Land Rover Defender

El Land Rover Defender 2020 tiene una labor muy complicada: modernizar un nombre que durante más de seis décadas se ha convertido en todo un referente de la conducción off-road. Un todoterreno puro que se moderniza en profundidad con el objetivo de mantener un gran comportamiento lejos del asfalto pero también dentro, mejorando su eficacia y su refinamiento.

Land Rover ha decidido crear un coche completamente nuevo, a diferencia de la actualización de otros grandes todoterrenos de su tiempo, como el Jeep Wrangler o el Mercedes Clase G. La firma británica ha creado un coche desde cero, pensando especialmente en el uso que los clientes van a dar de él.

Y es que se ha comprobado que muchos de los compradores del Land Rover Defender quieren una estética robusta pero sin renunciar a ciertos lujos modernos. Lo mismo ocurre con el uso que le darán: muchos de ellos pasarán la mayor parte del tiempo sobre asfalto, por lo que el comportamiento dinámico tiene que ser un elemento importante en su puesta a punto.

Estéticamente el Land Rover Defender mantiene unas formas cuadradas y robustas, pese a que incorpora ciertos elementos más dulcificados, especialmente en el frontal, donde recibe unos grupos ópticos redondos y una forma del capó más redondeada. En la zaga las formas son más cuadradas y sus pequeños pilotos recuerdan a los primeros Land Rover. ¡Todo un acierto!

Con más tecnología

Por supuesto, el aspecto tecnológico debe ser fundamental en un coche de nuestro tiempo y el Land Rover Defender cuenta con tecnología full LED tanto el faros como en pilotos. Sin embargo, la tecnología se aprecia mejor en el interior del Land Rover Defender 2020, donde encontramos dos pantallas, una en el cuadro de mandos y otra en lo alto del salpicadero, desde las cuales se controlan prácticamente todas las funciones del vehículo.

El interior cuenta con un diseño minimalista y de gran calidad, con detalles como los tornillos a la vista cuyo objetivo es incrementar la sensación de robustez del conjunto. Cuenta con asientos tapizados en cuero y un equipamiento de auténtico lujo: ¡no está lejos de su hermano mayor, el Range Rover!

El Defender de 2020 está disponible con dos carrocerías, una larga con cinco puertas, que mide 4,76 metros de largo, y una corta, de tres puertas y que mide 4,32 metros de largo. Esta última llegará a los concesionarios un poco más tarde que la versión larga, aproximadamente en el mes de octubre.

La gama de motores del Land Rover Defender es muy amplia. Cuenta con dos versiones diésel de 200 y de 240 CV, con una cifra de par que alcanza los 430 Nm en la versión más potente. Además cuenta también con dos potentes versiones de gasolina, un cuatro cilindros con 300 CV y un seis cilindros con 400 CV. Todas las versiones cuentan con cambio automático y, por supuesto, con tracción a las cuatro ruedas.

En el apartado del chasis destaca la nueva suspensión neumática, la gran novedad a nivel dinámico de este vehículo. Permite dotar al nuevo Defender de una doble personalidad: es mucho más cómodo y eficaz sobre asfalto y gracias a la altura regulable consigue las mejores cotas off-road del mercado, con 38 grados de ataque, 40 de salida, con una profundidad de vadeo de 90 centímetros.

Cuenta con el sistema Terrain Response 2 con diferentes modos para adaptar la tracción a nuestras necesidades. Se asocia también a la caja automática ZF de 8 relaciones con la reductora. Viene de serie con bloqueo central del diferencial, mientras que el trasero se puede pedir de manera opcional.

Con todo este equipamiento off-road, el Land Rover Defender es una bestia imparable lejos del asfalto. Eso no es una novedad en este vehículo, pero sí lo es su cambio en el apartado dinámico sobre asfalto. Es un coche perfecto para viajar con la familia rodeado de mucho lujo y tecnología. ¡Una adaptación perfecta al Siglo XXI de un mito del Siglo XX!

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