¿Preparado para babear? Echa un vistazo a este BMW M1 Procar único

BMW M1 Procar SL
Si no te hace querer un M1, devuelve ahora mismo tu carné de petrolhead.

Texto: Craig Jamieson

¿Recuerdas cuando te hablamos del BMW M1 Procar (si la respuesta es no, pincha en el link)? Entonces estaba listo para ser subastado y asumimos que entraría en una colección privada… para reaparecer de nuevo cuando la etiqueta de su precio mostrara una cifra aún más alta.

Pero no, querido lector. El único BMW M1 Procar homologado para rodar por carretera ha vuelto y no está a la venta. Siendo una pieza tan especial, brillará en el McCall’s Motorworks Revival de Monterey (California), una especie de Goodwood Revival, pero con menos lords y casas de campo y más gente que dice ‘vale, tío’.

Oh, habrás notado que hemos escrito ‘el único BMW M1 Procar homologado para rodar por carretera’. Eso es porque este vehículo siempre estuvo destinado a las carreras; de hecho, se diseñó a propósito para competir en el Campeonato BMW M1 Procar (un nombre muy adecuado).

En este certamen, quizá el más alucinante que ha acompañado nunca a la F1, Procar enfrentaba a los mejores pilotos de varias disciplinas (incluyendo la mencionada F1, pero también del Europeo de Turismos y del Mundial Sportscar, precursor del Mundial de Resistencia) en coches idénticos; la participación en el campeonato estaba basada en el éxito conseguido en tu especialidad. Quería encontrar al mejor piloto, no a aquel con el mejor vehículo.

Resultó que los más rápidos eran los que venían de la F1: Niki Lauda y Nelson Piquet lograron sendos títulos. Y hay que tener en cuenta que la mitad de los integrantes de la parrilla no podían tomar parte en estas carreras debido a las cláusulas que les prohibían estar al volante de un BMW o emplear neumáticos Goodyear.

Comparado con el BMW M1 de calle, el Procar era un coche de carreras muy basado en uno de producción. Se quitó el interior, los cristales se sustituyeron por plásticos y se incluyó una jaula de seguridad. Los pasos de rueda crecieron para acoger unos neumáticos con 280 mm de ancho en el eje delantero y 320 en el posterior. Un spoiler y un alerón trasero ajustable completaban el paquete aerodinámico.

Contaba con un motor de seis cilindros y 470 CV: era el mismo 3.5 de 280 CV, pero llegaba a las 9.000 rpm. Con estas modificaciones, un M1 Procar pasaba de 0 a 100 en 4,3 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 305 km/h. Homologarlo para las carreras implicaba una producción de 40 unidades, pero la que ves aquí, la número 31, nunca pisó un circuito (suele ocurrir con los clásicos, ¿verdad?).