Toyota Hilux

El Toyota Hilux es una de las 'pick-up' con más éxito del mundo. Su historia se remonta casi medio siglo atrás, y aún hoy sigue liderando mercados tan competidos como el estadounidense. Este coche se creó con el objetivo de ofrecer un automóvil capaz de realizar las labores más duras, pero con el paso del tiempo ha ido evolucionando hasta convertirse es una máquina increíblemente polivalente.

De hecho, sus humildes orígenes asiáticos no han sido excusa para poner en aprietos a los grandes reyes del segmento, modelos firmados por las divisiones estadounidenses de Ford y Chevrolet.

Toyota los atacó combinando robustez y polivalencia para el día a día, y parece que ha funcionado. Recientemente se ha encontrado con una nueva generación de rivales del Toyota Hilux, desarrollados por prestigiosas marcas alemanas, como es el caso del Volkswagen Amarok o el Mercedes Clase X.

El Hilux encuentra en estos rivales y alternativas una nueva posibilidad de demostrar sus capacidades todoterreno y la calidad que ha ido adquiriendo tras varias décadas en el mercado de coches nuevos.

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Para reforzar esta idea de versatilidad, el Toyota Hilux llega al mercado con tres carrocerías distintas. Todas comparten dimensiones y plataforma, de manera que debemos encontrar el equilibrio entre espacio de carga y habitáculo, algo que suele tener mucho que ver con el objetivo final del coche.

El Hilux Cabina Sencilla (también hay variante Hilux Doble Cabina) cuenta con dos plazas para los pasajeros, pero el espacio de la caja es superior a los dos metros. La opción intermedia es la cabina doble, que permite alojar hasta a cinco pasajeros pero que sacrifica varios centímetros del espacio de carga.

Finalmente, la opción más cómoda para los pasajeros es la denominada Hilux Cabina Extra, y que está pensada para aquellas familias a las que les gusta la aventura. Por no mencionar las infinitas variantes y versiones especiales de esta 'pick-up', como la Toyota Hilux Invincible 50.

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Un diseño que sobrevive al paso del tiempo

Si por algo ha destacado siempre la imagen de la Toyota Hilux es por su estética conservadora. Incluso para ser un 4x4 puro, esta 'pick-up' resulta sencillo y reduce los detalles y las florituras de diseño a la mínima expresión.

Apuesta por líneas rectas en todos los puntos de su carrocería, y mantiene un aspecto rectangular que imprime robustez y calidad. En las versiones más recientes, el Hilux se toma algunas licencias en las ópticas y en los detalles cromados, pero sin olvidar su objetivo principal.

En los acabados más altos de la gama y con una configuración que apueste por el confort de los pasajeros, el Toyota Hilux comienza a adoptar cierto carácter de familiar todopoderoso, con algunos detalles estéticos más cuidados que enriquecen el conjunto sin sacrificar el espíritu aventurero del coche.

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Un interior pensado para el día a día

En el interior, el Hilux resulta algo austero en los acabados más básicos, ya que el equipamiento es mínimo y los acabados pobres. En las versiones más altas de la gama se aprecian unos buenos materiales y un equipamiento a la altura de un automóvil de segmento superior.

Aun así, el salpicadero sigue contando con el minimalismo propio de Toyota. En la consola central destaca la pantalla táctil desde la que se pueden gestionar el sistema de infoentretenimiento y configurar otros elementos del coche, y donde se localiza la mayor parte del equipamiento extra del coche.

La zona destinada a los pasajeros resulta confortable, aunque para lograr que esta comodidad se perpetúe en trayectos largos, habrá que decantarse por acabados superiores que incorporen mejores materiales en los asientos.

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La sensación en el interior del Toyota Hilux es buena, y las cabinas más grandes garantizan un espacio más que suficiente. No se aprecian demasiados ruidos del exterior, e incluso circulando por terrenos difíciles, se mantiene cierto confort para los pasajeros. Ahora bien, en el momento que nos alejamos de un acabado superior, esta calidad disminuye notablemente.

Un motor que vale para todo

En cuestiones de motorización, el Toyota Hilux solo cuenta con una alternativa en nuestro país. Se trata de un motor 2.4 diésel de 150 caballos, capaz de ofrecer unas prestaciones suficientes como para que este 'pick-up' afronte todos los retos que se le pongan por delante.

Este motor del Toyota Hilux se puede combinar con una caja de cambios manual de seis velocidades o una transmisión automática con el mismo número de relaciones. En el caso manual, el cambio es preciso y cómodo, pero la secuencia automática gestiona mejor la potencia del motor.

En cuanto a la tracción, en este coche es integral y puede alternarse entre las dos y las cuatro ruedas desde un control en el salpicadero. Esta operación se puede llevar a cabo hasta una velocidad de cincuenta kilómetros por hora, y permite también activar la reductora.

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Un precio razonable para un automóvil eterno

El Toyota Hilux es uno de esos coches que, salvo accidente o avería grave, están diseñados para durar eternamente. Por eso, sea cual sea la opción elegida, valdrá cada euro que paguemos por ella.

El acabado más básico del Hilux está a la venta desde 28.215 euros en su variante de cabina simple. El acabado más alto de la gama con cabina extra alcanza los 38.215 euros, y entre medias de ambos se pueden encontrar variaciones para todos los gustos y que combinen espacio de carga con una buena habitabilidad.

El Hilux ha demostrado durante mucho tiempo que es un automóvil excepcional, todopoderoso y de gran resistencia. Ha logrado batir a rivales que partían con ventaja, y se ha convertido en el modelo elegido para soportar los trabajos más duros. Por ello, será siempre una alternativa razonable y con buena proyección para el futuro.

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