Audi Q7

El mercado de los automóviles está en continua evolución. Prácticamente cada semana aparecen modelos nuevos o los ya existentes sufren alguna actualización. Incluso el concepto que definía a un coche se modifica para adaptarse a un nuevo segmento o para enfocarse a un tipo de público diferente. Sin embargo, todavía quedan algunos fabricantes que no tiene miedo a conservar la esencia que define sus coches, haciendo que a pesar de renovarlos periódicamente conserven todo su espíritu. En esta controversia se encuentra el Audi Q7, un coche que conserva todo el espíritu con el que fue creado pero que ha sufrido tal nivel de actualización que posiblemente sea uno de los mejores SUV grandes del momento. Y ese es un título que le queda perfecto, un automóvil que sin dejar de ser como era antes ha conquistado un mercado tan saturado como el de los todocaminos. Es una historia casi épica. Aunque lo cierto es que a este Audi no le faltan argumentos para coronarse como rey. Desde su aspecto exterior, que ha sido exprimido al máximo, hasta su comportamiento y prestaciones en carretera, pasando por un equipamiento muy completo, son solo algunas de las características del Q7 que lo han llevado donde está ahora. La historia de este coche se resume en una mejora continua, pues los ingenieros de Audi recogieron un coche que ya era bueno y lo hicieron mejor.

Como en cualquier coche de una marca premium, uno de los elementos más relevantes del Q7 es su motor. O motores, porque Audi permite que este coche pueda equiparse con hasta cuatro propulsores. La gama de motorizaciones comienza con dos bloques diésel 3.0 TDI que otorgan 218 y 272 caballos de potencia respectivamente. En el caso del único motor de gasolina disponible para el Q7, hablamos de un TFSI de tres litros y 333 caballos. Por último, y como la opción más novedosa e interesante, este Audi está disponible con un motor híbrido enchufable que combina propulsión diésel y eléctrica. Dispone de 373 caballos y tiene una autonomía de 56 kilómetros en ciclo puramente eléctrico. En cuanto al resto de aspectos mecánicos, el nuevo Q7 llega equipado de serie con una caja de cambios automática 'Tiptronic' de ocho velocidades, perfecta para gestionar la enorme potencia de la que dispone este coche. Además de esta transmisión, este SUV incorpora de serie la tracción a las cuatro ruedas 'Quattro', indispensable para exprimir al máximo las capacidades de este coche.

El exterior del Q7 es una oda al diseño. Desde el primer vistazo sorprende como un coche que por definición debería ofrecer una imagen pesada y poco dinámica se viste con una carrocería elegante, de aspecto ágil y que regala los ojos en todos sus ángulos. Al contrario de lo que ocurría con la generación de 2005, que parecía una furgoneta de reparto, el nuevo Q7 tiene unas líneas fluidas y longitudinales, así como un frontal de corte deportivo que le da un punto picante a su look de portero de discoteca. Muchos elementos estéticos del coche son nuevos o han sido rediseñados, lo que hace que haya dejado muy atrás a su predecesor en el caso del aspecto exterior. Pero si el exterior sorprende, el interior enamora. El habitáculo del Audi Q7 se compone de un espacio diáfano que puede dar cobijo hasta a siete ocupantes sin sacrificar excesivamente el espacio de carga del maletero. Los acabados son excelentes, y no hay nada que esté donde no debe. El salpicadero es sobrio y elegante, un anticipo de lo que nos vamos a encontrar cuando arranquemos el coche. En cuanto al equipamiento tecnológico, el Q7 cuenta con la posibilidad de incorporar todo tipo de sistemas de asistencia a la conducción, seguridad e infoentretenimiento.

A pesar de todo, este coche tiene un minúsculo defecto. En algunas de sus facetas puede parecer un poco aburrido, algo que no es del todo malo dado el tipo de coche del que hablamos. Sin embargo, los ingenieros de Audi son inconformistas por naturaleza, y no quieren que nadie tenga algo que objetar sobre su obra maestra. Así que se han puesto manos a la obra y han creado un coche cuyo conductor tipo tiene 20 años menos que el del Q7. Se llama SQ7, y es algo verdaderamente espectacular. El Audi SQ7 utiliza la misma plataforma que su hermano, pero una dosis de adrenalina en el motor es más que suficiente para que sus prestaciones se disparen. Con un motor V8 de cuatro litros, el SQ7 pone a disposición del conductor 435 caballos, suficientes para acelerar las casi dos toneladas del coche de 0 a 100 kilómetros por hora en 4,8 segundos. El rendimiento mejorado se consigue gracias a los tres compresores que incluye el motor, mientras que el consumo de combustible es inferior al del resto de sus rivales. Pero por si el enorme motor no fuera suficiente, el SQ7 disfruta de algunas mejoras estéticas que remarcan su aspecto deportivo y realzan su aspecto agresivo. Como de costumbre, las versiones deportivas que desarrolla Audi elevan un modelo a su máxima potencia, y eso es lo que ha hecho el SQ7, mejorar lo inmejorable.

Desde luego, este coche es siempre una elección muy inteligente. Su elevado precio compensa por todo el equipamiento y las prestaciones que este coche ofrece. La versión SQ7 le añade ese puntito travieso que tanto gusta, para los que no tiene tiempo de ir despacio. Y no nos olvidemos de la versión híbrida enchufable, con la que uno se olvida de que está a los mandos de un coche eléctrico gracias a su excelente rendimiento. Está claro que el Q7 es un coche pensado para hacer feliz al conductor, a los pasajeros y a cualquiera que fije la vista sobre él. Y eso, junto a su poder sobre el asfalto, lo convierten en un auténtico rey de reyes.

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