Opinión: así sería nuestro compacto ideal. ¡Mi compacto ideal!

Ni en la propia redacción nos pondríamos de acuerdo, así que ahí va mi propia interpretación: ¡nos vemos en el parque de los patos!

Elegir el coche ideal no es sencillo: cada uno tiene sus propios gustos y sus elementos indispensables en un coche. Elegir el compacto ideal es todo un reto y es que a día de hoy, parece evidente que este tipo de vehículos son la opción más sensata y racional para la inmensa mayoría de usuarios: tienen un tamaño de sobra para satisfacer las necesidades de espacio de la mayoría, dinámicamente pueden ir realmente bien y resultan más eficientes y eficaces que los SUV de 2017 o coches de un tamaño superior. Ahora bien, elegir cómo, de qué manera y con qué chucherías, ya es harina de otro costal.

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Soy fan de los coches con doble cara. Me explico: los nuevos chasis activos y suspensiones regulables permiten a los coches tener dos almas, dos maneras muy diferente de comportarse: cómodo en el día a día y deportivo y eficaz cuando quieres disfrutar de la conducción. Hay varios coches que funcionan sobre esa base, pero sin duda uno de los mejores ejemplos dentro del mundo de los compactos es el Seat León Cupra 2017. Sin duda, es uno de los coches más interesantes que hay en el mercado a día de hoy: imagen potente pero discreta, gran efectividad y unas prestaciones de primer nivel a buen precio. Así que sí, esa será mi base sobre la que empezar: ¡ah, pero con carrocería familiar! Para tener un extra de espacio muy interesante.

Mi compacto favorito debe tener un potente y eficiente motor de gasolina, algo tan bueno como el 2.0 TFSI del León Cupra, Golf R o Audi S3. 300 CV me parecen suficientes para pasarlo bien, pero la cosa no se puede quedar ahí, no puede ser tan fácil. Otro concepto del que soy fan es el de los coches híbridos enchufables: permiten utilizar el coche en modo eléctrico en el día a día, para ir a trabajar, sin gastar combustible, sin contaminar y sin ruidos, máximo relax. No obstante, por la otra cara de la moneda ofrecen un chute de par instantáneo que puede funcionar como un extra de potencia cuando buscas las máximas prestaciones. Por eso, a mi compacto ideal le colocaría un pequeño motor eléctrico, de unos 150 CV (podría ser  el mismo que monta el Audi A3 e-tron pero con algo más de chicha) y que permita unos 70 o 80 km de autonomía eléctrica.

Este motor eléctrico, además de ofrecer la posibilidad de circular en modo eléctrico en el día a día (y de paso sortear las futuras restricciones de tráfico por contaminación) y de ofrecer un extra de potencia en situaciones puntuales, ayudaría a rebajar el consumo medio del motor: por ejemplo, el otro día con un BMW 330e de 245 CV conseguí dejar la media en seis litros. Esa es la clave: utilizar la electricidad de la mejor manera posible para conseguir efectividad, diversión, ahorro y eficiencia. ¿Todavía pensáis que todos los híbridos son aburridos? Evolucionad.

Bien, ya tenemos la base y el motor. El chasis activo DCC del grupo Volkswagen funciona bien, pero yo le daría una vuelta de tuerca extra con la suspensión PASM de Porsche, con regulación de la dureza de los amortiguadores. Me parece más eficaz todavía. También endurecería algo la dirección, ofreciendo un modo normal relativamente ligero y un modo sport más duro y con esa sensación de saber lo que pasa bajo tus pies: la dirección de dureza variable del Volkswagen Golf GTI Clubsport, incluyendo su volante tapizado en alcántara, creo que podría ser una buena solución.

A la hora de ofrecer la máxima tracción posible, creo que optaría por la tracción integral simétrica DCCD del Subaru WRX STI: de lo más eficaz del mercado, incluso cuando hablamos de nieve, barro o otros elementos que dificultan el avance. ¡Ah! También le metería el eje trasero direccional, el diferencial electrónico E-Diff y la caja Getrac de doble embrague y 7 velocidades del Ferrari 812 Superfast. ¡Por pedir!

Puertas adentro, creo que a día de hoy Audi es un referente en cuanto a calidad de fabricación. Y dentro de la marca de los aros, hay un interior que me ha conquistado: el del Audi TT. Creo que esa sería mi elección, aunque con los asientos tipo backet del Porsche 918 Spyder terminados en fibra de carbono, más por estética que por reducción de peso. Por supuesto, contaría con todos los elementos de tecnología y conectividad que ofrece Audi, incluyendo el Virtual Cockpit y el equipo de audio Bang & Olufsen.

Prueba Audi TTS salpicadero

Creo que ya solo me quedan pocos detalles sin importancia. Por ejemplo, el escape debería ser contundente, dejando claro que estas ante un coche especial. Por ejemplo, el escape BMW M Performance, desarrollado junto a Akrapovic, podría ser un buen ejemplo. Dicho esto, me entran dudas sobre la mecánica: ¿y un seis en línea de BMW? La verdad es que el motor es increíblemente agradable, pero quizás sea demasiado para un compacto que busca la máxima eficiencia y eficacia. ¿Y el cinco cilindros del Audi TT RS? ¡Calla, tonto! Mente fría. Por supuesto, el peso es fundamental a la hora de realizar el proyecto y un motor más pequeño asegura un mejor ratio peso/potencia. Habría que utilizar materiales compuestos como la fibra de carbono o el magnesio en techo, capó, llantas, frenos y un interior con lo justo y necesario. Sería genial poder quitar y poner las plazas traseras, según necesidades.

En definitiva, elegir el coche ideal no es nada fácil, pero debe tener una serie de elementos que lo hagan cómodo, refinado y eficiente cuando simplemente quieres que te lleve del Punto A al Punto B, y tremendamente eficaz, potente y divertido cuando quieres disfrutar al volante, ya sea en un puerto de montaña o en un circuito. Incluso yo tengo muchas dudas de que haya elegido lo mejor, y probablemente otro día, en otro momento, cambiaría alguna que otra cosa. Pero hoy es lo que me ha salido: ¿cómo sería vuestro compacto ideal?

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