Prueba: Jeep Grand Cherokee 2017. Sube, baja, va, viene...

Le gusta el barro. Y a nosotros

Al probar el nuevo Jeep Grand Cherokee me invade una sensación como la que tenía cuando me monté en el Subaru WRX STI (aquí la prueba) hace unas semanas. Como de que la fiesta ha estado genial, pero todos sabemos que se está acabando... ¡y ojalá no sea así!

Ojo a esto: la historia del Jeep Willys en 10 claves

El caso es que el nuevo Grand Cherokee es uno de esos modelos de los que ya casi no quedan. Aunque se le puede considerar como el que inauguró el segmento de los SUV de lujo en 1992, hoy la gran mayoría de los integrantes de este selecto club pasan del campo y apuestan todo al asfalto. Sí: estoy pensando en el BMW X5, que directamente no tiene reductora y hasta una versión de propulsión, pero también al Mercedes GLE, el Range Rover Sport o el Porsche Cayenne. De estos, algunos tienen una capacidades offroad alucinantes, pero lo cierto es que encaramarte por una pendiente de arena suelta y piedras al volante de un Jeep, como que mola más...

Pero vayamos por partes. Tengo en mi poder las llaves de un Grand Cherokee Overland. Es una de las versiones tope de gama, y sus 79.000 eurazos así lo atestiguan. A cambio, me recibe un interior repleto de cuero y equipamiento por todos los lados, desde una enorme pantalla de 8,4 pulgadas con navegador al enorme techo panorámico. Y también control de crucero adaptativo (tiene función de control de crucero normal), asientos de cuero... Suma la caja de cambios de ocho velocidades con reductora y suspensión neumática con tres alturas para offroad.

El arranque, como siempre es suave. El 3.0 diesel es el mismo V6 de antes (con dos niveles de potencia, 190 y 250 CV, que es el que pruebo), pero de su nombre se cae lo de CRD. Por si te apetece, tienes también opciones de gasolina, como un de 286 CV y dos HEMI: un 5.7 V8 con 352 CV y un 6.4 V8 con 468. De este último bloque también surge esa barbaridad llamada Jeep Grand Cherokee Trackhawk, del que se podría decir que es el SUV más brutal del planeta... y no solo por su salvaje cifra de potencia.

Volviendo al V6 diesel de 250 CV, asociado al Grand Cherokee tiene un funcionamiento tranquilo, especialmente por autopista, donde le tarado de la suspensión te ayuda a viajar cómodamente. En cambio, si te gustan los coches más firmes, quizá te saque un poco de quicio... hasta que te acostumbres a viajar como un marqués. También ayuda la caja, que hace unas transiciones suaves. Probablemente no será la más efectiva, pero no está nada mal: para ver si subes de marcha, tienes que prestar atención.

Su terreno favorito es una autopista recta en buen estado, donde puedes conducir con tranquilidad. Si llegas a una zona de curvas, las 2,4 toneladas te recordarán que no deberías picarte con un Porsche Cayenne y las llantas de 20” unidas a unos Continental CrossContact 265/50 tampoco ayudan a conseguir una efectividad loca. ¿Pero te sorprende? Seguro que no...

Probamos el Grand Cherokee en tierra :)

Donde sí te deja con la boca abierta es fuera del asfalto. Para probarlo en ese terreno me las apañé para conseguir la versión Trailhawk. Se trata del acabado campero, aunque más allá de la decoración, es algo más efectivo que los demás gracias a unas llantas de 18” con gomas All Weather que son más aptas para hacer el canelo por caminos de piedra. Jeep preparó una ruta bastante maja con la que conseguir unas primeras impresiones. Lo típico: cruces de ejes, subidas y bajadas, zonas de piedras... A pesar de que en la marca estén cambiando cosas, como la confirmación de un Jeep Wrangler híbrido, otras permanecen inalteradas.

Hemos buscado los mejores SUV de 2017

En realidad, el Grand Chrokee con los Continental de de 20” de asfalto podía con todo sin pestañear, pero el Traihawck tiene un arma secreta que hará que los más puristas salgáis corriendo a tiraros por el primer acantilado que encontréis: se trata del Select-Terrain. Básicamente es una especie de control de crucero que funciona con la reductora y entre 1 y 8 km/h. Lo activas y subes, bajas, vadeas, pasas trialeras... haces lo que te dé la gana a la velocidad que escojas. La verdad es que es más efectivo que tu pie derecho, con lo que también te puedes centrar en disfrutar de la ruta sin miedo a destrozar la pintura metalizada que te ha costado 1.000 euros...

Más adelante podremos torturar probar el Jeep Grand Cherokee 2017 con más detenimiento. Pero por ahora saco una conclusión sin entrar en gustos estéticos (a mí me encanta esa pose de chico malo): puede ser que no sea el más efectivo en carretera, y hasta que tenga algunos detalles viejunos, como el freno de mano de pie (ah, esas contradicciones), pero saber que con este coche puede llegar a donde nadie lo hace, cuanto menos te dibuja una sonrisa...



 

Nuestro veredicto

7