Prueba del Mercedes-AMG C 43 4Matic Coupé: ¿para conformistas?

No tiene sentido tener demasiados caballos bajo el pedal. Dijo nadie. Nunca.

¿Prueba del Mercedes-AMG C 43 4Matic Coupé? Me suena...

Puede ser, y es porque hace no demasiado tiempo pudimos examinar la versión más deportiva y familiar de la Clase C de la firma de la estrella con la prueba del Mercedes-AMG C43 4Matic Estate, un vehículo donde cabe todo... incluyendo sus 367 CV. Pero en esta ocasión estamos hablando de la variante más egoísta de la gama: el Mercedes-AMG C 43 4Matic Coupé

Vale, háblame algo más de él... 

Se trata de la versión más deportiva del Clase C Coupé... con tracción integral. Tiene un bloque V6 de 367 CV y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos con una velocidad punta de 250. 

¿Tracción integral?

Permanente. Con un reparto de 31/69 entre los ejes delantero y trasero gestionado a través de una caja de cambios automática de nueve relaciones, no encontrarás en este coche ningún menú con el que poder convertirlo en la máquina definitiva hacer derrapes, como sí ocurre con el Mercedes-AMG E 63 2017

Pues vaya aburrimiento...

No te confundas: tras haber realizado la prueba del Mercedes-AMG C 43 4Matic Coupé hemos llegado a la conclusión de que es una opción más que recomendable... y más utilizable en el día a día. ¡Y qué sonido!

¿Sonido?

Sí. Ten claro que todo el mundo sabrá que has llegado cuando aparezcas con él. Colócalo en su modo de conducción más salvaje -puedes elegir entre Eco, Confort, Sport, Sport+ e Individual), pulsa el botón para aclarar la garganta de su sistema de escape y prepárate para escuchar una de las mejores sinfonías que hemos disfrutado recientemente. Caerás irremediablemente en la adicción que supone realizar cambios de marcha mientras sus salidas traseras te regalan bramidos y algún que otro petardazo al reducir. 

Me gusta. ¿Afecta a los consumos tanto ruido?

Evidentemente, sí. Pero no porque el coche no sea capaz de saciarse con poco -la propia marca anuncia un consumo medio de 7,8 litros cada 100 km-, sino porque irás continuamente dando golpes de gas innecesarios para disfrutar del sonido de su motor... 

Ajá. Sois unos macarras. 

Sí. ¿Y?

Nada, hombre... ¿qué tal va?

¿Quieres más? Prueba del Mercedes-AMG GT-R

Realmente bien. Tras haberle realizado unos cuantos kilómetros durante la prueba del Mercedes-AMG C 43 4Matic Coupé hemos llegado a la conclusión de que tiene el comportamiento perfecto para el tipo de perfil que tiene nuestra maltrecha red de carreteras: selecciona su modo Confort y podrás devorar grandes distancias sin pestañear; ve a Sport y empieza a disfrutar de un comportamiento mucho más alegre; Sport+ te permitirá exprimir mucho más el jugo de este voluntarioso Mercedes y comprobar hasta qué punto ha dado un buen salto con respecto a otras generaciones. 

Y no olvides que existe una opción denominada Individual, donde puedes colocar cada parámetro como te salga de las narices y así ajustar el coche a tus necesidades. Sean las que sean... 

¿Algo de sobreviraje?

Prácticamente nada. Aunque la distribución del par es más generosa con el tren trasero, lo cierto es que el comportamiento general del coche presenta una tendencia evidente a que el eje anterior sea el que esté al mando. Lo cual es de agradecer en términos generales y tendrá una buena acogida por sus clientes potenciales. 

Muy civilizado... 

Exacto. Se trata de una gran berlina para viajar... con la salvedad de que sólo tiene dos puertas. Su habitáculo es elegante y bien terminado -como en cualquier Mercedes- y la insonorización es tan buena que a bordo tendrás la impresión de viajar en una burbuja. En el mercado americano va a triunfar.

Dime el precio

En España una unidad como la de nuestra prueba del Mercedes-AMG C 43 4Matic Coupé no se irá contigo a casa por menos de 68.199 euros, sin contar con los extras que quieras añadirle. Puede parecer que no es moco de pavo pero, teniendo en cuenta que el siguiente escalón de la gama es el C 63 y que cuesta casi 30.000 euros más, el 43 se revela como una opción más que razonable. Salvo que estés muy mal de lo tuyo y necesites sentir cómo los 476 CV de su bloque V8 te empujan inmisericordemente hacia la muerte. 

Texto: Ollie Kew