La vuelta más rápida en la historia de la F1

La mejor vuelta de la Historia de la F1

Javier Prieto

Juan Pablo Montoya logró la vuelta más rápida en la historia de la F1 durante la sesión de clasificación del GP de Italia 2004 en Monza. Su récord sigue vigente. 1:19.525, así se llama la hazaña.

Juan Pablo Montoya firmó en el GP de Italia de 2004 la vuelta más rápida en la historia de la F1. Su hazaña, que todavía está vigente, tuvo lugar en el Circuito de Monza. 1 minuto,19 segundos y 525 milésimas tuvieron la culpa. Probablemente, esta gesta podría ser considerada como uno los grandes momentos del GP de Italia solo a la altura de las leyendas del automovilismo. La proeza tiene más valor si tenemos en cuenta que el suyo no era uno de los mejores monoplazas de todos los tiempos

El colombiano se subió a su BMW FW26 sin la intención de batir ningún récord de velocidad. Solo quería apuntarse un buen parcial. Y así acceder a la ronda definitiva de la clasificación lo más alto posible. En juego estaba un buen puesto para la parrilla del domingo. Cuajó una actuación memorable.

La vuelta más rápida en la historia de la F1 fue una obra de arte sobre ruedas creada por un artista de Bogotá en un lienzo italiano. Monza, el Templo de la velocidad, asistió a una de las actuaciones más sobresalientes que se recuerdan. 

De repente, al principio de la recta del Autódromo Nazionale se distinguió una silueta azul y blanca. Correspondía al monoplaza de Montoya que como un misil comenzaba su épico giro. La demostración de conducción fue impresionante. 

El corredor de BMW aprovechó cada milímetro del asfalto para robarle instantes al crono. Buscó y encontró los limites de la física, del espacio y del tiempo para firmar una gesta descomunal. Una exhibición de pilotaje, combinación de inspiración y talento, que detuvieron el crono en un estratosférico 1:19.525. Juan Pablo voló a una velocidad media de 262, 242 km/h. Brutal.

Las eternas rectas de Monza y las manos de Juan Pablo Montoya fueron la combinación explosiva para cimentar un récord de velocidad que continúa vigente. Pero no nos podemos olvidar del tercer elemento del éxito: el monoplaza.

En aquella época los bólidos montaban motores atmosféricos de 10 cilindros en V, 3.000 cc. y unos 900 caballos de potencia. El peso de esas maravillas mecánicas rondaba los 605 Kilos, unos 95 menos que los actuales. Y por si fuera poco, las normas aerodinámicas eran más generosas que las de hoy en día. 

Y como al colombiano debió parecerle poca cosa lo que consiguió en 2004, al año siguiente estableció otro registro superlativo. El escenario elegido fue el mismo. A los mandos del McLaren MP4-20 alcanzó la mayor velocidad punta jamás registrada en un monoplaza, 372,6 km/hora.