Todas las generaciones del BMW M5. ¡La mejor berlina del mundo!

Historia que te gustará. En serio.

Pasión, talento y la respuesta perfecta a una exigencia del mercado. Pero a una exigencia de las guapas: así es la historia del BMW M5, una de las berlinas deportivas más célebres nacida para sacarle los colores a su homólogo de Mercedes, el 190 E Evo II. Sí, el mismo con el que Ayrton Senna estrenó el circuito de Nürburgring -aquí los datos que debes saber de él- en el año 1984. ¿Te interesa? ¡Sigue leyendo!

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La primera solución fue el BMW M535i, que llegó en 1984. No obstante, BMW ya preparaba algo para hacer callar a los seguidores de Mercedes y que iba a dar protagonismo a su división más deportiva: BMW Motorsport. Un año más tarde llegó el primer BMW M5, el primero de muchos: cinco generaciones han visto la luz de una berlina que se ha ganado el respeto de todos: el año que viene debería llegar la sexta generación del BMW M5 y hay algo que seguirá compartiendo con el primer BMW M5: su capacidad para divertir al volante. 

BMW M5 E28 1985

BMW M5 E28

BMW se dio cuenta muy rápido que el M535i no era suficiente y muy pronto desarrollaron el primer BMW M5: se trataba de un BMW M535i con el motor M88 de seis cilindros y 3,5 tomado directamente del BMW M1 bajo el capó, eso sí, con ligeras modificaciones para optimizar su rendimiento y adecuarlo a las necesidades de una berlina: con 286 CV era capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 6,5 segundos y alcanzar los 250 km/h. En 1985.

Contaba además con suspensión independiente, estabilizadores en ambos ejes, frenos ventilados con pinzas de cuatro pistones y un interior lujoso y refinado: ¿qué más se podía pedir? A finales de 1987, BMW ya había producido de manera artesanal 2.200 ejemplares, hoy es un objeto de coleccionista. ¡Cómo no iba a serlo!

BMW M5 E34 1988

BMW M5 E34

En 1988, un gran año, llegó la segunda generación del BMW M5: más potente y más radical. La cilindrada del motor aumentó hasta los 3,6 litros y la potencia hasta los 315 CV convirtiéndose en la berlina más rápida del momento: aceleraba de 0 a 100 en 6,3 segundos. Poco después, la mecánica fue modificada para alcanzar los 3,8 litros y la potencia subió hasta los 340 CV: rebajó la aceleración en cuatro décimas, necesitando solamente 5,9 segundos. Un auténtico tiempazo para aquellos tiempos: un 520i necesitaba 12 segundos para completar la misma aceleración.

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Además, por primera vez, se ofreció también con carrocería familiar: el BMW M5 E34 era mejor en todo, gracias especialmente a su suspensión adaptativa, la transmisión manual de seis velocidades o el diferencial trasero bloqueaste. En 1995 nació una versión más radical bautizada como ’Nürburgring’. Se vendieron 11.000 BMW M5 E34, un notable éxito de ventas.

BMW M5 E39 1998

BMW M5 E39

Debo confesar que todavía recuerdo leer las pruebas del BMW M5 E39 y desde entonces se ha convertido en una de mis berlinas favoritas. Su aspecto era más agresivo que sus antecesores, que eran auténticos lobos con piel de cordero. Su paragolpes rediseñado, los nuevos retrovisores, la cuádruple salida de escape, las llantas de 18 pulgadas: todo tenía un sabor más racing. Bajo el capó, el seis cilindros en línea se sustituyó por un V8 de 5.0 litros que enviaba 400 CV a las ruedas traseras mediante una caja de cambios manual de seis velocidades. Pura diversión.

Las prestaciones se ponían ya muy serias: era capaz de acelerar de cero a cien en menos de cinco segundos y la velocidad máximo se limitó a 250 km/h. El BMW M5 E39 fue un éxito de ventas, con más de 20.000 unidades vendidas hasta el año 2003.

BMW M5 E60 2004

BMW M5 E60

El BMW M5 E60 probablemente sea la berlina con el motor más apasionante jamás creado: utilizaba un V10 puesto a tono por expertos de Fórmula 1 que fue considerado como el mejor motor en el año 2005 y 2006. Su sonido es agudo, impactante y su comportamiento, explosivo. Con 507 CV asociados a una caja automática secuencial de siete velocidades, el BMW M5 E60 puso las cosas muy difíciles a sus rivales. Contaba con un chasis reforzado, amortiguadores variables y un diferencial trasero inteligente. El M5 podía acelerar de cero a cien en 4,7 segundos y, a diferencia de su antecesor y recuperando la esencia del E34, recuperaba la versión familiar. Se vendieron 20.500 ejemplares, una cifra muy similar a la de su antecesor.

BMW M5 F10 2011

BMW M5 F10

La penúltima generación del BMW M5 llegó en 2011 y dejó de un lado los diez cilindros para regresar a un V8 muchos más eficiente. Gracias a la sobrealimentación, su rendimiento era espectacular: 560 CV y un 0 a 100 en apenas 4,3 segundos. La velocidad máxima estaba limitada, cómo no, pero si ese detalle, podría superar los 300 km/h. La versión que en 2015 celebraba el 30 aniversario del M5 alcanzó los 600 CV, convirtiéndose en el M5 más brutal de la historia.

BMW M5 F90 2017

BMW M5 F90

La más reciente iteración del mito es el BMW M5 2017 y acaba de ser presentado con unos cuantos argumentos para ser considerado una de las propuestas más interesantes para todo petrolhead con necesidad de viajar en familia: un bloque V8 de 4,4 litros que eroga 600 CV y 750 Nm de par máximo a las cuatro ruedas, un 0-100 de 3,4 segundos... y una punta limitada electrónicamente a 250 km/h. ¿No te convence demasiado? El coche puede transformarse en uno de propulsión al desconectar el control de estabilidad. Sí, eso significa que enviará los 600 potros desbocados al tren posterior con sólo pulsar un botón. No es magia, ¡es ciencia!