5 coches que no desearías ni a tu peor enemigo

Si se te ponen a tiro, date media vuelta, corre y no mires atrás.

Cuando hablas de coches tan malos que no desearías ni a tu peor enemigo los gustos o tus propias experiencias marcan y mucho. Esta es una lista bastante personal, aunque yo suelo ser de los que intenta ver la cara positiva de todo tipo de coches, aunque sean malos a rabiar. A continuación podrás ver desde coches tremendamente feos (aquí tienes los 5 coches más feos de la historia) hasta vehículos con los que no podrás adelantar a un tractor ni en bajada. 

Mahindra Goa

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El Goa parece un blanco fácil, ¿verdad? No te vamos a decir que no. El caso es que si consigues ver alguno en la calle, igual hasta te parece "no-feo". No es como un Tata Aria o algún modelo de esos raros que te dan ganas de arrancarte los ojos. Si te montas, puede que incluso te parezca espacioso y sus asientos, hasta cómodos.

Pero la experiencia que tenemos en la redacción con él es de todo menos positiva. Para empezar, corre. Mucho. Demasiado. Esto es guay para un Lamborghini Aventador, pero no para un modelo como este que no frena, no gira y 'no se tiene'. Tampoco te gustará la calidad de acabados. No es que sea mala; es nula. Al girar la ruleta del aire acondicionado, es probable que te quedes con ella. Y que, si sigues haciendo la gracia sacando las demás, el panel que recubre la consola central se te va a caer. Eso nos paso a nosotros justo después de que el plafón de luz interior decidiera hacer puenting. Piensa a alguien saltando desde un puente con una cuerda, y sabrás a lo que nos referimos. Lo único, cambia la cuerda por unos cables y el puente por el techo del coche. 

Entonces, ¿no tiene nada bueno? Sí, al menos dos. Una, si vas a darle un uso intensivo en campo y estas tonterías te dan lo mismo. Dos, tiene puertas. Para que las abras y salgas corriendo.! 

Nissan Micra Ágata Ruiz de la Prada

Una vez en mi vida he sentido vergüenza en un coche y esa vez fue cuando tuve que ir a recoger a Nissan un Micra Ágata Ruiz de la Prada de prensa. Además de ser un coche al que no tengo demasiado aprecio por su diseño o su comportamiento dinámico, se suma una combinación de colores realmente llamativa y poco agraciada, salvo que te llames Rossi de Palma o quieras ser más cool que Leticia Sabater. Afortunadamente para el mundo, se trataba de una unidad única y al parecer no se puso a la venta: habría que ser masoquista para comprar algo así.

Ni en Porsche se salvan:

 

Dacia Lodgy

Entiendo los que se compran un Dacia: son coches baratos, nuevos y que te permiten ir del punto A al punto B. No obstante, me imagino la escena de un Dacia Lodgy, con siete personas dentro (sumando unos 600 kg extra) y el motor 1.6 gasolina atmosférico subiendo un puerto de montaña y, sinceramente, me entran sudores fríos. Además, estéticamente no es demasiado agradecido y la calidad de los materiales es la que puedes esperar. No me cabe duda: si tengo que comprarme un coche de siete plazas, mejor acudir al mercado de segunda mano.

Fiat Multipla

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Siempre considerado como el coche más feo del mundo, yo sigo pensando que este vehículo es un avanzado a su tiempo. Estoy bastante convencido que en el futuro será un clásico, pero hay que reconocer que es un coche con muchas pegas, demasiadas. El diseño exterior posiblemente sea lo más destacable, pero hay más: el interior, de seis plazas, es muy bueno por habitabilidad, pero el diseño y disposición de los mandos es también una auténtica locura. Los plásticos y los fallos de fiabilidad hacen que el Fiat Multipla sea un coche más bien poco deseado, salvo para frikis muy frikis que solamente lo quieran por su peculiar imagen.

SsangYong Musso

SsangYong ha mejorado mucho últimamente en términos de calidad y fiabilidad, pero sinceramente, si hay un coche que no desearía ni a mi peor enemigo ese es el SsangYong Musso. Este gran todo terreno era un despropósito lo mires por donde lo mires. Nació en el año 1993 y su diseño era, por decirlo amablemente, feo a más no poder. Nada en este coche da una sensación de calidad, los plásticos del interior se caen a pedazos y la fiabilidad brilla por su ausencia. Además súmale motores poco potentes y un peso propio de un todo terreno. ¡Menudo marrón!