Porsche 928: ¿el Porsche más rompedor? Te damos tres razones

Porsche 928 y 928 S de 1982

Al principio levantó suspicacias, pero aguantó casi dos décadas

A la hora de plantearme la respuesta a la pregunta de cuál ha sido el Porsche más rompedor, lo cierto es que se me agolparon en la cabeza varias opciones. ¿Podría ser el 911 996? Fue el primer nueveonce de motor con refrigeración por agua y además marcó un nuevo rumbo para la marca de deportivos alemana, pero no creo que en realidad fuera taaaaan rupturista.

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¿El Porsche Cayenne? Bueno, creo que podría estar en ese grupo, pero al fin y al cabo, en Stuttgart no hicieron más que seguir la moda imperante y desarrollar un SUV (o, según lo mires, un todoterreno) al que le llegaron a colocar un motor diésel. Este mejor lo dejo para otro día.

¿Quizá el Porsche 924? Probablemente. El primer Porsche con el motor delante de su conductor en pisar el asfalto de una carretera abierta al tráfico desde los tractores Junior, Standard, Super o Master marcó un hito porque de repente el público que podía acceder a la marca crecía. Y además utilizaba un cinco en línea de origen Audi. A la opinión pública le picó cuando se desarrolló el 914 con una base de Volkswagen y aquí ocurrió lo mismo.

Entonces, ¿cuál es el más rompedor? ¿Qué Porsche podría recibir semejante distinción? Igual que me envalentoné a la hora de escoger los mejores motores de Alfa Romeo, ahora me ha tocado decidir de manera unilateral que este honor se lo lleva el Porsche 928. Veamos por qué.

Porque tenía que sustituir al Porsche 911 como líder espiritual

Un modelo en arcilla del Porsche 928. Foto: Porsche
Un modelo en arcilla del Porsche 928. Foto: Porsche

Ernst Fuhrmann fue el presidente de Porsche entre 1972 y 1980. Veía con inquietud el hecho de que la marca se sustentaba únicamente en el 911, por lo que decidió diversificar. También empezó a allanar el terreno para un modelo que sustituyera a su modelo más icónico como el pilar sobre el que asentar todo lo demás. Y aunque fue acusado de intentar acabar con el 911, lo cierto es que gracias a él existen los 911 Carrera 2.7 RS y 911 Turbo 930.

El Porsche 928 empezó a desarrollarse en 1971 con Fuhrmann aún como Director Técnico y los primeros prototipos pisaron el asfalto con carrocerías de lo más variopinto, como un Mercedes SL 350 (W107), un Opel Admiral o un Audi 100.El desarrollo se completó a lo largo y nacho del planeta: los 12 prototipos (o 13, según a quién preguntes) recorrieron desde el Polo Norte hasta Argelia, aunque probablemente donde más rodaron fue en el centro de desarrollo de Weissach, donde también dieron con una novedosa solución para mejorar el manejo: el 'eje Weissach', una especie de sistema de tren trasero direccional pasivo.

Así cambió Ferdinand Piëch el mundo

La carrocería la dibujó Wolfgang Möbius bajo la supervisión del responsable de diseño Anatole Lapin. Su forma de nave espacial podía acoger a cuatro personas (las dos de atrás estarían deseando llegar) y lanzarlas a velocidades de vértigo por las autopistas alemanas sin el menor esfuerzo aparente... y también por las largas rectas de Estados Unidos, donde se preveía que tuviera su principal mercado como ya ocurría con el 911.

Porque se alejaron del bóxer y pusieron un V8

El motor V8 de 4,5 litros y 240 CV. Foto: Porsche
El motor V8 de 4,5 litros y 240 CV. Foto: Porsche

Y eso lo hacía gracias a un motor de 4,5 litros con ocho cilindros en V e inyección mecánica Bosch K-Jetronic. Este V8 a 90 grados (que es la angulación ideal para este tipo de propulsores) proporcionaba 240 CV y le permitía ponerse a 229 km/h y llegar a 100 km/h desde parado en 7,5 segundos.

Pero ese V8 no estuvo muy claro. Los había optimistas, como el propio Ferdinand Porsche, que quería colocar un motor V10 (esto me recuerda a cuando Ferdinand Piëch, nieto de Ferdinand Porsche y sobrino de Ferry Porsche, quería meterle un motor W18 al Bugatti EB218). También se consideró un V8 más grande, de 5,0 litros y 300 CV e incluso uno más pequeño de 3,3 litros. Al final, en plena crisis del petróleo, se optó por la opción más racional.

Porque el diseño fue lo más de lo más

Ferry Porsche con un 928 en 1979 con motivo de su 70 cumpleaños. Foto: Porsche
Ferry Porsche con un 928 en 1979 con motivo de su 70 cumpleaños. Foto: Porsche

El Porsche 928 fue rompedor por muchas cosas. Por ejemplo, consiguió el premio de Coche del Año. Lo hizo en 1978 y desde entonces no ha habido ningún deportivo que se haya llevado este galardón.

Puede que parte de la culpa la tuviera el lápiz de Möbius cuando creó una silueta tan llamativa como futurista, pero también había otras cosas que lo hicieron especial. Por ejemplo, la carrocería del 928 tenía partes en aluminio: puertas, aletas delanteras y techo eran de este material, mientras que el resto era de acero galvanizado o de otros compuestos más novedosos como el poliuretano o el plástico para algunas partes de los paragolpes.

Sus faros escamoteables, prohibidos actualmente por ser peligrosos en caso de atropello, basaban su mecánica en la del Lamborghini Miura. Ahora forman parte de la misma gran familia, pero antes eran marcas muy separadas.

El Porsche 928 S apareció en 1980 y llegó con un pequeño alerón y 300 CV. Foto: Porsche
El Porsche 928 S apareció en 1980 y llegó con un pequeño alerón y 300 CV. Foto: Porsche

Por dentro, su espacioso interior tenía una visibilidad espectacular gracias a su gran superficie acristalada y a sus finos pilares A, B y C, algo que hoy pondría los pelos de punta al trabajador más calmado de EuroNCAP. Como dato curioso, fue el primer coche en el que el cuadro de relojes se movía junto con el volante al regularlo en altura

El Porsche 928 empezó a venderse en 1977 y estuvo presente en la vida de los aficionados durante nada menos que 18 años. En 1995 salió el último modelo: la unidad número 61.056, que dejó la gama de Porsche reducida a la mínima expresión: solo un modelo, el 911. Al final, el coche que debía sustituir al mito no pudo con él...