Brabham BT46B, el fórmula 1 del 'ventilador' incorporado

Javier Prieto

Ahí donde lo ves, el 'fan car' fue toda una revolución en su momento.

Sin duda alguna, el Brabham BT46B constituye uno de los diseños más geniales y extravagantes de la Fórmula 1. Y es que el 'fan car' no pasó a la historia como uno de los mejores monoplazas de la especialidad, pero sí de los más revolucionarios y avanzados de su época.

Los f1 más feos de la historia

El enorme 'ventilador' instalado en la parte trasera del BT46B, salió de una de las cabezas más brillantes del Gran Circo. Nos referimos a Gordon Murray, diseñador de la escudería Brabham, propiedad entonces de un tal Bernie Ecclestone, quien, por cierto, se mantiene como el actual dueño del mítico artefacto rodante. De hecho, forma parte de la imponente colección de monoplazas de Bernie Ecclestone, que duermen en un hangar inglés.

El antídoto del Lotus 79: Murray vs Chapman

El ingeniero sudafricano había desarrollado para la temporada de 1978 un coche brillante. Sin embargo, su creación no podía superar al estratosférico Lotus 79 'wing car', pergeñado por su rival y mago de la Categoría Reina: Colin Chapman. El genial diseñador, inventor y constructor londinense se había sacado de la chistera el curso anterior el efecto suelo con el que revolucionó la competición.

Brabham BT46B Fan car

Murray no estaba dispuesto a rendirse y se coló en el box de Lotus durante el GP de Mónaco 1978. Allí descubrió que el secreto del monoplaza radicaba en la gran carga aerodinámica que generaban sus bajos. Debido a la anchura del motor Alfa Romeo del Brabham BT46B, Murray no podía reproducir en su coche los pontones laterales del Lotus. ¿Y qué? Pues que en esos apéndices con forma de ala invertida, estaba el éxito del Lotus 79.

El amigo Gordon, basándose en el concepto de un engendro automovilístico llamado Chaparral J2, se le ocurrió una solución que mataría dos pájaros de un tiro: el 'ventilador'. Dicho artefacto, casi tan feo como efectivo, permitiría aliviar el habitual sobrecalentamiento del propulsor italiano y además le permitiría rodar pegado al suelo. Además, le sirvió como coartada para convencer a los comisarios de la FIA de que sus funciones no serían aerodinámicas. ¡Qué listo!

Y así fue como tan solo tres carreras después de descubrir el invento, Gordon se presentó en el GP de Suecia F1 1978 con su maravillosa y genial ñapa. Todos los presentes en el Circuito de Escandinavia (Anderstorp) se quedaron asombrados con aquel engendro que brotaba de la zaga del Brabham BT46B.

Para ocultar su revolucionaria solución, le instalaron una especie de tapón o cubierta negra que lo protegía de las miradas indiscretas de la competencia. Al margen de las cuestiones estéticas, hay que decir que se pegaba al asfalto como una lapa y que ganó la carrera de forma incontestable con Niki Lauda sentado en él.

El ventilador del Brabham BT46B

El Brabham BT46B aventajó en más de ¡medio minuto al segundo clasificado!, el Arrows-Ford de Riccardo Patrese, y dobló a todos a partir del cuarto coche que cruzó la meta. Nadie daba crédito a la superioridad aplastante que había mostrado el 'fan car'. 

Sin embargo, a la FIA no le  gustó nada que aquel invento quebrara el orden natural de la competición, y lo prohibió. La excusa fue que aquella revolucionaria maravilla tecnológica constituía un peligro para los monoplazas perseguidores porque expulsaba polvo. Así fue como uno de los mayores avances en la F1, llegó, venció y se marchó.

Etiquetas: F1