Rolls-Royce Wraith

El Rolls-Royce Wraith es probablemente uno de los modelos más bonitos llevado a cabo por la marca británica. Este coupé combina los valores más tradicionales de Rolls-Royce con un carácter mucho más moderno y juvenil. Su diseño rompe con el diseño tradicional de estos modelos, y aporta un soplo de aire fresco a una gama de modelos con poco margen de mejora.

Este coche es un ejemplo de que esta marca ha sabido aprender con el paso de los años, con el Wraith es momento de ofrecer todos esos nuevos conocimientos en un modelo que destaca incluso entre sus hermanos de gama. El espíritu de este coche busca el equilibrio entre la exclusividad más extrema y un carácter deportivo que antes solo se podía entrever en otros modelos de Rolls.

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Motor V12: el alma del Rolls-Royce Wraith

Este coche marca un ante y un después en la historia de la firma, y la sumerge por completo en la década presente gracias a una imagen contemporánea y profundamente atractiva. Para dotar a este coche de potencia mecánico suficiente, los ingenieros de Rolls Royce han desarrollado un motor V12 que ofrece 624 caballos.

Gracias a este propulsor y a su generoso caballaje, el Wraith puede moverse con total agilidad a pesar de sus dimensiones y su peso. Igualmente, tanto el chasis como la suspensión se han sometido a examen para adaptarlos al espíritu de este coche, y el resultado no podría haber sido mejor.

Este modelo mantiene un sofisticado equilibrio entre confort de marcha y deportividad que no podemos esperar de ningún otro vehículo.

Un Rolls-Royce algo diferente

El diseño exterior de Wraith llama la atención por sus formas, más suaves que en otros modelos de la gama Rolls-Royce. Gracias a ellas consigue un aspecto más armonioso y contemporáneo, cualidades menos evidentes en otros modelos. El frontal del coche es 100% Rolls-Royce, y está protagonizado por la gran parrilla de diseño vertical.

Sobre ella se erige la figura del 'Espíritu del Éxtasis', símbolo inequívoco de la exclusividad de que ofrece el fabricante británico. La línea lateral del coche evoluciona y se vuelve algo más estilizada, aunque conserva la presencia original de estos coches. Como es costumbre, la apertura de las puertas se realiza en el sentido contrario al de la marcha, lo que crea otro punto de exclusividad.

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Finalmente, la caída del techo resulta sutil y progresiva, hasta el punto de fusionarse con la zaga del coche si variar su línea. En la parte trasera, el diseño adopta unas formas más fluidas, mientras que los pilotos aumentan de tamaño y recuerdan ligeramente a los del Bentley Continental.

Acabados artesanales y materiales de lujo

En el interior, la imagen es totalmente impactante. Parece más propia de una suite en un lujosos hotel que de un automóvil. Materiales de lujo y acabados excelentes ocupan cada rincón del habitáculo. Cada unión entre las piezas ha sido llevada a cabo a mano por un artesano, algo fácil de apreciar por los cinco sentidos.

El equipamiento de este coche está a la altura de su diseño, y cuenta con los sistemas más modernos en cuestiones de asistencia a la conducción y seguridad. El infoentretenimiento y la conectividad han mejorado, haciendo de este coche una máquina increíblemente tecnológica.

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Todos los elementos del Rolls-Royce Wraith trata de fomentar el equilibrio entre elegancia y deportividad, mientras que el propio concepto del coche alterna entre modernidad y tradición. Este coche es una de las piezas más bonitas que ha creado Rolls-Royce a lo largo de su historia, y probablemente sea capaz de enamorar a sus propietarios desde el primer minuto.

Puede que su coste resulte algo prohibitivo, pero es el precio a pagar por la sensación de manejar un automóvil único. Además, Rolls-Royce permite una capacidad de personalización extrema.

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