Ya se sabe que los pilotos de F1 son competitivos incluso cuando están pasando un día de campo. Ese es el caso de Max Verstappen que estaba de barbacoa en medio del monte cuando vio pasar a su compi Daniel Ricciardo, con un espectacular Aston Martin cabrio que remolcaba una caravana. Entonces, el holandés cogió a toda caña su vehículo y su roulotte y se retaron en una divertida carrera que tuvo lugar en el Circuito de Spielberg, sede del GP de Austria.

Viendo las imágenes de los dos corredores debemos decir que tienen un talento natural incluso para correr con esos vehículos tan poco aptos para una prueba. Tras una primera vuelta de calentamiento, la traviesa pareja de Red Bull dio gas a fondo y comenzó a picarse. No tiene precio contemplarlos haciendo apuradas de frenada y adelantamientos ortopédicos con esos trastos remolcados por sendos deportivos.

Finalmente, y debido a la velocidad, de las roulottes solo quedó la base y las dos ruedas, porque la parte superior salió volando. Desde luego que es lo más parecido a una carrera de los autos locos que hemos visto nunca. 

Aunque sea lo de menos, el vencedor fue el sonriente australiano quien esta temporada tiene un duro rival en su vecino de box. Después de la prueba, lo celebraron con una barbacoa como buenos amigos.

Gracias a Red Bull por ofrecernos estos momentos distendidos de sus pilotos que este año no disponen de un coche competitivo para lograr metas elevadas en la categoría Reina. Pero, al mal tiempo, buena cara. Y eso, los de las bebidas energéticas, saben hacerlo de maravilla.