El Nissan Patrol Fanta Limón ganador del Dakar de 1987 resucita en las dunas del Sáhara

Alabado sea el Señor. El Señor que ha decidido resucitarlo, se entiende...

En Top Gear nos encantan las restauraciones, y por eso siempre que aparece alguna joya que ha tenido una segunda oportunidad de la mano de quienes mejor saber dársela solemos hacerles un hueco para mostrártela. Tal como hicimos con este Toyota Land Cruiser de 1967, este Lamborghini 350 GT o el BMW 507 de Elvis Presley. Hoy le ha tocado el turno a un coche muy especial por muchas razones: el Nissan Patrol ganador del Dakar de 1987 ha resucitado justo a tiempo para celebrar su 30 aniversario.

Vale, puede que si te gusta la competición y la sigues desde hace tiempo, te hayas dado cuenta rápido de que el Nissan Patrol que ves en las imágenes -uno de los todoterrenos más robustos de todos los tiempos- no se alzó con la victoria general en la edición de 1987 del mítico Rally París-Dakar, sino el Peugeot 205 T16 pilotado por Ari Vatanen -un piloto finés algo torpe que puedes ver aquí en la subida a Pikes Peak de 1988-. Pero quizá no sepas que el vehículo que estás viendo bajo los colores de Fanta Limón fue todo un ganador... dentro de los vehículos diésel. Y además fue el primer automóvil movido por este combustible en terminar la dura prueba dentro de las 10 primeras posiciones. Pilotado por un equipo español. Con dos... ruedas de repuesto. Por si acaso. 

Ahora en serio, el Nissan Patrol ganador del Dakar de 1987 ha resucitado gracias a la magnífica labor de un equipo de ingenieros del Centro Técnico Europeo de Nissan -NTCE- que, en su tiempo libre, ha dedicado casi dos años a devolver a este todoterreno tan especial a un estado inmaculado respetando lo máximo posible la originalidad del modelo, una labor muy compleja que ha implicado remover los almacenes de muchos especialistas en recambios de la propia marca para poder dejar el coche como nuevo. 

"Queríamos que el coche fuera preciso, y tuvimos suerte de encontrar los antiguos diseños y manuales de servicio del NTCE", cuenta Juan Villegas, técnico del Centro Europeo e integrante del equipo de restauración. "Realizamos todos los ajustes para dejar la misma configuración que la del París-Dakar". Ante la pregunta de qué les ha motivado tanto como para dedicar dos años de su tiempo libre al proyecto, Villegas afirma sin dudar ni un momento: "el espíritu de innovación que llevó a Nissan a participar en el Rally París-Dakar de 1987 nos ha envuelto a lo largo de todo el proceso. Nos sentimos inspirados por ese equipo, que decidió participar en la carrera más difícil del mundo y consiguió tanto éxito". Olé...

Prueba: Mitsubishi Montero T3 del Dakar

Y es que rubricar la victoria en la cita más salvaje del mundo del todoterreno no fue nada sencillo: fruto de la colaboración entre la marca y Coca-Cola el proyecto para intentar alcanzar la gloria en la prueba africana comenzó el año anterior, cuando Nissan tuvo muy claro que necesitaba pasear a su vehículo 4x4 estrella por las competiciones más sobresalientes de resistencia offroad. Tras haber obtenido unos resultados más que satisfactorios en tres ocasiones en 1986 en la Baja Aragón, el Rallye de Túnez y el Rallye de los Faraones, el 1 de enero de 1987 llegó el momento de enfrentarse a la prueba final... para la que la marca alineó a dos vehículos participantes y un camión de asistencia.

Pero las cosas no fueron fáciles en ningún momento, y en los primeros compases de carrera el camión de apoyo se vio forzado a abandonar dejando a los dos equipos solos contra el peligro... logrando sólo uno de ellos pasar bajo el arco de meta en Dakar: se trataba del dorsal número 211 pilotado por el binomio Prieto-Termens, que logró firmar la victoria entre los vehículos diésel y colarse entre los diez primeros clasificados con un automóvil de estas características por primera vez en la Historia. 

¿Crees que ahí terminó la parte más dura de la vida del Patrol del Dakar de 1987 que ha resucitado? Pues te equivocas: el coche quedó relegado al olvido al entrar a formar parte de una colección privada, donde ha permanecido casi 30 años hasta que los técnicos encargados de su restauración encontraron fotos en internet. En 2014 fueron a por él para comenzar este precioso proyecto que se vio obligado a arrancar con una base nada sencilla: "el motor se encontraba en un estado terrible, no encendía, le faltaban piezas y el eje delantero estaba dañado", nos confiesa Villegas. Menos mal que ha caído en las mejores manos... y se ha podido reencontrar con su hábitat natural: las dunas africanas. 

El Nissan Patrol ganador del Dakar de 1987 ha resucitado: ¡bienvenido a la vida!