La apasionante historia de las 24 horas de Le Mans

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Javier Prieto

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Todo lo que necesitas saber (y mucho más) de la prueba más dura y famosa del mundo.

La Historia de las 24 Horas de Le Mans está formada por algunas de las páginas más bellas y legendarias del Motorsport. No en vano está considerada la prueba por excelencia del automovilismo deportivo. Y es que a lo largo de sus 95 años de vida y 85 ediciones, muchos pilotos se han enfrentado a un desafío que no tiene parangón en ninguna otra especialidad. 

Las 5 mejores carreras en las 24 Horas de Le Mans

De hecho, solo un puñado de nombres escogidos, como Bruce McLaren, Jacky Ickx o Graham Hill, han derrotado a su mayor rival, la dureza de la carrera más exigente jamás conocida. Épica, gloria y algunas desgracias forman los ingredientes en la Historia de las 24 Horas de Le Mans que hoy vamos a repasar.

Alcanzar el Olimpo de la Velocidad también ha comportado grandes riesgos... y dolorosos tributos a sus dioses. La cita de resistencia por excelencia y una de las más famosas del Planeta Motorsport no perdona errores. Por eso mismo, conforma junto al GP de Mónaco de F1 y las 500 Millas de Indianápolis, la Triple Corona del Automovilismo

 

  

 

Regresando al presente, analizaremos la fuga de las grandes y dominadoras marcas alemanas de los últimos años. Audi y Porsche han provocado un gran vacío deportivo y solo Toyota continua  como equipo de fábrica. Precisamente, la formación nipona (TOYOTA GAZOO Racing) será el equipo con el que Fernando Alonso debute en la 86ª edición de la cita francesa que se disputa los próximos 16 y 17 de junio en el Circuito de La Sarthe

 Los mejores coches de las 24 Horas de Le Mans 

Sí, también echaremos un ojo a las posibilidades de Fernando Alonso en Le Mans. Antes de ponernos al lío, repasa los peligros que afrontará Alonso en Le Mans. Este año la cita será más española que nunca puesto que Rafa Nadal dará la salida en las 24 Horas de Le Mans 2018. Por cierto, ¿sabes por qué la carrera de Le Mans dura 24 horas? 

 

Un ambiente único y mágico

La mágica atmósfera de la cita francesa, creada gracias a la comunión especial entre los aficionados y sus ídolos, la han convertido en una carrera única. Ninguna otra prueba desprenda el dulce aroma a gasolina que se respira en Le Mans.

 

 

¿Existe alguna competición dónde el público pueda saludar personalmente a sus ídolos? ¿O un evento deportivo que concite a más de 250.000 seguidores? ¿O un circuito en el que los bólidos superen los 400 km/h? ¿Y una cagalgata con los pilotos y sus máquinas recorriendo las calles de la ciudad para deleite de los aficionados? Todas las respuestas convergen en una localidad francesa: Le Mans.

 

 

La gloria aguarda a esos héroes de la velocidad que miden su valentía en el tortuoso Circuito de La Sarthe. Se trata del autódromo más largo (13.626 metros metros) y peligros. Allí les aguardan cientos de trampas u peligroso. Sin ir más lejos, en la terrorífica recta Mullsanne donde en los 80 se superaban los 400 km/h.

 

 

Hay que ser muy osado para mantener el piel a tabla en ese sector o para clavar los frenos en la curva Dunlop... sin ver la publicidad demasiado de cerca. Cualquier vacilación o distracción pueden transformar el éxito en fracaso, la alegría en tragedia.

Conoce los hitos de las 24 Horas de Le Mans

El nivel de exigencia resulta máximo para los pilotos y sus máquinas. Solo los héroes entran en la Historia de Las 24 Horas de Le Mans. Como se suele decir, muchos son los llamados y pocos los elegidos.

 

Años 20, el inicio de la leyenda

Como marca la historia de las 24 Horas de Le Mans, ésta se celebra en el mes de junio. Sin embargo, esta tradición tuvo una excepción. Curiosamente, ésta se produjo en su primera edición disputada los días 26 y 27 de mayo de 1923. El terrorífico escenario, las carreteras (caminos de cabras) que circundan Le Mans, capital del departamento de Sarthe (región de Países del Loira), y localidad a unos 200 km al suroeste de París.

 

 

En aquel entonces el vencedor debía recorrer la mayor distancia posible en ¡tres carreras! de 24 horas de duración cada una que tenína lugar en una terna de años seguidos. El trofeo se bautizó con el nombre de la Rudge Whitworth Trienal Cup. Probablemente, alguien con sentido común dentro de la organización -que no sería un jefe- logró imponer un poco de cordura.

Y así, en 1928 se modificó el formato de la prueba. Desde ese año, el vencedor debería cubrir el mayor número de kilómetros en “tan solo” una carrera de 24 horas. Por aquel entonces comenzaba ya a gestarse el interés por una competición única y especial.

 

 

El magnetismo de las 24 Horas de Le Mans se basaba -y se basa- en su singularidad técnica, dureza, épica, nocturnidad y alevosía. Hasta su creación las incipientes carreras de coches habían basado su filosofía competitiva exclusivamente en la velocidad. Se trataba de ser el más rápido, único pasaporte para la gloria terrenal… y en ocasiones, desgraciadamente también para la celestial.

Sin embargo, con la llegada de las 24 Horas de Le Mans surgió una nueva concepción automovilística. El objetivo residía en alcanzar el triunfo por medio de una prueba de resistencia que pusiera al límite tanto al hombre como a la máquina. Evidentemente, debían recorrer la mayor distancia posible durante un día y una noche enteros.

 

 

El desafío 'contemporáneo' planteaba retos desconocidos hasta entonces. Ya no sería suficiente convertirse en el más rápido. Condicionantes como la fuerza mental -y física- la fiabilidad mecánica entraban en escena. Este cambio técnico no solo supuso un desafío para los pilotos, sino para los ingenieros. Estos tenían que diseñar y construir vehículos de altas prestaciones basados en su durabilidad y... bajo consumo. Eficiencia llevaba al grado máximo.

 

Una prueba que hace furor

La llama de este nuevo concepto y formato competitivos prendió entre todos los actores. De ese modo, la historia de las 24 Horas de Le Mans entraba en una fase decisivo en los primeros años de competición. Inmediatamente, participantes, fabricantes de vehículos y aficionados se sintieron tan atraídos como algunos políticos españoles por  'lo ajeno o el poder''.

¿Por qué las 24 Horas de Le Mans se celebran en junio?

El automovilismo estaba entrando en una nueva dimensión porque mucha de esa tecnología supondría un salto cualitativo para la industria automotriz. Ésta trasladaría a los vehículos de calle todas las innovaciones desarrolladas.

 

 

Como podéis imaginar en nuestra actual sociedad de consumo, fundamentada en la obsolescencia programada -la mayoría de los objetos están diseñados para que se autodestruyan pasado cierto tiempo de uso-, esa idea habría supuesto una huelga mundial de los miembros del Club Bilderberg y de la familia Rockefeller.

 

 

Aquellos primeros tiempos (años 20-30) en la historia de las 24 Horas de Le Mans estuvieron dominados por corredores franceses, italianos y británicos y por fabricantes como Bugatti, Bentley y Alfa Romeo. Fruto -maduro- del interés competitivo que despertaba la prueba, aparecieron las primeras innovaciones aerodinámicas en los vehículos. 

 

 

Desgraciadamente, a finales de los años 30 la historia de las 24 Horas de Le Mans se interrumpió durante 10 años. Los sueños de grandeza de un monstruo llamado Adolf Hitler no dejó vivo en el Viejo Continente ni tan siquiera el automovilismo. Estallaba la II Guerra Mundial.

 

Regresan la paz y Le Mans

En 1949, con los nuevos vientos de libertad recorriendo Europa y tras la reconstrucción del circuito francés, reaparecieron las 24 Horas de Le Mans. Cuatro años más tarde se crea el Campeonato Mundial de Resistencia.

 


Este nombre nos parece un bonito homenaje a la oposición francesa que llevaron a cabo los ciudadanos galos frente a la ocupación nazi en su país. Las grandes marcas como Ferrari, Aston Martin, Mercedes-Benz o Jaguar pusieron sus objetivos deportivos en la prueba.

 

 

Constataron que se trataba de un gran banco de pruebas para testar la nueva tecnología y, al mismo tiempo, un magnífico escaparate publicitario y comercial. La fama de la cita gala se multiplicaba y la competencia se hacía feroz. La historia de las 24 Horas de Le Mans entraba en una época dorada.

El trágico accidente de 1955

En medio de esas batallas y del esplendor deportivo, llegó la tragedia que tiñó de luto el motor. En 1955 se produjo un terrorífico accidente en 1955. Es 'EL' accidente de Le Mans. El Mercedes de Pierre Levegh se salió de la pista y chocó contra el público que presenciaba el evento deportivo. Murieron el piloto y más de 80 espectadores.

 

 

Como resultado de este atroz suceso, el equipo alemán se retiró de la competición. Una cicatriz que la marca de la estrella jamás borraría de su ADN. Fue el momento más triste y dramático en la historia de las 24 Horas de Le Mans.

Más medidas de seguridad

La tragedia supuso un antes y un después en la seguridad de la cita francesa y de todas las demás competiciones del Motorsport. Se introdujeron importantes mejoras para tratar de prevenir más desastres. Por ejemplo, se incorporaron nuevos sistemas de sujeción para el piloto.

Récords de las 24 Horas de Le Mans

Pero claro, como abrocharse los cinturones y anclajes correctamente suponía una gran pérdida de tiempo, muchos emprendían la marcha sin amarrarlos a su cuerpo. Entre las medidas que se adoptaron está la eliminación de las salidas tipo Le Mans: los pilotos situados en el pit lane, enfrente de sus coches, se dirigían corriendo para montarse en ellos y comenzar a competir.

Jackie Ickx, el piloto que cambió las salidas

El pionero en presentir el peligro de esa costumbre funesta fue el corredor Jackie Ickx. En su primera participación, dejó atónito a todos los rivales y concurrencia. Caminó tranquilamente hacia su automóvil. Se introdujo en él y fijó todas las sujeciones a su cuerpo antes del inicio de la prueba. Comenzó último con su Ford GT40... pero terminó ¡primero

Por cierto, en el viaje de regreso a París protagonizó una colisión sin consecuencias gracias al cinturón de seguridad. Lo cierto es que generó conmoción... y una revolución. Hoy, ver cómo lo hizo es, cuanto menos, flipante.

 

 

Para evitar esa mala práctica, se sustituyó la salida típica por una lanzada, en la que los participantes ya se encontraban en el interior de sus máquinas e iban rodando. Mola menos, pero es más segura. Otro salto en la historia de las 24 Horas de Le Mans.

 

 La llave de los Porsche a la izquierda por Le Mans

Seguro que sabes que los Porsche tienen la llave a la izquierda. Pero vamos a recordártelo. Dicha disposición del contacto proviene precisamente de Le Mans y su salida. ¿Qué si todos los ingenieros alemanes son zurdos? Pues, no. Esa ubicación permitía ahorrar unos valiosos segundos al iniciar la carrera.

Vamos a explicártelo. Los competidores podían emplear de forma simultánea ambas manos. Con la mano siniestra –perdón por el adjetivo para aquellos que sea vuestra favorita- ponían en marcha el coche y con la derecha engranaban la primera velocidad y quitaban el freno de mano.

 

Velocidades de vértigo

A partir de los años 70 los coches cada vez alcanzan velocidades más elevadas. Sus diseños, creados específicamente para hacer historia en las 24 Horas de Le Mans, favorecían dichas prestaciones. ¡Qué se lo digan a Vic Elford, el primero que rodó a una media superior a los 240 km/h

 

 

Esa década, y sobre todo, la de los 80 y el final de los 90, estuvo marcada por la supremacía de Porsche, que introdujo el concepto de doble embrague con los 962. La Historia de las 24 Horas de Le Mans ya había entrado en la leyenda, y su repercusión planetaria la convirtió en Patrimonio Inmaterial Imaginario del Automovilismo (PIIA).

 

Un laboratorio de pruebas, Le Mans

Todos los fabricantes de coches querían estar presentes y formar parte de la historia de las 24 Horas de Le Mans. El prestigio de la prueba gala generaba una proyección y fama únicas. 

 

 

Por eso mismo, se estableció otra competición fuera de la pista en la que los mejores ingenieros pugnaban por lograr la mecánica más eficaz, al tiempo que los diseñadores agudizaban el ingenio para exprimir la aerodinámica al máximo.

La carrera se convirtió en un laboratorio de pruebas cuya tecnología es aplicada posteriormente a los automóviles de calle. La vanguardia y las mejoras prestacionales introdujeron a la industria automotriz en otra dimensión.

 

Los pilotos con más triunfos

Los héroes indiscutibles en la historia de las 24 de Le Mans son los pilotos de diecisiete nacionalidades que ya forman parte de su Olimpo. El corredor que más veces -nueve en total- ha ganado Le Mans se llama Tom y se apellida Kristensen.

 

 

El danés ganó por primera vez la prueba en 1997, formando trío con Michele Alboreto y Stefan Johansson, al volante de un Porsche WSC-95. Y no sabemos si en esa ocasión le cogió el gustillo al champán o a los premios en metálico, pero el caso es que repitió en otras ocho ocasiones más. Para hacer más grande su leyenda y podérsela contar a sus nietos y amigos del barrio, lo consiguió con tres vehículos distintos: Porsche (1997), Bentley (2003), y Audi (2000, 01, 02, 04, 05, 08, 13).

 

 

Asimismo el Tío Tom –así le llaman sus sobrinos- ostenta el récord de ser el piloto que más veces ha vencido para la marca de Ingolstadt. Por todo ello no sería raro que a la entrada de la factoría germana erigieran un monumento en su honor.

 

 

Tampoco extraña a nadie que actualmente protagonice algunas acciones comerciales para el fabricante teutón. Como ves hablar de la historia de las 24 de Le Mans, es hacerlo del corredor nacido en Hobro. 

Un mito llamado Jackie Ickx

Tan solo ha osado aproximarse a los números del danés glorioso, pero de lejos, el talentoso Jackie Ickx. Este famoso belga ha ganado seis ediciones de las 24 Horas de Le Mans.

 

 

La primera fue en la carrera de 1969 haciendo pareja con Jackie Oliver a los mandos de un Ford GT40 Mk. I. Seis años después repitió éxito con un Mirage 6R8. Los restantes triunfos -1976, 77, 81 y 82- llegaron conduciendo un Porsche.

 

 

Gené, el único ganador español... de momento

Por razones obvias, no podíamos olvidarnos de nuestro compatriota Marc Gené. El catalán es el único español que -de momento- ha entrado en la historia de las 24 Horas de Le Mans.

 

 

Venció en 2009, año en el que le dio una alegría inolvidable al automovilismo patrio que, dicho sea de paso, careció de la relevancia mediática que merecía. Gené pilotó hacia la leyenda con su Peugeot 908 HDI FAP junto a otro ex de Fórmula 1, Alex Wurz, y a David Brabham.

 

Equipos con más triunfos

A lo largo de 85 ediciones de la carrera que nació hace la friolera de 95 años, una serie de nombres como Porsche, Audi, Ferrari o Ford han entrado por derecho propio en la historia de las 24 Horas de Le Mans. Veamos sus estadísticas y gestas.

Porsche, reyes de Le Mans

El equipo que suma más títulos de las 24 Horas de Le Mans se llama Porsche. Los de Sttutgart se han impuesto en 19 ocasiones, la última de ellas, en 2017, año de su despedida de la competición.

 

 

A rebufo de ellos, se encuentra la bella dama alemana -Audi- prota del baile desde su llegada en el año 2000. Conociendo la inclinación por el orden cartesiano de los germanos, no sería de extrañar que la fecha elegida -llegada del nuevo milenio- hubiera sido premeditada.

 

 

Audi, príncipes del Siglo XXI

Con 13 victorias absolutas, Audi ocupa el segundo peldaño entre los equipos con más exitos. La formación de Ingolstadt forma parte de la historia de las 24 Horas de Le Mans desde su llegada en el 2000. 

 

 

Los millennials de Ingolstadt han vencido últimamente en tantas carreras que resulta más sencillo explicaros en cuál no lo han hecho. De las últimas 17 ediciones de las 24 de Le Mans, han permitido saborear las mieles del éxito a Bentley (2003), Peugeot (2009) y Porsche en 2015, 2016 y 2017. 

 

 

Quizás Audi, con este gesto quería evitar que el público les acusara de monopolizar lo más alto del cajón, lo que hubiera obligado a la organización a rebautizar la prueba con el nombre de las 24 Horas de Audi. Y tampoco era plan de eso.

El podio de equipos vencedores lo cierra Ferrari con 9 triunfos logrados en blanco y negro durante los años 1949, 1954 ,1958, 1960-1965. La formación de Maranello dominó durante los felices años 60, por los que se la podría otorgar el honorífico título de la escudería ye-yé.

 

 

Sin embargo, desde aquella época gloriosa sus laureles se han marchitado. Puede ser que algún día, aunque con las mismas probabilidades que tiene la formación de Fórmula 1 de apuntarse el Mundial de Fórmula Uno, vuelvan a reencontrarse con la corona en La Sarthe.

 

 

Otros participantes míticos en la historia de las 24 Horas de Le Mans como Jaguar (7 victorias), Bentley (6 triunfos) y Ford (4), han inscrito sus nombres con letras de oro en Le Mans, aunque esas coronas ya están algo apolilladas...

 

Una carrera más verde

En los dos últimos decenios las marcas han continuado experimentando en múltiples campos. Y hablando de naturaleza, el verde es el color predominante en las 24 Horas de Le Mans. Desde hace un par de años se ha instaurado una reducción del 30% de las emisiones de los coches que en ella intervienen y la limitación del uso de energía por cada vuelta.

Las marcas han respondido a esa normativa creando automóviles con tecnología híbrida que ya triunfa en las calles de nuestras ciudades. Sí, se podría decir que  los híbridos casi provienen de Le Mans. 

 

Fernando Alonso en Le Mans

Sin duda disfrutar con Fernando Alonso en Le Mans 2018 será uno de los grandes alicientes de la edición 2018 que se celebra del 16 al 17 de junio próximos. Desde que se conoció su intención de participar en La Sarthe, se ha generado una gran expectación. Ya se sabe que el asturiano busca nuevos horizontes competitivos después del fiasco con McLata en la F1.

Así es el Toyota TS050 con 1.000 cv de Alonso

Por eso, se ha propuesto conquistar la Triple Corona como nueva meta. Y parece que se ha adaptado muy bien a la conducción de los prototipos de la especialidad. Eso ha quedado claro tras su victoria en las 6 Horas de Spa, primera prueba del calendario del Mundial de Resistencia o WEC. El Toyota TS050 es un misil de 1.000 caballos que vuela en las manos del ovetense.

El equipo nipón, único oficial, se presentará el 16 de junio en Francia como el máximo favorito al triunfo absoluto. Ya veremos, pero la cosa pinta bien. Pero que nadie piense que será un paseo, la cita gala tiene más trampas que una peli de chinos. No obstante, confiamos en que sepa sortearlos. Ya queda menos para ver a Fernando Alonso en Le Mans.

 

Le Mans, huérfana de marcas por la marcha de Audi y Porsche

Hubo un tiempo del siglo XX en el que las principales firmas automovilísticas peregrinaban a la prueba en búsqueda del Santo Grial deportivo y comercial. Ferrari, Jaguar, Mercedes, y lo mejor de la élite automotriz se daban cita en La Sarthe. 

Sin embargo, en la actualidad se vive la circunstancia opuesta. Tras la marcha en 2016 de Audi y un año después de Porsche, las dos escuderías más exitosas en la historia de las 24 Horas de Le Mans, la cita está en cuadro. Tras la desbandada teutona  motivada por la moda eléctrica de la industria que les ha hecho emigrar a la Fórmula E, solo permanece Toyota. Los orientales se han quedado solos como fabricantes en la categoría reina de Le Mans, los prototipos LMP1. Y ya veremos qué deciden tras el 2018.

Por el bien de la competición, esperamos que la nueva reglamentación que se está estudiando permita el regreso de aquellos grandes nombres que le dieron un esplendor del que hoy en día carece.

 

Imagen portada:  United Autosports vía Wikimedia Commons