Prueba: Tesla Model S P90D

Nos ponemos al volante del Tesla Model S P90D, un coche eléctrico con 751 CV y un modo Ludicrous que te dejará pegado al asiento. Literalmente.

Lo primero es lo primero: ¿Cómo va el modo ‘Ludicrous’ (Ridículo, en su traducción al castellano)?

Espera un poco, porque hay otras cosas sobre las que quiero hablar primero. Pero sí, estoy ante un Tesla Model S P90D con la opción Ludicrous Speed (Velocidad Ridícula. No creo que necesite comentarios). En Reino Unido, este extra cuesta 11.300 euros, además de los 113.000 que hay que desembolsar por el coche. Y no, no es simplemente una mejora del software.

Si lo escoges, te llevas una unidad de control y una batería de iones de litio específica. Está hecho de Inconel -el material empleado en los escapes de la F1; los has visto ponerse de color blanco brillante mientras soportan temperaturas altísimas- y permite que la corriente máxima pase de 1.300 a 1.500 amperios.

Vídeo: Así se mueve un Tesla Model S sobre la nieve

¿Eso es mucho?

Supongo que sí, aunque no entiendo sobre electricidad, amperios y demás... Lo que sí entiendo son 751 CV y 966 Nm de par. Y eso sí que es mucho, hasta para un deportivo eléctrico.

En cuanto a la D, significa doble motor: el Tesla lleva 255 CV en el eje delantero y 496 que van al trasero. El 90 se refiere a la medida de la batería, expresada en kw/h. De nuevo, algo con lo que no estoy familiarizado.

¿Tiene modo autónomo?

La marca lo llama ‘Autopilotado’, pero sí, lo tiene. Cuesta casi 3.000 euros y, a grandes rasgos, hace exactamente lo mismo que cualquier otro sistema que te mantenga a una distancia determinada del coche que va delante de ti y que ‘lea’ las líneas blancas de la carretera para permanecer en el carril. Sin embargo, va un poco más allá. Si enciendes el interruptor, el dispositivo se asegurará de que no hay nada al lado y cambiará de carril por ti.

¿Su funcionamiento es suave?

El mejor que he utilizado. Para empezar, manejarlo es muy sencillo: das un doble golpecito al mando del control de crucero, aparecen algunos gráficos azules y el coche se hace con las riendas. Además, reacciona rápidamente cuando el vehículo que va delante se aparta de nuestro camino. Con frecuencia, estos sistemas se lo piensan un segundo o dos antes de acelerar, pero aquí es más inmediato. Por último, aunque podemos debatir si esto es bueno o malo, en este Tesla Model S te permite conducir sin tocar el volante.

¿En serio? ¿Cuánto tiempo?

Bastante, varios minutos. Normalmente, cuando uno de estos dispositivos detecta que tus manos no están al volante, no pierde tiempo para recordarte que las vuelvas a colocar. Pero el Tesla parece más relajado con estos temas, menos estirado, mandón y autoritario. Como resultado, el modo ‘autopilotado’ es muy suave, aunque hay un par de peculiaridades que no me convencen.

¿Por ejemplo?

En el carril, te mantiene más a la izquierda de lo que desearías; se trata de esa pequeña diferencia entre nuestra decisión y la de una máquina, ya que ella sólo responde a lo que miden sus sensores en las proximidades inmediatas. Son reactivos, no predictivos. No pueden hacer lo mismo que tú y darse cuenta de que el décimo coche delante de ti está frenando, por ejemplo.

No tardará mucho en hacer eso…

Probablemente, pero ahora mismo esto es lo mejor que hay. Así que vamos a movernos y hablar sobre el resto del vehículo. Lo que te sorprende del Tesla Model S P90D (de la marca, en realidad) es que se acerca a las cosas con un punto de vista diferente, más abierto. Mientras que las tres grandes compañías alemanas se vigilan unas a otras constantemente y acaban siendo muy genéricas en su búsqueda de mantenerse dentro de sus valores, la americana es distinta. No necesariamente mejor; simplemente, diferente. Aquí está lo que no nos gusta: escaso espacio para las cabezas en las plazas traseras, donde el asiento, además, es muy poco mullido. Los frenos son flojos para un coche eléctrico deportivo que pesa más de 2.000 kilos, la visibilidad posterior no es mucha, no hay una capacidad de almacenamiento adecuada en el frontal, ni siquiera en la enorme consola central, y los materiales, calidades y diseño final no están en la misma liga que los de Mercedes, BMW o Audi.

De todo esto, lo peor es la carencia de espacio. Hay una enorme bandeja en el suelo, entre los asientos delanteros, pero las cosas que dejas ahí tienden a salir volando. Más allá de un par de reposavasos (de tamaño modesto) y de una ranura que no tiene mucho sentido bajo la pantalla central, no hay guanteras en las puertas o algún lugar seguro en el que colocar tus llaves, la cartera o el teléfono móvil.

¿Qué me dices del comportamiento dinámico?

Mucho mejor. A baja velocidad sobre sus llantas de 21”, lo cierto es que se va cómodo; la suspensión del Model S P90D aísla bien de los baches. Como el peso está concentrado entre los ejes y muy abajo, se muestra aplomado. Es refinado: se cuelan pocos ruidos en el habitáculo. Y se nota mucho, ya que no hay rumor del motor para taparlos.

La precisión del acelerador a ritmo lento es un triunfo: no hay sacudidas o golpes de potencia repentinos, sólo una respuesta milimétrica. Eso hace que arrastrarte en un atasco sea pan comido. Aunque, por supuesto, puedes poner la función de autopilotaje y que el coche lo haga por ti.

En un viaje largo, se comporta con suavidad. Tenemos 380 kilómetros entre carga y carga de la batería para no preocuparnos por nada en ese trayecto. Si visitas uno de los ‘supercargadores’ de Tesla, puedes recuperar casi 200 km en una hora. Y no te costará nada…

La enorme pantalla central es una delicia, con una utilización muy lógica a pesar de la cantidad de funciones que muestra. La mayoría de ellas se maneja sin los submenús eternos que, normalmente, te aturden en un coche germano. En resumen, es un vehículo muy sencillo por uso y por mantenimiento, y eso es decir mucho.

Vale, pues háblanos del modo Ludicrous.

Lo seleccionas mediante un botón en el menú; si quieres ‘ir con todo’ a un launch control, necesitarás cambiar la batería a la posición de potencia máxima, que precalienta todo el sistema de este deportivo eléctrico. Escoges el mencionado ‘launch control’: pisas el freno y el acelerador y sueltas este último. En la pantalla aparece un mensaje confirmando que el dispositivo se ha armado, así que vuelves con el pie derecho, el coche se tensa y sueltas el freno.

Y…

Es increíble. Las ruedas no patinan; escuchas un gemido eléctrico y una enorme presión te empuja hacia delante. Es completamente implacable hasta los 110 km/h; después empieza a desfallecer.

Pusimos nuestro sistema de adquisición de datos y, aunque las cifras no fueron tan brutales como esperábamos (quizá debido al frío y a los neumáticos de invierno), un 0 a 100 en 3,2 segundos no es un mal dato. En todo caso, tienes todos los números más abajo por si los quieres leer con calma.

¿Algo más?

Hay algunos truquitos en el menú, lo que indica que los ingenieros que han creado el Tesla Model S P90D tienen sentido del humor. Si presionas el botón 'Ludicrous' durante un par de segundos, la pantalla muestra unas estrellas desplazándose a toda velocidad, como las de La Guerra de las Galaxias. Puedes cambiar el nombre de tu coche en el menú Sobre tu Tesla: si borras el existente y pones '42', automáticamente podrás leer ‘La vida, el universo y todo lo demás’. Se trata de un homenaje a la broma que Douglas Adams hizo en su libro 'Guía de la galaxia para autoestopistas' (escribió: "La respuesta al último sentido de la vida, el universo y todo lo demás es 42"). Mi favorito es navegar por el menú Servicios y marcar ‘007’. Cuando sales, el gráfico que muestra el coche ha cambiado al Lotus Sprit acuático de James Bond. Y hay una explicación: Elon Musk lo compró en una subasta hace un par de años.

¿Es un buen coche?

Desde luego, aunque este deportivo eléctrico no es tan revolucionario como quizá pensabas y la tecnología no está más avanzada que en otros vehículos. Lo que es diferente es el modo en el que se integra y en el que se maneja.

También hay que decir que se trata de un coche muy caro. A pesar de los posibles descuentos de los gobiernos, si añades al precio base extras como el modo Ludicrous, el autopilotaje, la suspensión neumática, el sistema de sonido, los asientos deportivos, los spoilers en fibra de carbono… Nuestra unidad de pruebas subía a casi 150.000 euros. Y eso es mucho para un modelo con plásticos que crujen.

Pero el Model S P90D es guay, es interesante y diferente, superrápido, te hace sentir bien con el medioambiente ya que no hay emisiones contaminantes, trabaja de forma sencilla y lógica, disminuye de forma radical la ansiedad por la autonomía, es suave y está llegando a un nivel totalmente nuevo.

Tiempos de aceleración

De 0 a 16 km/h: 0,6 seg.

De 0 a 32 km/h: 1 seg.

De 0 a 80 km/h: 2,6 seg.

De 0 a 100 km/h: 3,2 seg.

De 0 a 130 km/h: 5,3 seg.

De 0 a 160 km/h: 8,3 seg.

Su competencia

Porsche Panamera S E-Hybrid

Porsche Panamera S E Hybrid
El Porsche Panamera es un contrincante de altura para el Model S.

107.729 euros.
Porsche ha decidido que va a conseguir que estos híbridos vayan muy rápido.

Lexus GS

Lexus GS
Otro híbrido rivaliza con el Tesla, aunque éste es completamente eléctrico.

De 45.900 a 87.000 euros.
La versión más reciente del GS está mucho más cerca de los líderes de su segmento.

BMW Serie 5 ActiveHybrid

BMW Serie 5 ActiveHybrid
Este BMW es uno de los rivales del Tesla... Y mucho más asequible.

69.850 euros.
Este híbrido tan impresionante tiene un comportamiento muy hábil, pero preferimos el diésel.

No te pierdas...

El Porsche Mission E entra en producción. ¡Tiembla, Tesla!

Nuestro veredicto

7