Prueba Volkswagen Golf GTI Clubsport: ¡futuro clásico!

Ya nos ha dicho adiós, pero desde ya mismo es uno de los Golf más deseados de la historia.

Confieso que tenía ganas de esta prueba del Volkswagen Golf GTI Clubsport. Si bien el Volkswagen Golf GTI 2017 es un coche muy equilibrado y perfecto para usar en el día a día, amén de ser un coche realmente eficaz en curvas, también considero que es un coche al que quizás le pueda faltar un poco de ‘mala leche’. Por eso, esta versión Clubsport, capaz de alcanzar los 290 CV y con una puesta a punto algo más radical se me antojaba la opción perfecta para mi gusto. ¿Para el mío? ¡Para el de todos!

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Su estética algo más racing, sus espectaculares buckets tapizados hasta con tres tipos de material (tela, alcántara y cuero) así como un motor capaz de rozar los 300 CV se me antoja un cóctel perfecto para un compacto deportivo como este. Un primer vistazo al exterior siempre te lleva al mismo sitio: las espectaculares llantas de 19 pulgadas con un diseño que o amas…u odias. El alerón trasero en cambio es más unánime en la opinión general: le queda como un guante.

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Me gusta la estética del conjunto. El Volkswagen Golf es el símbolo de la sobriedad, pero en una versión como esta, la lucha entre la discreción y la ostentosidad se mantienen en una lucha constante. Yo creo que la cosa está bastante bien equilibrada: estamos ante una versión especial y se tiene que notar. Puertas adentro la verdad es que tampoco hay grandes novedades, los buckets son los mismos que los que monta mi R32 de hace diez años, aunque estos tienen un mullido algo más suave y la verdad es que ofrecen un interesante grado de confort. 

Lo primero que resulta evidente es que este Golf GTI Clubsport tiene detalles que se ven un poco anticuados: normal, se basa en el Golf GTI de 2013 y ya ha llovido desde entonces. El sistema de infotainment, por ejemplo, es intuitivo pero no se podría considerar que esté a la última: el nuevo Volkswagen Golf GTI 2017 es tu opción si buscas tecnología, aunque por el momento deberás perder 45 CV por el camino (el más potente es el Volkswagen Golf GTI 2017 Performance con 245 CV).

Aunque bueno, quizás la diferencia no sea tan grande como parece. El Volkswagen Golf GTI Clubsport monta el archiconocido motor 2.0 TFSI del resto de la familia, pero con una particularidad: por norma general produce 265 CV, mientras que cuando hundes el pedal hasta hacer el ‘kick down’, el turbo aumenta ligeramente su presión máxima de funcionamiento y la potencia se eleva hasta los 290 CV. 

Arranco y el Volkswagen Golf GTI Clubsport de esta prueba arranca en silencio. Pero, pero, pero: ¿esto no es una versión especial más radical y deportiva? Primera decepción: el sonido apenas varía respecto a la versión normal y eso no me parece bien. No es cuestión de que haya que asustar a las abuelitas que van a comprar el pan, pero un sonido algo más contundente sería de agradecer, para darle un poco de chispa a la vida. No, suena prácticamente igual que el GTI y lo único que se sale de la norma es el ligero petardazo que se genera al cambiar de marcha con el cambio automático DSG de 6 velocidades.

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La verdad es que el Volkswagen Golf GTI Clubsport mantiene esa usabilidad característica del GTI sin cambios: es bastante cómodo y si esperabas un Golf GTI radical quizás te decepcione un poco. La verdad es que es un coche perfecto para usar en el día a día, discreto pero con una imagen que hace girar las cabezas de los aficionados. No obstante, no estamos aquí para aburrirnos con un coche así entre manos, así que decido ver de qué es capaz en zonas reviradas.

Coloco el modo Sport del chasis activo y la palanca de cambios en modo secuencial, para poder cambiar de marcha sin levantar las manos del volante, ¡Ah! Se me olvidaba: el volante, tapizado en alcántara y con el marcador a las 12 acabado en color rojo, es verdaderamente fantástico. No sé cuanto tiempo durará en un estado óptimo, pero a la vista y al tacto es genial. En las primeras curvas me doy cuenta que la dirección, en general, es bastante buena: es ligera, como manda la norma actual, pero guía con precisión al eje delantero, que apoyado por el diferencial autoblocante que equipa esta versión parece ir sobre raíles.

Aumento el ritmo y el motor empuja con fuerza. Con los 265 CV ya te lo vas a pasar en grande en una zona de curvas. El chasis va sobrado y la suspensión tampoco adolece de un comportamiento demasiado blando: puedes ir muy, MUY rápido en zona de curvas y la verdad es que es un coche con el que puedes venirte arriba. Quizás echo en falta algo más de mordiente en los frenos, más rabia a la hora de morder el disco: frenan bien pero son demasiado progresivos para mi gusto, en un coche así prefiero primero contundencia y después dosificación.

No te voy a engañar: acabo el tramo con una sonrisa en la boca. El Volkswagen Golf GTI Clubsport es un coche que lleva el concepto GTI un pasito más allá, gracias al extra de tracción y al extra de potencia. Es equilibrado, es rápido y es muy utilizable en el día. También corre como un demonio, capaz de bajar de los seis segundos en el cero a cien, pero personalmente quizás habría deseado un pelín más de radicalidad, un comportamiento que fuese algo más diferente al de un GTI normal. 

¡Iluso de mi! Esto es Alemania amigos y aquí los cambios se hacen con cuentagotas. No obstante, tanto por su imagen como por los extras a nivel dinámico que monta este Volkswagen Golf GTI Clubsport, sin duda se va a convertir en uno de los coches más deseados por los aficionados de la saga del Golf GTI, es un gran coche aunque todavía no te he hablado de otro de sus grandes problemas: el precio. Mi ejemplar de pruebas roza los 50.000 euros y yo lo tengo claro: por ese precio me compro un Seat León Cupra y un Golf GTI II. ¡Y lo peor es que no tiene visos de que vaya a bajar mucho de precio en el mercado de ocasión! Más bien al contrario, ya se podría clasificar como un futuro clásico.

Nuestro veredicto

0.8