He viajado al Círculo Polar Ártico y conducir allí es toda una experiencia

Conducir en el Ártico
¿Un 'roadtrip' por carreteras heladas? ¿Quién puede negarse a esto?

He viajado al Círculo Polar Ártico... Sí, cualquiera con dos dedos de frente aprovecharía unas vacaciones invernales para huir del frío y marchar a un lugar donde poder ver pasar la vida con un mojito en la mano; pero en Top Gear España estamos lejos de ser cualquiera (y de tener abuela), así que decidí que pasar unos días en las proximidades del Polo Norte era una magnífica opción.

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Bueno, no voy a mentir, antes de tomar esta decisión también me había informado de lo que suponía conducir en el Ártico porque, ¿a qué amante de la conducción no le gustaría un 'roadtrip' por carreteras heladas y paisajes inhóspitos?

Además, como sabrás, el Círculo Polar Ártico es uno de los lugares favoritos por las marcas para someter a sus coches a situaciones extremas... Algo bueno tiene que tener. Por tanto, cogí la maleta hasta arriba de ropa térmica, y dos vuelos y nueve horas después -desde Madrid- ya estaba en Tromso (Noruega), uno de los lugares más septentrionales del mundo.

Agradecerás que las paradas de autobús estén al revés cuando haga -8 grados
Agradecerás que las paradas de autobús estén al revés cuando haga -8 grados

Mi idea aquí, además de disfrutar de las auroras boreales, era conocer lo que supone ser conductor y también peatón en un lugar donde las temperaturas rara vez superan en invierno los cero grados. ¿Cómo resulta conducir en el Ártico? ¿Cómo sobrevivir al tráfico? A continuación tienes una serie de consejos que debes seguir si quieres visitar la cima del mundo y disfrutar al volante o andando. 

Conducir en el Ártico: vas a necesitar un coche

Conducir en el Ártico

Lo primero que debes saber antes de preparar tu viaje al Ártico es que allí vas a necesitar un coche... sobre todo si de verdad quieres aprovechar lo que ofrece el lugar. Procura alquilarlo con tiempo o te arriesgas a llegar al aeropuerto y encontrarte con el cartel de 'agotado'. Y habla la voz de la experiencia...

En mi caso, cuando llegué a la oficina, las opciones eran escasas, pero me llevé un Audi A3 1.0 TFSI con cambio automático que no titubeo ni un segundo ante las congeladas carreteras (la imagen revela cuál sería el resultado final de meter un coche en una nevera). Lo que nos lleva directamente al segundo punto... 

Conducir en el Ártico

P.D. Si no quieres tener pérdidas de tracción y buscas un cero emisiones (o casi), también puedes recurrir a este otro medio de transporte...

Conducir en el Ártico: ¿necesitas un 4x4?

Conducir en el Ártico

La respuesta es NO, al menos no como obligación. Lo cierto es que en el Ártico la mayor parte de las carreteras están en muy buen estado y todos los coches llevan neumáticos de invierno -algunos también clavos-, que responden de una excelente manera ante las condiciones que allí suelen darse. Incluso aunque te sorprenda una gran nevada.

Conducir en el Ártico

Si vas a dirigirte a zonas de montaña, quizá debas plantearte algo más preparado al estilo de lo que ves en esta foto... Lo cierto es que ganas de conducir un coche así no te faltarán, sobre todo si quieres sentirte un auténtico aventurero. De todas formas, si alguna zona es complicada o entraña algún riesgo, habrá señales que te prohiban el acceso. ¡Mejor no jugársela!

Conducir en el Ártico: prepárate para 'otras' sorpresas inesperadas...

Conducir en el Ártico

Vale, tienes coche y estas conduciendo en el Ártico, lo que quiere decir que estarás rodeado de una naturaleza salvaje. Y por salvaje se entiende, por orden de espectacularidad: zorros, renos, osos... y alces. No es que los alces sean más impactantes que un oso pero su tamaño y cornamenta pueden hacer mucho daño a tu coche. Las señales te indican que alguno de estos animales puede aparecer de repente en la calzada -sobre todo si conduces de noche en busca de las auroras- y provocar un accidente. Así que presta atención... (por si te lo estabas preguntando: no, no me crucé ningún oso, tan solo un simpático zorro ártico durante toda la expedición).

Conducir en el Ártico: ¿salvemos el planeta?

Conducir en el Ártico

Cuando uno viaja al Ártico, lo hace con un gran cargo de conciencia, pensando que aquí arriba se están comiendo todo el marrón de los 'malos humos' que salen de los coches contaminantes viejos y diésel que a menudo conducimos en las zonas más centrales del planeta. Y es cierto.

Sin embargo, aunque es habitual ver coches híbridos y eléctricos, tengo que decirte que a menudo (muy a menudo) verás vehículos a los que una apisonadora destruiría de manera instantánea si se les ocurriera poner una sola rueda en Madrid Central.

Conducir en el Ártico

Y no, tampoco vi barcos eléctricos, pero es habitual encontrar depósitos de combustible diésel en las proximidades de los embarcaderos... ¡Ups!

Conducir en el Ártico: el tráfico tiene trampa...

Conducir en el Ártico

Tromso es la segunda ciudad más grande del Círculo Polar Ártico y una de las más importantes de Noruega, pero cuando pones un pie en el centro te sorprende la poca circulación que hay... ¿El motivo? En realidad, toda la red de calzada de la ciudad está bajo el suelo, en unos túneles subterráneos a través de los que se distribuye el tráfico. 

Tromso, Círculo Polar Ártico

Para viajar de una isla a otra podrás hacerlo atravesando ciertos puentes... ¡Y las vistas desde allí son alucinantes!  

Conducir en el Ártico: ser peatón es el verdadero peligro

Conducir en el Ártico

Ser peatón en el Ártico será mucho peor que conducir. ¿Por qué? Bien, vayamos por partes; en primer lugar, porque los resbalones estarán a la orden del día (consejo: cómprate arpones); a esto hay que sumarle que, en ocasiones, las aceras han desaparecido y que te tocará caminar por el borde la carretera.

Conducir en el Ártico

Tampoco hay pasos de cebra visibles en la mayoría de las ocasiones, aunque los locales suelen ser muy respetuosos y detener sus coches en medio de la nada para que pases; ¡ah!, por cierto, tendrás que acostumbrarte a los quitanieves (y a su ruido), puesto que trabajan sin descanso para dejar limpia y transitable la ciudad. 

Conducir en el Ártico: déjate llevar

Conducir en el Ártico

Conducir en el Ártico es toda una experiencia, aunque como comprobarás, tienes que estar preparado para posibles contratiempos. Una vez que decidas perderte por las carreteras heladas de ese paraíso en la Tierra -que por cierto, harían las delicias de Walter Röhrl- no querrás bajarte del coche nunca jamás... Bueno, quizá solamente para contemplar este espectáculo en el cielo. ¿Ya tienes pensado cuál será tu próximo 'roadtrip', verdad?