Prueba del Jaguar F-Pace 20d: ¿el SUV más atractivo del mercado?

¿Ha llegado la hora de comprar un Jaguar?

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Correcto. Tras haber podido disfrutar de otras mecánicas en la prueba del Jaguar F-Pace que te mostramos hace unos meses, ahora hemos podido echarle un buen vistazo a la variante diésel más comedida, destinada a ser la que acumule el mayor volumen de ventas de toda la gama. 

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Se trata del Jaguar F-Pace 20d, que incorpora un motor de gasóleo de dos litros, cuatro cilindros, 180 CV y 430 Nm de par máximo. En esta ocasión lo hemos puesto a prueba asociado a la tracción integral y el cambio automático de ocho relaciones. Sí, sé que estás pensando que deberíamos haber elegido la motorización más bestia que tiene la marca para su nuevo SUV -un bloque gasolina V6 de tres litros y 380 CV-, pero hemos preferido ser más razonables y darle una oportunidad a la que verás por la calle con más facilidad. Siempre que vivas en una buena calle, claro. 

Es bonito

Desde luego. El sujeto protagonista de nuestra prueba del Jaguar F-Pace 20d es el primer SUV ofrecido por la firma inglesa y, diseñado en la línea de la nueva imagen inaugurada por el espectacular F-Type -aquí tienes al modelo 2017-, resulta una de las opciones más interesantes que existen ahora mismo en el mercado si lo que quieres es conducir un coche que te diferencie del resto. Serás el foco de todas las miradas. 

Háblame de su interior

Su habitáculo tiene un diseño acertado en términos generales, y la calidad percibida en todos y cada uno de sus rincones es más que correcta, aunque la presencia de algunos plásticos de apariencia más endeble empañan un poco la sensación ofrecida por un conjunto que se ve obligado a pelear contra los mejores de su segmento, como el Audi Q5 2017. En cuanto al espacio, está más que garantizado gracias a unas cotas exteriores que no son precisamente pequeñas -4,7 metros de largo, casi dos de ancho y 1,65 de alto- y que posibilitan una habitabilidad destacable para hasta cinco ocupantes. Sí, he dicho cinco: las medidas de la segunda fila de asientos son lo suficientemente amplias como para permitir a tres adultos de medida estándar -no como yo, que mido 1,97- viajar en ellas cómodamente, con la tercera plaza sólo perjudicada por el voluminoso túnel central que no impide ser usada en desplazamientos medios. 

Muy bien... ¿y el maletero?

Buena pregunta: brutal. Ofrece 650 litros de capacidad con la segunda fila de asientos sin abatir, lo que convierte al Jaguar F-Pace en el vehículo de su categoría y precio con la mejor cifra en este aspecto. Siempre y cuando no elijas que equipe una rueda de repuesto de tamaño normal. Porque en ese caso la marca ha optado por colocar una tapa en el suelo de la zona de carga que merma mucho la cuantía total de litros... y su practicidad. No la pidas. En serio. 

Dos palabras: mo-tor

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Estoy casi seguro de que eso son dos palabras. A lo largo de la prueba del Jaguar F-Pace 20d he podido comprobar que su motor tiene dos defectos que a mi parecer lo hacen una opción algo arriesgada en función de tus necesidades: es algo más ruidoso de lo deseable y en determinadas situaciones deja claro que no es la opción ideal si lo que quieres es mover los 1.775 kg del coche con cierta alegría. No me interpretes mal: resulta una alternativa muy razonable a las más potentes de la gama -de 300 CV en el caso del modelo diésel y de 340 o 380 en los gasolina- si tu intención es darle un uso suave y no sueles subir muchos puertos de montaña con el coche cargado hasta los topes. Para todo lo demás... mejor que sobre. 

Hablando de puertos... ¿qué tal va en movimiento?

Sorprendentemente bien. A pesar de tu elevada masa, el conjunto tiene un tarado de suspensiones que lo convierten en un coche razonablemente ágil en zonas de curvas, aunque en carreteras de trazado muy revirado puede sufrir algún atragantamiento si pones demasiado énfasis al enlazar los giros muy rápido. A la hora de afrontar un viaje largo en autopista es una auténtica maravilla que ofrece un confort de marcha sobresaliente sólo roto por el ruido aerodinámico de sus espejos. Pero nada demasiado desagradable. En ciudad... es otra historia: evidentemente dados su tamaño y peso, no es un coche ideado precisamente para ir a por el pan con él cada día -a pesar de que sus conductores lo comprarán pensando en hacerlo-. Callejear con él puede ser un problema en cascos antiguos o aparcamientos verdaderamente estrechos, y su suspensión castiga en demasía las espaldas de sus ocupantes al pasar por encima de baches, badenes o grietas. Es el precio a pagar por un comportamiento general tan bueno... 

¿Y fuera del asfalto? 

Muy bien, pero teniendo en cuenta que se trata de un coche pensado más bien para usarlo dentro de lo negro y hacer algún que otro viaje a la nieve en invierno. La alianza con Land Rover se ha dejado notar -échale un ojo a las fotografías de su selector de marchas y los botones para elegir el modo de conducción y juega a encontrar las diferencias-, y para bien: a la hora de enfrentarse a superficies más resbaladizas el SUV de Jaguar se desenvuelve con bastante soltura y permite avanzar en estas situaciones con mucha seguridad... e incluso buen ritmo. Evidentemente no te podrás venir con él demasiado arriba: no es un todoterreno propiamente dicho y si te lanzas a devorar una trialera lo más normal es que termines llamando a la grúa con un cóctel de vergüenza y culpabilidad agitándose dentro de tu cerebro. 

Consumos, por favor

Ah, qué pregunta más delicada. Según la marca, la versión diésel más asequible de su nuevo SUV se conforma con consumir sólo 5,3 litros cada 100 kilómetros. A los que no hemos podido acercarnos ni de broma: tras más de 600 kilómetros recorridos con él en diversas situaciones y con trayectos semejantes a los que haría un conductor medio a lo largo de una semana, logramos que el ordenador marcara 7,5. Que nos parece una cifra más que buena teniendo en cuenta su peso y características, pero nos deja realmente preocupados acerca de los sistemas que emplean los fabricantes para homologar sus consumos... 

¿Precio? 

La unidad de la prueba del Jaguar F-Pace 20d pertenece a la versión Prestige y está equipada con cambio automático de ocho relaciones y tracción integral, por la que la marca te pedirá aflojar al menos 57.450 euros. A ellos podrás sumarle tanto dinero como creas conveniente cargándolo de extras como el navegador InControl Touch Pro Pack con sistema de sonido Meridian Digital Surround Sound -4.243 euros-, los asientos delanteros con regulación eléctrica y memoria -1.652- o el Advanced Park Assist -2.637-. 

¿Veredicto?

El Jaguar F-Pace 20d es una magnífica opción si lo que buscas es un SUV espacioso y práctico con el que poder ir a todas partes sin preocuparte demasiado por el estado de la carretera, siempre y cuando tengas presente que se trata de una mecánica algo justa que dejará notar sus carencias en cuanto te quieras dar un homenaje por tus carreteras de montaña preferidas... o quieras subir un puerto con cinco ocupantes y el maletero lleno. Una cosa tendrás asegurada: no es un coche que te cansarás de ver por la calle... de momento. El F-Pace es el modelo más vendido de Jaguar y sólo en enero se han despachado 216 unidades. El segundo automóvil con más éxito de la marca es el Jaguar XE y de ese sólo colocaron 140. ¿Del F-Type? Tres, amigos. Tres. El mundo está loco. 

Fotos: Álex Aguilar

Nuestro veredicto

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Etiquetas: SUV