Los 9 patrocinadores más frikis en la historia de la F1: ¡qué cosas!

Los patrocinios más frikis de la F1

Javier Prieto

Algunos socios capitalistas tuvieron su 'aquel' en el Gran Circo.

Probablemente no podías imaginarte ni por asomo la lista de los patrocinadores más frikis en la historia de la F1 que se han lucido en el Gran Circo durante casi medio siglo. A ver, cuando es cuestión de captar dinerito, (casi) todo vale en el paddock. 

Echa un ojo a los peores fórmula 1 de la Historia

Desde 1968, cuando la escudería Lotus y la compañía tabaquera Gold Leaf firmaron el primer contrato de esponsorización, hasta hoy, la figura de los socios económicos ha resultado capital en la especialidad. En ocasiones, esos acuerdos se hicieron realidad con empresas digamos, un poco peculiares.

Estos son los peores pilotos de la Historia de la F1

Así, la revista 'científica' Playboy, el fabricante de preservativos Durex, una funeraria de medio pelo, el grupo musical ABBA o el mismísimo Chewbacca y sus amigos de Star Wars, forman parte de ese rarito club que, no obstante, aportó su granito de arena financiero. ¿Qué pasa que los seres de otras galaxias no pueden gastarse su pasta en lo que más les mola, las carreras de F1?

 Conoce los F1 más feos de la historia

Bueno, prepárate para pasar un rato esperamos que divertido, donde verás que en la Categoría Reina también hubo hueco para espónsores diferentes. Sí, es cierto que algunos duraron lo que dos peces de hielo en un whiskey on the rocks y que otros pasaron con mucha pena y ninguna gloria por el Motorsport. Pero ya sabes que en Top Gear nos molan los temas originales. Vamos al lío.

Un coche 'seguro' y 'bien protegido'

Sin duda alguna, uno de los patrocinadores más frikis en la historia de la F1 fue Dúrex. Sí, el famoso fabricante de preservativos británico que lució entre 1976 y 1978 su nombre en los coches del equipo de John Surtees. Éste pensó que como competir en la F1 era un placer, debía 'hacerse seguro y protegido'. Por eso, y por la lluvia de libras que supuso el profiláctico acuerdo, se decidió que Alan Jones 'disfrutara' exhibiendo dicha marca en su monoplaza.

El TS19 del Surtees Team 1976-1978 Durex Alain Jones

Sin embargo, a Surtees le dieron un disgusto cuando la BBC le exigió que borrara ese acrónimo de "Durability, Reliability, and Excellence" -en español significa durabilidad, fiabilidad, y excelencia- de su monoplaza. Con esa petición pretendían no molestar a los telespectadores del GP de Gran Bretaña F1 1976. Y como Surtees se negó a 'dar marcha atrás' aquello terminó en un 'gatillazo televisivo', es decir, que la carrera no fue retransmitida por la caja tonta.  

El TS19 del Surtees Team 1976-1978 Durex

El monoplaza más picarón 

Siguiendo en esa misma época, es decir a finales de los 70, nos topamos con otro de los de los patrocinadores más frikis en la historia de la F1: la revista Penthouse. Esta publicación, icono pedagógico y docente -no confundir con decente ni su vocablo contrario- que hizo furor en el siglo pasado, sedujo a los aficionados de finales de los 70.

 

Otro Hesketh 308D - Ford 1976 2

 

Su propietario, ese divulgador científico de la anatomía femenina llamado Bob Guccione, comprendió que la Categoría Reina sería un gran escaparate para su negocio. No en vano, el público que seguía las carreras eran en su mayoría hombres.Y así fue como en la carrocería de los Hesketh 308D (1976) y Hesketh 308E (1977) aparecían unas ilustraciones de señoritas ligeras de ropa. Se trataba de seducir a los potenciales consumidores y de excitar sus instintos consumistas. 

 

Hesketh 308E 1977

 

Seguramente que la temperatura del asfalto subía varios grados cada vez que las siluetas de las jóvenes aparecían por los circuitos. No sabemos decirte si Penthouse estuvo entre los patrocinadores más frikis en la historia de la F1. Pero podemos afirmar que fue de los que mayor aceptación tuvieron entre el público masculino. ¿Por qué sería?

 

'Detalle' del Hesketh 308E 1977

 

Un bólido de juguete y a tamaño real

A ver si nos explicamos. Construir monoplazas es una cosa y vender miniaturas de fórmula 1, otra. Pero, ¿qué pasa cuando el bólido del circuito es el mismo modelo que vendes a escala? Pues eso es lo que se le ocurrió a la compañía John Day Model Cars.

March 761 1976 John Day Model Cars

Se pensaban forrar promocionando y vendiendo los juguetitos del monoplaza (March 761) con el que compitieron en la temporada 1976. Como te podrás imaginar, su éxito fue del tamaño de sus diminutos coches.

Una idea muy macabra

Cuando no se tienen socios a los que recurrir para que se rasquen el bolsillo, uno suele recurrir a los amigos. Pues eso es lo que hizo Arturo Merzario, el dueño de un equipo que llevaba su apellido en el GP de Italia de 1979. Lo curioso de este inversor es que se trataba de ¡una funeraria! Menudo mensaje para los pilotos del equipo. Bueno en este aspecto no hubo problemas porque el propio Arturo se encargó de ponerse al volante del A4, su propio hierro amarillo y negro.

 

MERZARIO MONZA 1979

 

Afortunadamente, esta macabra relación comercial pasó a mejor vida inmediatamente. La verdad es que ver el logo de esa empresa en el alerón trasero del Merzario-Ford daba mucho yuyu. Pues así fue como una compañía dedicada al descanso eterno de las personas pasó a ser uno de los patrocinadores más frikis en la historia de la F1.

 

La música llega a la F1

Por aquel 1981, el conjunto musical ABBA estaba en la cresta de la ola. Y a su batería, un tal Slim Borgudd, que estaba flipado con las carreras de coches, no se le ocurrió mejor modo de colarse en el Gran Circo que con la ayuda de sus compañeros de curro. 

ABBA F1 CAR SLIM

Bueno, en realidad, no pusieron ni una corona sueca, limitándose a prestarle el nombre. El problema fue que Borgudd desafinaba al volante más que con los timbales, y su fugaz paso terminó al año siguiente. Desde luego que esta rocambolesca aventura la sitúa por méritos propios en el selecto club de los patrocinadores más frikis en la historia de la F1.

ABBA en la F1 de la mano de su batería Slim

Una princesa guerrera en Tyrrell

A falta de recursos financieros de peso, la escudería Tyrrell se echó en 1997 y 1998 en brazos de 'Xena, la princesa guerrera'. Bueno, la belicosa heroína era el personaje principal de una serie televisiva de los años 90.

Xena, la princesa guerrera Tyrrell 1997-98

Cualquier ayuda económica, aunque provenga de los patrocinadores más frikis en la historia de la F1, siempre se recibe de buen grado. 

El Williams 'modelo' Bin Laden

Aunque suene a extraño, el nombre del que fuera líder de la organización terrorista Al Qaeda tuvo un hueco en la Categoría Reina.

1979 Williams FW07 Cosworth Bin Laden

Nos referimos a Bin Laden, bueno más concretamente a la compañía homónima de su padre que se publicitó en el Williams FW07 de 1979. Menudo repelús recordar a ese siniestro personaje saudí. Vaya tela.

Williams Bin Laden

Red Bull, una escudería 'galáctica'

En la edición del GP de Mónaco 2005, la escudería Red Bull se dejó seducir por el 'lado oscuro de la fuerza (económica de Hollywood). Aquel finde los de Milton Keynes, transformados en todo tipo de personajes del Episodio III de Star Wars, La venganza de los Sith, dejaron al personal con la boca abierta.

Red Bull Mónaco F1 2005 Star Wars

Los mecánicos realizaban los cambios de ruedas ataviados con el traje de los soldados imperiales, mientras que el RB1 mostraba en sus pontones laterales la publicidad de la producción de ciencia ficción. Por allí también se pasaron los androides R2-D2, C-3P0, así como el melenudo Chewbacca, al que no le sale una cana ni por equivocación. Pero parece que el lado oscuro de la fuerza evitó que brillaran los coches azules, puesto que ninguno de los dos coches cruzó la meta.

Red Bull-Star Wars en Mónaco 2005

La 'tropa galáctica' estuvo comandada por el mismísimo George Lucas, alma mater de la famosa saga cinematográfica. Viendo a todos estos personajes comprendemos mejor por qué a la F1 se la llama el Gran Circo. Como verás, los patrocinadores más frikis en la historia de la F1 también llegaron de galaxias y planetas muuuuuy lejanos.

Red Bull se alía con Star Wars en Mónaco 2005

El fútbol inglés en un bólido

Todavía no acabamos de comprender cómo llegó aquel 11 de mayo de 2012 el escudo del equipo de fútbol británico Chelsea al chasis del Sauber C31 de Kamui Kobayashi y Sergio Pérez. Quizás su propietario el ruso Román Abramóvich sea un enamorado de la velocidad. 

El escudo del Chlesea en el Sauber 2012

Solo podemos decirte que le dio suerte al club londinense que 8 días después conquistó su primera y a día de hoy, única Champions League. El balompié y la Categoría Reina, hermanados. ¡Qué cosas pasan!

 

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