parte trasera del coche también es sencilla y elegante, una característica impulsada por el diseño de los pilotos.

En cuanto al interior, poco se puede decir que sorprenda en un automóvil de estas características. El habitáculo cuenta con unos acabados intachables, realizados a mano por expertos artesanos que emplean los mejores y más exclusivos materiales del mercado. El equipamiento no podría ser más completo, y cuenta con sistemas de asistencia a la conducción y un sofisticado sistema de infotainment con varias opciones de conectividad. Los asientos, incluidos los traseros, cuentan con espacio suficiente para disfrutar del viaje, y ofrecen varios ajustes. El Rolls-Royce Dawn es una de las mejores creaciones de la marca en los últimos años. Combinar deportividad y superlujo en un vehículo de apariencia juvenil conlleva muchas horas delante de la mesa de dibujo, pero parece que lo han conseguido. De hecho, el resultado es tan bueno que no solo llamará la atención de los conductores más jóvenes. De hecho, cualquiera que pueda gastarse 330.000 euros en un coche, debería de tener en cuenta el Dawn.

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