Un interceptor, o coche de policía dedicado a cazar a los delincuentes, debe dar miedo, debe intimidar, debe hacer que los malos no solo sean detenidos con eficacia, sino que ya ni siquiera intenten realizar los crímenes. Este Rolls-Royce Wraith para la policía, ideado por el diseñador Rain Prisk, es un buen ejemplo de lo que debe ser un 'interceptor', un coche de policía rápido para que nadie se escape, confortable para los agentes y con una imagen que haga que los delincuentes lo único que intenten robar sea un currusco de pan.

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Poco tiene que ver con el Rolls-Royce Ghost de policía que viste hace unos días. Aquel ejemplar no habría asustado ni a los más bonachones, además que la gente intentaría cometer más delitos para que los llevasen en las plazas traseras de uno de los coches más lujosos del mundo. Aquí hablamos de otra cosa: una imagen brutal para amedrentar. Rain Prisk ha cambiado por completo la fisonomía del Rolls-Royce más deportivo y le ha incluido algunos detalles muy curiosos, como por ejemplo un nuevo labio frontal o nuevos pasos de rueda XXL que tienen buena parte de la responsabilidad para que se vea tan ‘malote’.

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Por supuesto lleva llantas de mayor tamaño y el negro, color intimidante por antonomasia, es protagonista: ¡incluso los faros están oscurecidos! El toque fina lo ponen una serie de luces estroboscópicas en la parte frontal, integrada en los intermitentes y en la parrilla. Son discretas, justo lo que necesita un ‘interceptor’ camuflado, pero muchos echan de menos, con razón, una pequeña linea de luces sobre el techo, le daría un toque quizás todavía más interesante.

Te recuerdo que el Rolls-Royce Wraith es la versión coupé del Rolls-Royce Ghost y que, de momento, será el único coupé que ofrecerá en su gama la marca británica. Queda por ver si finamente Rolls-Royce se anima a lanzar una versión coupé del fabuloso Rolls-Royce Phantom 2018, ojalá se decanten por ello, el mundo lo necesita.

Foto: Rain Prisk