5 motivos por los que deberían volver los faros escamoteables
Si te gustan los coches de verdad y aprecias cada línea integrada en su diseño, seguro que echas de menos los vehículos de los que trata el artículo de hoy. En la galería superior tienes los 5 motivos por los que deberían volver los faros escamoteables... si es que necesitas alguno más que el mero hecho de que molan muchísimo.
Todos estaremos de acuerdo en que los vehículos actuales tienen diseños realmente espectaculares: algunas de las novedades del Salón de Detroit 2017 y de los coches que llegarán en 2017 son buena prueba de ello, pero... ¿no crees que les falta algo? Hay quien lo llama esencia deportiva, hay que lo llama alma... nosotros lo llamamos faros escamoteables. Como los del primer Honda NSX -¿conoces el modelo 2016, uno de los deportivos japoneses más míticos?-, el Ferrari F40 o alguno de los Porsche que puedes comprar por menos de 20.000 euros.
Desaparecidos tristemente en la década de 1990, la viabilidad de este tipo de ópticas se vio truncada por sus dos principales puntos débiles: resultaban tremendamente antiaerodinámicas cuando se circulaba con ellas fuera y además resultaban un peligro añadido en caso de atropello a un peatón. Pero quizá esas dos cositas de nada -bueno, vale, eran asuntos importantes- podrían haberse mejorado sin eliminarlos de un plumazo, ¿no crees? Tenían muchas otras ventajas, como que protegían las lentes de picotazos y golpes cuando éstas estaban escondidas... y unas cuantas más que encontrarás en la galería con los motivos por los que deberían volver los faros escamoteables.
Hoy nos hemos levantado melancólicos. Y no estamos hablando de los dolores intestinales que te obligan a hacer una visita a urgencias -por tu propio pie o en una ambulancia conducida por Sebastian Vettel, por ejemplo-, sino de ese sentimiento de tristeza que te invade cuando te das cuenta de que cualquier tiempo pasado... fue anterior. Por eso te hemos preparado un listado con los motivos por los que deberían volver los faros escamoteables. Para que entre todos hagamos presión a las marcas. Yo ya he conseguido que me hagan algo de caso: cada vez que me acerco a la sede de Porsche dos señores de seguridad me hacen compañía mientras llegan los efectivos de la ley -aquí tienes los mejores coches de Policía del mundo-... qué majos.
