A subasta un Rolls-Royce Phantom I muy especial por 770.000 euros

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El Rolls-Royce Phantom I a subasta que ves en las imágenes guarda un museo en su interior. Fabricado en 1926 se inspira en un carruaje francés de María Antonieta.

Bonhams sacará a subasta el próximo 4 de diciembre en Londres, un coche único y espectacular. El Rolls-Royce Phantom I a subasta fue construido en el año 1926, para el hombre de negocios Clarence Gasque. El precio estimado de la venta se sitúa entre los 470.000 y los 770.000 euros. Un coche inglés, pero con estilo francés en su interior. Poco tiene que ver con el Rolls-Royce Phantom que veremos en 2018.

El acaudalado empresario, director financiero de los almacenes Wolworth, decidió adquirir este vehículo para hacerle un regalo muy especial a su mujer, Maude Gasque. Esta tenía una verdadera pasión por la historia y el diseño francés del siglo XVIII y por eso encargó este coche con un interior completamente hecho a mano y con temas de estilo francés.

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Una de las directrices que dio su afortunado comprador a la fábrica de Rolls-Royce fue que el interior del vehículo fuera más grande y lujoso que el del Rolls Silver Ghost hecho para un compañero de la propia empresa Wolworth. La otra era que no había límite en el presupuesto. El carrozado se encargó a la empresa Charles Clark and Sons establecida en Wolverhampton.

La empresa se inspiró en el diseño de una carroza de María Antonieta que se conserva en el Victoria y Albert Museum. El resultado del trabajo de los carroceros fue espectacular, casi tanto como su precio. El precio total del coche fue de unos 7.600 euros, de los que 5.200 se gastaron en decorar su interior. Como referencia, una casa en esa época por aquella zona costaba en torno a los 585 euros. Los artesanos de la empresa Aubusson, fabricantes de alfombras en Francia, pasaron nueve meses trabajando en una tapicería para los asientos traseros y su coste fue de 590 euros.

El coche llegó a ser conocido como el ‘Fantasma del amor’, en parte por sus querubines desnudos que ocuparon un lugar destacado en el interior y que aparecen en las escenas pintadas en el techo. La iluminación adicional se ocultó detrás de la cornisa tallada y dorada del techo. El mueble bar está situado en la parte delantera frente a los ocupantes del vehículo.

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El coche también contaba con un pequeño reloj artesanal y con dos jarrones de porcelana francesa que contienen flores de metal y esmalte dorado. En honor del origen francés de la familia Gasque, Barnett diseñó un escudo de armas de imitación a petición de su cliente, que se aplicó sobre las puertas traseras.

Lamentablemente, Clarence murió en 1928 y en 1937 su mujer Maude guardó el coche en un almacén. Ella vendió el coche en 1952 al coleccionista de coches de Rolls-Royce Stanley Sears, y posteriormente pasó por las manos de varios entusiastas de coches de colección en Japón y Estados Unidos antes de regresar al Reino Unido.

Ejemplar único y bien documentado, es uno de los mejores ejemplos del arte y la artesanía aplicada a un automóvil. El ‘Fantasma del amor’ será subastado el próximo 4 de diciembre en una reunión preparada por Bonhams en su sede de Londres. ¿Quién se llevará este museo de cuatro ruedas a casa?