Viejas glorias: esta es la historia del Lamborghini Countach

El Miura sorprendió. El Countach consolidó. Así nació este icono del Siglo XX.

Hace un tiempo te hablaba de la historia del Lamborghini Miura, uno de los mejores coches del Siglo XX y la mejor carta de presentación posible de una marca como Lamborghini. Sí, el Miura supuso el primer tembleque serio de piernas que sufría Enzo Ferrari, un coche que marcó un antes y un después y que se ha considerado como uno de los diseños más bellos de todos los tiempos, sin duda, el mejor ejemplo de que cuando se junta el mejor talento, como Gandini o Dallara, las cosas salen bien.

El Miura era la piedra angular de Lamborghini, pero el mundo avanzaba y la marca necesitaba modernizarse. A finales de los 60 nacía el Ferrari 365 GTB/4, más conocido como Ferrari Daytona. Un nuevo deportivo con el que Ferrari daba un gran paso hacia adelante, manteniendo su motor delantero y un habitáculo refinado ofreciendo un nivel de prestaciones de primera gracias a su V12 Colombo de 357 CV capaz de alcanzar los 280 km/h y realizar el cero a cien en 5,4 segundos. Lamborghini debía mover ficha y debía determinar cuál sería su rumbo de futuro: crear un GT o seguir por el camino de los superdeportivos que había iniciado el Miura.

Obviamente, fue lo primero: Lamborghini debía diferenciarse de Ferrari, ofrecer un producto más radical, más salvaje, más emocionante, más inapropiado. Gandini, bajo el paraguas de Bertone, fue de nuevo el encargado de dibujar el primer prototipo del Lamborghini Countach. Todavía se escuchan los sonidos de asombro que se produjeron en el Salón de Ginebra de 1971 cuando se presentó el Lamborghini Countach LP500, el primer prototipo del nuevo estandarte de la marca. Era afilado, imposible, brutal: parecía una nave espacial, hacía viejo al Daytona desde el primer minuto.

No obstante, no todo fueron buenas noticias: ese diseño extravagante y brutal no tuvo en cuenta algunos detalles, como por ejemplo la alimentación de aire de la mecánica y su correcta refrigeración. Pero al final eran detalles que se podían pulir y mejorar, lo importante estaba hecho: habían conseguido sorprender tras el Miura y detalles como las puertas verticales recordaban claramente a otro trabajo de Gandini, el Alfa Romeo 33 ‘Carabo’ de 1968. Era eso: un prototipo con matrícula .

Una vez presentado el prototipo, Gandini y los ingenieros de la marca se pusieron manos a la obra: tenían que llevar esa locura a los concesionarios. El trabajo duró tres años y se modificaron varios elementos, especialmente con la incorporación de nuevas tomas de aire: el prototipo no sobrevivió, ya que se utilizó en un test de choque para su futura homologación en términos de seguridad.

En 1974 se entregaba el primer Lamborghini Countach de producción y empezaba su vida con la denominación LP400. Bajo el capó, en posición central trasera, se encontraba un motor V12 montado en posición longitudinal, con 3.929cc y 370 CV de potencia. En un principio iba a montar una versión revisada con la cilindrada aumentada hasta los cinco litros, pero finamente, en los primeros Countach, se optó por la misma mecánica de cuatro litros del Miura. Al comienzo, todos los Countach montaban seis carburadores Weber, hasta la llegada del 5000QV y su inyección Bosch K-Jetronic.

Estéticamente, el Lamborghini Countach era espectacular: afilado, con un habitáculo colocado muy adelantado y una visibilidad interior prácticamente nula. No se buscaba un coche práctico, se buscaba un coche brutal, rápido y eficaz. En 1978 nacía el Lamborghini Countach LP400S, una versión mejorada (al menos estéticamente) con neumáticos más anchos, nuevos pasos de rueda ensanchados y la posibilidad de colocar el mítico alerón trasero en forma de V. Los nuevos elementos empeoraron la penetración aerodinámica del coche, los neumáticos más anchos provocaban más resistencia por rodadura y la mecánica no tuvo cambios. ¿El resultado? Unas peores prestaciones que en el LP400 original.

Esto se solucionó en 1982 con la llegada del Lamborghini Countach LP500 S: el motor fue el protagonista de esta mejora, con un aumento de la cilindrada hasta los 4.754 cc. La potencia seguía siendo la misma, pero se mejoró el par y su respuesta, recuperando las prestaciones originales del LP400: esta versión fue utilizada como Safety Car en el Gran Premio de Mónaco entre 1980 y 1983, ¡gran estrategia de marketing!

No obstante, Ferrari no se iba a quedar con los brazos cruzados y movió ficha de manera contundente: en 1984 nacía el Ferrari Testarossa. Contaba con inyección electrónica y era capaz de rozar los 300 km/h. Sin duda, un jaque en toda regla para el Lamborghini Countach. Apenas un año después, en 1985, se presentaba la versión más interesante del Countach: el motor sufrió su gran cambio, con un aumento de la cilindrada hasta los 5.167 cc y la incorporación de cuatro válvulas por cilindro. Nacía el Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole, o 5000 QV para los colegas. Los carburadores fueron colocados en lo alto del motor, lo que hizo que la visibilidad trasera se redujera todavía más. El diseño también sufrió algunas novedades que modernizaban ligeramente su aspecto: los últimos ejemplares empezaron a utilizar la inyección electrónica Bosch K-Jetronic, aunque en Europa se mantuvieron los carburadores hasta el Lamborghini Diablo.

Con 455 CV, Lamborghini volvía a colocarse por delante en cuanto a potencia. El 5000 QV fue un éxito comercial, que fue seguido por el espectacular Lamborghini Countach 25 aniversario, quinta y última versión del Lamborghini más afilado de la historia. Se desarrollo con la colaboración de nombres ilustres como Horacio Pagani y fue el primer coche en el que se empezó a barajar la posibilidad de utilizar materiales compuestos como la fibra de carbono: esta finalmente se utilizó en varias piezas tanto de la carrocería como en el interior. El Countach 25 Aniversario es el último Countach y, probablemente, el mejor. El motor se mantuvo sin cambios, manteniendo el V12 de 5.2 litros y 455 CV. 

En 1990 llegó su sustituto, el Lamborghini Diablo, del que hablaremos en otra ocasión y con él, terminó la vida del Lamborghini que marcó el rumbo de esta empresa hasta nuestros días: hoy, el Lamborghini Aventador S, mantiene esa estética brutal, afilada, con motor trasero y un habitáculo angosto y sin concesiones. El Lamborghini Countach fue la piedra angular de Lamborghini para crecer como marca y para ganarse la fama de constructor de superdeportivos. Sí, el Miura fue el impacto, el Countach fue la confirmación y probablemente la llegada del Grupo Volkswagen a la marca fue la clave del éxito que conocemos hoy. Un coche que debemos adorar, ya sea nuestro estilo o no: ¡es parte importante de la historia de los superdeportivos!