Porsche Macan S Diesel: probamos un SUV diésel que mola. En serio

Lo que ahorras en combustible lo gastas en opciones

¿Prueba del Porsche Macan S Diesel? "Venga, hasta luego". Seguro que eso es lo primero que piensas cuando ves la prueba del coche que te ofrezco hoy. Pero préstame unos minutos de tu tiempo, porque te aseguro que con este SUV compacto de Porsche tu percepción puede cambiar. Puede que sigas pensando que estos modelos son SUVebordillos, pero al menos lo mirarás con un poco más de respeto.

Porque, para variar, con el Porsche Macan S Diesel, en Stuttgart ha logrado un modelo redondo. Y no lo digo por las líneas de su carrocería, que también, sino porque por lo que cuesta, que no es poco, tienes un vehículo que te sirva para aparentar de representación, que puedes embarrar hasta las orejas y con el que puedes dejar atrás a algún que otro deportivo compacto en una carretera de curvas. Y, sin duda, con el que vas a disfrutar cada kilómetro que hagas con él.

Yo sin duda lo hice, aunque tengo que reconocer que mi principal debilidad material en este mundo son los Porsche. Por eso, como dice mi compañero Álex Aguilar, me considero bastante imparcial cuando digo que Porsche es la mejor marca que ha existido, existe y existirá en el mundo. Por siempre jamás. Punto.

En marcha con el Macan S Diesel

Ya en serio, el Porsche Macan S Diesel me parece el mejor modelo de su segmento, como también me lo parece el nuevo Porsche Cayenne 2018, al menos hasta que lleguen las nuevas generaciones de sus rivales. Los del Macan son de cuidado, como por ejemplo el Jaguar F-Pace 2.0 de 240 CV. Sin embargo, la puesta a punto final me parece sencillamente perfecta. En autopista muestra un rodar soberano. La caja PDK de siete marchas funciona como esperas: con solvencia y rapidez. Para mi gusto le sienta mejor a este modelo que al nuevo Porsche Panamera S Diesel, un modelo espectacular, pero en el que tenía la sensación de que la caja de cambio no estaba a gusto del todo con esta berlina grande de cinco metros y dos toneladas.

Los desarrollos escogidos para este modelo le quedan como un guante. No hay que olvidar que probablemente el 90% del tiempo del 90% de sus compradores lo va a pasar en autopista. Por eso su séptima marcha, con un desarrollo de 65 km/h por cada 1.000 rpm, aproximadamente, hacen que a 120 ruedes a 1.800 vueltas y que si te vuelves loco y te conviertes es un 'serial killer', puedas subir a 2.000 revoluciones para colocarte a 132 por hora.

Y luego están las recuperaciones. El motor se podría definir como 'poderoso'. Empuja desde muy abajo, y hasta muy arriba. Muy arriba para el motor V6 diesel, claro, porque si le dices a un Honda S2000 que muy arriba es algo menos de 5.000 vueltas, probablemente se descoj muera de la risa. Aunque tenga casi la misma potencia que el Porsche Macan de cuatro cilindros, es infinitamente más utilizable.

Si te has gastado más de 60.000 euros en un Macan S Diesel, probablemente también hayas arrancado un poco más de tu cuenta corriente para pedirlo con suspensión PASM. Tiene tres modos, 'confort', 'sport' y 'sport+'. Se nota que los que lo han diseñado son ingenieros y alemanes. Me explico: en modo 'confort', es cómoda, en 'sport' es deportiva y en 'sport+' es muy deportiva. Esto, que parece muy sencillo de comprender, en otros modelos se convierte en una utopía. Volvamos al Porsche.

Si quieres avanzar de manera 'dinámica', el modo 'sport' es el ideal: contiene los balanceos de la carrocería y también los cabeceos. Esto quiere decir que sencillamente se come las curvas: el eje delantero entra obediente, el trasero le sigue sin inmutarse y en general tienes la sensación de que vas más despacio de lo que en realidad vas.

Pero eso solo no lo puede hacer la suspensión. El tren de rodaje de mi unidad de pruebas estaba coronado por unas llantas Sport Classic de 21" (unos 4.000 eurazos). Mucha goma y poco perfil, lo que te garantiza una gran superficie de contacto con el asfalto y poca flexión, por lo que te olvidas de derivas desagradables al haber poco elemento elástico en el flanco.

La dirección tiene un tacto deportivo y preciso. Eso quiere decir que lee tus pensamientos, sí, pero que también tiene cierto 'peso'. No esperes un tarado suave como el que puedes encontrar en un Audi Q5 o un Mercedes GLC, sino algo más... digamos intenso.

En este tipo de recorridos me he encontrado con el principal punto débil del Macan Diesel: las recuperaciones, ya que le cuesta ganar velocidad . Tengo la sensación de que las ruedas son muy grandes y que a los 580 Nm a 2.500 se les atragantan los rodillos que lleva de ruedas. En todo caso, con 258 CV a 4.250 vueltas, tampoco se puede decir que sea lento, aunque, claro, no se acerca al Porsche Macan GTS (lee la prueba aquí).

Y ya que te menciono lo de las ruedas, en esta prueba del Porsche Macan S Diesel tampoco he sufrido demasiadas incomodidades debido a su tamaño. De vez en cuando en autopista las juntas de dilatación más prominentes se dejan notar, pero solo en ciudad, al pasar por los típicos pasos de peatones elevados, he sentido alguna molesta en el eje trasero por la sequedad con la que transmite los golpes al interior ese poco perfil.

Nuestro veredicto

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Etiquetas: SUV deportivo