Rolls-Royce en el Salón de Ginebra 2017: diamantes y moda

El mundo de los ricos no es igual que el del resto, definitivamente.

Este año, no vas a ver un modelo nuevo en el stand que ha preparado Rolls-Royce en el Salón de Ginebra 2017. En lugar de ello, la marca ha apostado por enseñar las bondades de su programa de personalización Bespoke, con el fin de que sus clientes mega-ricos sepan que pueden tener lo que deseen en sus coches. Lo que deseen.

Por ejemplo, pintura con polvo de diamantes (es la última foto de la galería sobre estas líneas. ¿Qué habías pensado?). Aparece en el Ghost Elegance que Rolls-Royce ha llevado al Salón de Ginebra; se trata del primer coche de lujo en el mundo que cuenta con un acabado así. Se han triturado 1.000 de estas piedras preciosas y, por si te lo estabas preguntando, es la pintura más cara que jamás ha adornado la carrocería de uno de los modelos de la marca. Ha sido encargada por un coleccionista amante de la exclusividad y la grandeza, suponemos. Y con los riñones bien forrados, claro.

En su interior, las zonas del chofer y del pasajero están claramente delimitadas. Para el primero, asientos de cuero negro con acentos en rojo y roble poroso. Para el segundo, un tono gris y un capricho del propietario: tartán tras las bandejas adosadas a los respaldos.

La segunda de las sorpresas de la compañía en el Salón de Ginebra tiene que ver con la moda: el fabricante expone en público por primera vez su colección primavera/verano 2017, que se presenta sobre el Rolls-Royce Dawn Inspired by fashion. Ha sido vestido de blanco para que sobre él resalten las capotas en Rojo Mugello, Azul Cobalto y Mandarin.

Por último, tenemos el Rolls-Royce Wraith Black Badge (Etiqueta Negra); como imaginarás, eleva la exclusividad a niveles al alcance de pocos mortales. Esta división de Bespoke, creada para los ricachones incorformistas, también busca clientes más jóvenes para la marca. Y los ha dado el Rolls-Royce más potente del mundo, con 623 CV… pero, en esta ocasión, ha añadido una suspensión neumática rediseñada y un cambio automático de 8 marchas revisado, con el fin de aumentar la agilidad del modelo sin comprometer esa sensación de viajar en una alfombra voladora.

Rinde homenaje a estas maravillas el artista belga Charles Kaisin: ha creado una escultura para el programa de Arte de Rolls-Royce que se exhibe en el stand de la marca durante el Salón de Ginebra. Ah, el lujo…