La guía de concepts de Top Gear: Bugatti EB 18.4, el padre del Veyron

El sueño de Ferdinand Piëch de construir un hiperdeportivo de 400 km/h empezó a tomar forma aquí.

El Bugatti EB 18.4 siempre será el prototipo del Bugatti Veyron, un concept car que quedó completamente eclipsado por la llegada de la versión final de producción. ¿Cómo no iba a quedar eclipsado? Las cifras del Bugatti Veyron siguen asustando a día de hoy: 1.000 CV, 400 km/h, 12 minutos para arrasar con el depósito de combustible, ocho litros, cuatro turbos y dieciséis cilindros. ¡Una barbaridad!

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Ferdinand Piëch, mandamás del Grupo Volkswagen a finales del Siglo XX lo tenía claro: ¡había que producir un deportivo que diese un golpe encima de la mesa! Un coche que alcanzase los 1.000 CV y superase la barrera de los 400 km/h. El reto era enorme, pero la marca se puso manos a la obra y este Bugatti 18.4 Veyron Concept fue la primera muestra palpable de que la cosa iba en serio.

Este prototipo del Bugatti Veyron mantiene muchas similitudes con el modelo final de producción, salvando algunas diferencias. El Bugatti EB 18.4 Concept es elegante y proporcionado, con grandes llantas y la clásica combinación de colores bi-tono. Cuando este coche se presentó, en los talleres de Bugatti la cosa estaba ya adelantada, aunque finalmente el coche necesitaría mucho tiempo para poner a punto todo el arsenal tecnológico que incorporaba.

Este ejercicio de estilo que anticipaba las formas del Veyron, se conformaba con una caballería muy inferior a la del modelo final de producción. Bajo el capó, el Bugatti EB 18.4 montaba un enorme (gigantesco) motor de 18 cilindros y 6,3 litros que producía 555 CV y 650 Nm de par. Cifras más que razonables para un deportivo de los 90 pero que el Veyron se encargaría de mandar al cajón de los recuerdos. De un plumazo.

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Incluso con 18 cilindros, este Bugatti no pudo contra el McLaren F1 para convertirse en el vehículo de motor atmosférico más potente del momento. Aún así, Bugatti prometió, durante su presentación en el Salón de Tokyo de 1999, unas prestaciones de infarto para la época: de cero a cien en 4,2 segundos y una velocidad máxima de 350 km/h. Si esa aceleración te parece poca cosa para un superdeportivo de tracción integral, hay un factor más en esta ecuación: ¡un cambio manual de cinco velocidades! Lo vemos en las fotos y casi nos parece ver un dinosaurio en medio del salpicadero. ¡Qué tiempos!

El padre del Veyron ha envejecido bien, apoyado en una estética que el Veyron mantuvo vigente hasta hace cuatro días, cuando el Bugatti Chiron tomó el relevo. Es evidente que el Bugatti Veyron fue un coche que cambio el concepto de los coches de altas prestaciones. Cumplió su función, la de dejarnos a todos con cara de tonto, por eso, su prototipo, su embrión, no podía faltar a nuestra particular fiesta de prototipos, junto con otros como el Aston Martin Bulldog o el Nissan Skyline GT-R de 2001