Este Ferrari 275 GTB/C cuesta 10 millones. ¡Y sí, los vale!

Realmente exclusivo y con un historial de competición abrumador. ¡Vale cada céntimo que cuesta! ¿O no?

Los diez millones de dólares que cuesta este Ferrari 275 GTB/C es mucho dinero, por ese precio te podrías comprar cuatro Bugatti Chiron, 40 Lamborghini Huracán Performante o incluso los dos Pagani Zonda LM que existen. Es mucho dinero, pero en este caso, más allá de llevarte un coche brutalmente exclusivo, uno de los 12 jamás fabricados y uno de los ocho con volante a la izquierda, te llevas una pieza de la historia de Ferrari, uno de los mejores Ferrari jamás fabricados y uno de los Ferrari con un palmarés de competición amateur de lo más interesante.

Y es que el Ferrari 275 GTB/C es un coche realmente especial. Para entender su historia tenemos que remontarnos a los inicios de Ferrari, con el Ferrari 166 MM Berlinetta y el paquete GT que le dotaba de una mejor capacidad para competir en competiciones de motor. Coches que eran utilizados tanto para correr en una carrera como para ir a buscar el pan, algo así como lo que sería un McLaren P1 LM en la actualidad. 

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Ferrari siempre se ha sentido muy cómodo con este tipo de coches, probablemente eran los coches más interesantes de la gama, ya que te permitían tanto competir como acudir a la fiesta de turno. El Ferrari 250 Mille Miglia, el 250 GT SWB Comp/60 y 61 y, por supuesto, el Ferrari 250 GTO, son buenos ejemplos. Una vez que la FIA no homologó el Ferrari 250 LM con motor central en la temporada de 1965, la marca decidió fabricar tres modelos especiales de competición basados en el nuevo Ferrari 275 GTB. 

El objetivo era crear una carrocería de aluminio extremadamente fina para ahorrar peso y un motor con las especificaciones del 250 LM. El más famoso de estos coches fue el utilizado por la Scuderia Ecurie Francorchamps en Le Mans, primero en su clase y tercero en general. Viendo el éxito del coche, en Maranello se decide producir una pequeña serie de 12 ejemplares del Ferrari 275 GTB/C (C de Competizione). Este es el coche que te puedes llevar al garaje, concretamente el ejemplar número seis. Con el chasis 09051, fue enviado a Scaglietti para recibir la carrocería el 6 de abril de 1966. En julio, el coche estaba listo, completando la serie de ocho ejemplares con el volante a la izquierda y terminado en color plata (Argento Metallizzato) con el interior de cuero negro.

El coche fue entregado nuevo a Renzo Sinibaldi, un entusiasta de la marca que había probado anteriormente el chasis 09007 en la Targa Florio. Sinibaldi quedó tan entusiasmado que compró uno y los resultados pronto llegaron: su primera participación fue en los 500 km de Mugello, terminando primero en su clase y séptimo en general. Sinibaldi participó con este coche en nueve pruebas más durante ese año, consiguiendo el tercer puesto en el Campeonato GT Italiano de 1966. 

El coche fue pasando de manos, pero Sinibaldi siguió compitiendo con el hasta 1968. En ese momento fue vendido a Alberto Federici: este piloto participó en el Trofeo Micangeli-Arezzo, la subida al Etna y el Trofeo Città di Orvieto, ganando las tres carreras. La última prueba del Ferrari 275 GTB/C, ya con tres años en su haber, fue en la Targa Florio de 1969, donde finalmente se retiró debido a un pequeño accidente. Desde ese momento, el chasis 09051 fue cambiando de manos y de país: primero viajó a Inglaterra y más tarde hizo las Américas, como muchos de los Ferrari de ‘pata negra’. 

En 2004 el coche cambió de manos por última vez y su propietario mostró su joya en varios concursos de elegancia, destacando el premio  de ‘Second in Class’ del Concurso de Elegancia de Pebble Beach, un hecho histórico al tratarse de un coche sin restaurar, consiguiendo 99 puntos. En 2013 el coche se restauró por completo en Maranello, incluyendo una reconstrucción completa de la mecánica. Las pruebas finales confirmaron sus brutales cifras para la época: 333 CV a 7.800 rpm.

El actual propietario se ha gastado más de 800.000 dólares en la restauración de esta joya y es previsible que los mejores coleccionistas de Ferrari se peguen bofetadas para terminar con esta maravilla en su garaje. Es caro, sí, pero es uno de esos coches especiales que forman parte de la historia de Ferrari y cuyo precio se mide más allá de lo que significa un coche, su precio se mide en el terreno de las obras de arte. Y tú: ¿Pagarías esa fortuna por un coche así? Si estás decidido, podrás acudir a la subasta del Concurso de Elegancia de Pebble Beach y pujar por este tesoro sobre cuatro ruedas.

Fuente y fotos: Hemmings