50 años del Lamborghini Miura: una historia de pasión y talento

Cuando el talento se une y se pone a trabajar, el ser humano es capaz de inventar joyas como el Lamborghini Miura. Este año se cumplen 50 años de su lanzamiento, 50 años del primer superdeportivo moderno. ¡Felicidades!

La historia del Lamborghini Miura es la historia del talento, de los sueños, de la capacidad del ser humano para conseguir sus metas. El Miura nació casi de una manera clandestina y se terminó convirtiendo en uno de los coches más admirados, soñados y respetados del mundo. Cambió la manera de pensar en la época, provocó un buen susto a Enzo Ferrari y fue el germen de lo que hoy conocemos como Lamborghini. ¡Todo eso en un mismo coche!

Algunos lo llaman el padre de los superdeportivos modernos. Para otros es uno de los deportivos más bellos de la historia. Pero a nadie deja indiferente el Lamborghini Miura. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi uno por la calle, imagino que cualquier ‘petrolhead’ que me esté leyendo también lo recordará si ha tenido la inmensa suerte de toparse con él. El Miura combina diseño y tecnología: es como si se hubiesen alineado los planetas.

¿Por qué digo esto? Pues porque el Lamborghini Miura, en su nacimiento, juntó de manera casual a grandes nombres del automóvil italiano, talentos que se pusieron al servicio de Lamborghini: ¡cómo no iban a crear un gran coche!

Paolo Stanzani era un jovencísimo estudiante de ingeniería cuando entró en el universo de Ferruccio Lamborghini. Entonces la marca se dedicaba a construir tractores, pero el mandamás ya tenía en mente realizar su propio deportivo. Cuando Stanzani entró en Lamborghini, otro maestro de la ingeniería italiana ya formaba parte de la plantilla de la marca: Giampaolo Dallara.

Stanzani era un jovencísimo ingeniero sin apenas experiencia. Dallara era un reconocido ingeniero que había formado parte del universo Ferrari años atrás. Ambos empezaron a trabajar en el Lamborghini 350 GTV y las órdenes de Ferruccio eran claras: crear un gran turismo lujoso y deportivo. En 1963, se llevó a sus pupilos, Dallara y Stanzani al Salón de Londres de 1963 para que vieran como se hacen las cosas.

El ambiente de Lamborghini en esos momentos era de máxima creatividad. El nuevo proyecto estaba ya en marcha y podían arriesgar, debían arriesgar: “Si no cometemos errores significa que jamás crearemos algo realmente nuevo.” Comentaba Dallara.

El Lamborghini 350GTV, presentado en el Salón de Turín de 1963, fue el primero en montar el propulsor V12 de 3,5 litros y 359 CV que Bizzarrini había creado para Lamborghini por 4,5 millones de liras. El coche era un gran turismo, tal como quería Ferruccio, lujoso, elegante y tuvo una buena acogida.

Pero Dallara, que tenía la competición siempre en mente, quería demostrar al jefe que estaba equivocado, que Lamborghini necesitaba un deportivo de raza, un superdeportivo, un coche capaz de enfrentarse a cualquier circuito. Es curioso que Ferruccio, en el nacimiento de Lamborghini, dejó muy claro que no quería fabricar coches de competición: él solamente fabricaría coches de calle.

Dallara y Stanzani comenzaron el proyecto del Miura en secreto. El objetivo era crear algo tan bueno que hiciera cambiar de opinión a su jefe. En verano de 1965 se pusieron a trabajar y fue entonces cuando Dallara creo una de sus obras de arte: el chasis del Miura. Decidió probar la fórmula de motor central del Ford GT40 y funcionó, ¡vaya si funcionó!

Eso sí, los retos técnicos fueron notables. El principal: meter el enorme V12 en la parte trasera sin alargar el chasis ni dejando un habitáculo minúsculo. Dallara se puso manos a la obra y rápidamente obtuvo respuesta: meterían el motor el posición transversal.

Ferruccio Lamborghini era un gran amante de la tauromaquia y tras varias visitas a la finca de su amigo Eduardo Miura en Sevilla, decidió que su primer superdeportivo debía tener el nombre de unos toros a los que admiraba por su fuerza y su nobleza. En el Salón de Turín de 1965 nacía la estrella.

El golpe de efecto fue tremendo. El chasis del Lamborghini Miura que se mostró en Turín causó admiración y pavor entre sus rivales. Un chasis ligero, con un enorme V12 colocado en posición transversal, frenos de disco, etc. La tecnología estaba a la última y la guinda del pastel debía ser un diseño único y arrebatador.

Dallara es uno de los mejores ingenieros italianos del siglo XX. Marcello Gandini es uno de los mejores diseñadores italianos del siglo XX. ¡Cómo no! La unión del talento, de lo que te hablaba antes. Lamborghini encargó el trabajo a Bertone y allí es donde trabajaba este joven diseñador que creo su obra maestra, uno de los coches más bonitos jamás dibujados.

Nuccio Bertone era amigo de Ferruccio Lamborghini, por lo que parecía claro que el diseño sería encargado a esta firma italiana. En un comienzo, el proyecto fue a parar a Giorgetto Giugiaro, trabajador de Bertone en aquella época, pero pronto, en noviembre de 1965, ficho por Ghia y el proyecto pasó al joven Gandini, con solamente 27 años.

La influencia en aquellos días del Ford GT40 era enorme, pero este diseñador dotó al deportivo de una línea clásica, sin estridencias, elegante y deportiva a partes iguales. Atemporal. En el Salón de Ginebra de 1966 el Miura fue presentado con su preciosa carrocería: las peores pesadillas de Enzo Ferrari (con modelos tan alucinantes en la época como el Ferrari 275 NART Spider) se habían cumplido. Lamborghini había conseguido crear un superdeportivo verdaderamente alucinante.

El desarrollo dinámico del Miura fue largo y productivo, consiguiendo una puesta a punto que obtuvo grandes críticas por parte de la prensa y de los potenciales clientes. Era un coche rápido, ágil y con un comportamiento muy noble: el reparto de pesos casi perfecto, una rareza para la época, era parte del responsable. Bob Wallace fue el encargado de poner a punto a la máquina, un piloto neozelandés que había emigrado en los años 50 y que había participado en otros proyectos interesantes como el del Maserati Birdcage.

El marketing fue crucial en el caso del Miura y famoso es por todos la decisión de Ferruccio de llevar un Miura (junto con un 350GT) al casino de Mónaco durante el Gran Premio de 1966 (a día de hoy seguro que lo llevaría al Top Marques). El coche era precioso, pero todavía eran pocos los millonarios que lo conocían. El primer dueño privado del Lamborghini Miura fue alguien muy conocido, alguien que se enamoró del Miura nada más verlo y que no dudó ni un instante cruzar el Atlántico para conocer a Ferruccio y comprarle el coche: Jess Willard Marriott. Sí, el dueño de la cadena hotelera Marriott pagó 7,7 millones de liras por su Miura.

Cabe decir que los primeros Lamborghini Miura se ensamblaron en la planta que Bertone tenía en Grugliasco. Más tarde la producción se trasladó a Sant’Agata, aunque las carrocerías seguían llegando desde Bertone. El éxito del coche fue notable desde un comienzo: en mayo de 1968 ya se habían producido 200 Lamborghini Miura.

En 1969 nace el Lamborghini Miura P400S, una evolución tanto estética como mecánica del Miura del que se produjeron (aunque no está del todo claro) 140 ejemplares. En 1971 iba a nacer el Miura más salvaje: el Miura SV. Su motor alcanzaba los 385 CV y contaba con mejoras en el chasis y en la carrocería.

Dos versiones especiales nacieron sobre la base del Miura: el Miura P400 Jota fue el primero de ellos. Nació en 1970 cuando el jefe de desarrollo Bob Wallace decidió utilizar un chasis del Miura para realizar un prototipo que se pudiese homologar con el Apéndice J de la regulación de la FIA. Se utilizó para desarrollar el chasis y tras muchas pruebas se vendió a un particular. En abril de 1971 el coche sufrió un accidente en las afueras de Brescia y se incendió, dándose por perdido.

Más tarde, no fueron pocos los dueños del Miura que querían una versión más radical de su Miura. Lamborghini no quería asumir el coste de desarrollar una nueva versión, por lo que se decidió mejorar los SV ya existentes. Se realizaron cinco unidades del Lamborghini Miura SV/J, con mejoras en el motor, la suspensión y los acabados exteriores e interiores: tres se convirtieron desde SV ya existentes mientras que los otros dos se fabricaron desde cero. Hoy son los Lamborghini Miura más cotizados.

Hoy, 50 años más tarde, el Lamborghini Miura es un mito con ruedas, el resultado de la pasión y del talento de dos ingenieros y un fantástico equipo de trabajo. ¿El primer superdeportivo de la historia? Qué más da eso...