La idea restomod de la semana: BMW 2002 con el motor de un M3 E46

El primer sedán deportivo de BMW debería recibir el alma de un autentico deportivo.

Probablemente jamás hayas escuchado la palabra restomod. Si es tu caso, hoy vas a ser un poquito menos ignorante: se trata de un acrónimo de restored y modified. Es decir, pillar un clásico y restaurarlo por completo, pero en lugar de dejarlo en su estado original, lo más conveniente normalmente, se le realizan una serie de modificaciones bien para mejorarlo o bien para modernizarlo. ¡Es el caso que hemos pensado para este espectacular BMW 2002!

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Sin duda, el BMW 2002 ha envejecido muy bien: hoy luce como un sedán simpático pero siempre con el aura de deportividad que algunas versiones especiales, como el BMW 2002 Tii Turbo, han aportado a esta berlina. Algunos lo consideran como la primera berlina deportiva de la historia, tal como se podría entender hoy a un BMW M3, para otros no es más que una berlina bonita que luce un aspecto bondadoso. ¡Hasta hoy!

Y es que emulando a grandes especialistas en la materia, como los Porsche 911 de Singer o los Toyota FJ de Icon, hemos decidido imaginar cómo sería nuestro restomod de un BMW 2002, una manera de mantener todo su encanto pero a su vez mejorarlo en todos los aspectos, con el objetivo muy claro: crear una máquina de diversión y de pasión por la conducción más auténtica. 

Para empezar, los 100 CV del motor del BMW 2002 se nos quedan cortos, incluso los 170 CV de la versión turbo. Así que nos pusimos a pensar en un posible sustituto, no tardamos mucho: el seis cilindros en línea del BMW M3 E46 parecía la mejor opción: compacto, explosivo y no muy caro. Además, sus 343 parecían más que suficientes para mover con brío la tonelada de peso y los 2,5 metros de plataforma del 2002, algo más grande que un Peugeot 205 GTi.

Para que el comportamiento no sea una pesadilla, parece necesario acometer una profunda revisión de otros elementos importantes que pueden afectar en este apartado. Por ejemplo, las suspensiones de serie no están mal, son un buen punto de partido, pero si queremos un coche realmente bueno, hay que hacer cambios: la suspensión trasera se podría sustituir por una suspensión independiente proporcionada por un BMW Serie 1, mientras que delante se optaría por una MacPherson con nuevos amortiguadores.

Los frenos son otro apartado esencial: los frenos traseros de tambor se sustituirán por nuevos frenos de discos. Las nuevas llantas, más grandes, se encargarán de tapar las pastillas de freno proporcionadas por Brembo, algo más grandes en el eje delantero. La transmisión será la misma que venía con el motor, una caja manual de seis velocidades apoyada por un diferencial de deslizamiento limitado y una relación de marchas ligeramente modificada: la transmisión original habría muerto en segundos lidiando con 340 CV.

Por supuesto, se tendría que revisar el chasis, así como instalar neumáticos algo más anchos. El alerón trasero aportaría un extra de downforce más que bienvenido (mentira, pero ¿a que es bonito?). También se debería instalar una jaula de seguridad sencilla y forrada en cuero (lo sentimos Singer, es que tenéis muy buenas ideas). Por supuesto, se instalaría un sistema de calefacción y aire acondicionado a la altura, así como una tapicería nueva y unos asientos capaces de ser regulados.

Si finalmente alguien encuentra nuestra idea interesante y quiere llevarla a cabo (por ejemplo, algún magnate bancario), le podremos ofrecer otro tipo de mecánicas que quizás se puedan ajustar más a sus necesidades, como por ejemplo el tres litros del BMW 330i E46 de 231 CV o incluso el seis en línea del BMW 335i E92, con 306 CV. Visto así, parece algo serio, ¿no te parece? Pena de pobreza…