Arash AF10, el superdeportivo británico de 2.110 CV

¿Los 1.500 CV del Bugatti Chiron son pocos, en tu opinión? Aquí tienes el Arash AF10, con 2.110 CV.

Hay muchos coches hiperpotenciados este año en el Salón de Ginebra y, entre ellos, destaca el… Arash AF10. ¿Creías que íbamos a decir Bugatti Chiron? El sucesor del Veyron ‘sólo’ tiene 1.500 CV, nada que hacer contra los 2.110 del superdeportivo británico.

Es justo lo que estábamos buscando, un vehículo exageradamente potente y construido por un puñado de tipos en una nave industrial de Suffolk, Inglaterra, que es donde dan sentido a estas creaciones.

Posiblemente, la marca no te suene de nada. Es ocurrencia de Arash Farboud, propietario entusiasta de varios cochazos a quien, en su tiempo libre, le gusta fabricarse los suyos a su gusto. Vamos, lo que todos solemos hacer.

La firma empezó como Farboud Sports Cars, se renombró como ‘Farbio Sports Cars’ en 2007 y ahora es, simplemente, Arash. Y su última idea es la cuña de fibra de carbono que ves en las fotos, el AF10.

Se le conoce como ‘un monoplaza de Le Mans para la carretera’ y cuenta con más de 2.100 CV, estructura monocasco de fibra, subchasis de acero y motorización híbrida. Completa eso con puertas que se abren en diagonal y hacia arriba (como en cualquier coche que hayas visto en ‘Fast&Furious’), un alerón trasero fijo, uno delantero ajustable y llantas de magnesio con tuerca central.

Su grupo propulsor está formado por cuatro motores eléctricos (cada uno con su propia caja de cambios de dos velocidades, fabricada por Compact Dynamics, proveedores de la categoría LMP1 de Le Mans) y un monstruoso V8 de gasolina. ¿Cómo ha llegado el Arash AF10 a esa cifra de potencia? Cuestión de sumar: la mecánica térmica produce 912 CV, mientras que cada uno de los propulsores eléctricos da 300 CV y 271 Nm de par. Ponlo todo en una calculadora y obtendrás un número muy alto. Bueno, en el mundo real las cosas son un poco distintas, pero, incluso así, su creador cree que es alcanzable.

De hecho, es tan accesible que sus responsables piensan que este supercoche, con tracción total, alcanzará los 100 km/h en 2,8 segundos (como el Koenigsegg Regera) y una velocidad máxima superior a 320 km/h. Muy impresionante, teniendo en cuenta que la fuerza se gestiona mediante una transmisión que proviene de un Audi R8 de primera generación.

Así… ¿Debería ponerse a temblar la sagrada trinidad de superdeportivos híbridos (Ferrari LaFerrari, Porsche 918 y McLaren P1)? Bueno… todavía no. Básicamente, porque el coche que se ha mostrado en el Salón de Ginebra no tiene los motores montados: el grupo propulsor, las baterías y todos los chismes eléctricos estaban a la vista en el fondo del stand, no en el vehículo. Pero el señor Farboud estuvo raudo al apuntar que el Arash AF10 funciona “virtualmente” en las simulaciones por ordenador.

Su precio rondará los 1,4 millones de euros (hay una versión de carreras por 1,5 millones que viene con jaula antivuelco y sistema de extinción de incendios). Nos parece un poco excesivo para un modelo que no ha sido probado todavía. Sin embargo, Arash ha vendido 40 coches en el pasado, no es como si nunca hubiera puesto un vehículo sobre la carretera. ¿Alcanzará las cifras que promete? ¿O está destinado al cajón de los supercoches-que-se-vuelven-humo de Top Gear? La respuesta, en unos meses…