Lynk&Co, el 'Netflix' chino del coche por suscripción, quiere expandirse en España

Lynk&Co 01

Miguel Ángel Moreno

Lo cuenta Alain Vissier explica en una entrevista a Business Insider España

La economía de la suscripción es una tendencia imparable, y el sector de la automoción no es una excepción. Aunque muchas marcas están probando con modelos cercanos como el renting, como es el caso de las españolas Vamos y Bipi, todavía los fabricantes no han dado un paso decidido a ese camino.

Pero esto ya está cambiando. Es más, ya hay un fabricante que se denomina a sí misma "el Netflix de la automoción". 

Se trata de Lynk & Co, la marca de vehículos propiedad de la china Geely —dueño de, entre otras, la sueca Volvo Cars—, que ofrece en Europa un modelo de vehículos con suscripción con el que quiere abanderar el futuro del sector automovilístico.

"La industria automotriz no ha cambiado en un siglo. El modelo de negocio es el mismo que hace 100 años, producir coches y enviarlos a concesionarios que los venden. No puede ser que la sociedad cambie radicalmente y la industria automotriz no cambie en absoluto", reflexiona el consejero delegado internacional de Lynk & Co, Alain Visser, en una entrevista con Business Insider España.

Este experimentado ejecutivo de la industria automovilística, que pasó por General Motors y Opel antes de entrar en Volvo, decidió en 2015 cuando era vicepresidente de la compañía sueca proponer a la china Geely un modelo diferente: crear no una marca de coches, sino una de movilidad.

"Pensaban que estaba loco: sin concesionarios, un solo coche, dos colores, sin más opciones, y un solo precio. Estaban en 'shock', pero después de unos meses me dijeron que tenían algo de presupuesto. El primer día estaba solo, ahora somos unas 650 personas", relata Visser. "De alguna manera, lo que hago ahora es una revolución contra mi propio pasado", añade.

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Lynk & Co cuenta con un solo modelo, el todocamino SUV 01, y lo ofrece por una suscripción mensual de 500 euros, que da derecho a recorrer 1.250 kilómetros cada mes o 15.000 al año e incluye el mantenimiento. 

También existe la posibilidad de suscribirse de forma gratuita para reservar viajes particulares ene vehículos de otros miembros de la plataforma. "Simplemente bajas la app, eliges un coche que esté cerca de ti y recibes un código con el que puedes abrir el coche y conducirlo", explica Visser. 

En este caso, el pago por el uso se abonaría al miembro que es titular del vehículo, aunque es una modalidad todavía en desarrollo.

Superando expectativas y lidiando con la crisis de chips

Imagen del Lynk & Co 01, el primer y único modelo de la marca, por el momento.

Lynk & Co

Su propuesta está generando interés entre los consumidores europeos. Ya cuentan con 60.000 miembros en Europa, de los cuales 40.000 han solicitado el coche en suscripción. Y en España ya han superado las expectativas de este 2022: ya van por 3.500 miembros, personas que se han interesado por sus vehículos y han entregado más de 600.

"Para nosotros es una sorpresa, porque nuestro concepto es tener clubs, no concesionarios, y todavía no tenemos presencia física en España. Sin ninguna publicidad tenemos más de 3.500 miembros en España y unos 600 coches en la calle", afirma Visser, que asegura que abrirán su primer club en Barcelona, en el segundo trimestre de este año, y también uno en Madrid, sin fecha confirmada.

Durante 2021, Lynk & Co matriculó 527 vehículos en España, según datos del Instituto de Estudios de Automoción (Ideauto). Y han arrancado 2022 con fuerza. Solo en enero pusieron en las calles 112 unidades más, según la misma fuente.

Pese a ese crecimiento, los datos revelan su gran dificultad: satisfacer la demanda en un contexto de crisis de suministros, particularmente de semiconductores. "Hubiéramos preferido liberar más coches, pero nuestro problema está siendo la disponibilidad de chips. La demanda está siendo mucho más alta de lo que podemos liberar", reconoce Visser.

Precisamente de la situación con los chips dependerá el número vehículos que podrá entregar Lynk & Co en este año. "No podemos prever cómo será el suministro de chips, pero si tenemos los coches que necesitamos, la cifra será muy alta, seguro que más de 3.000 coches", declara Visser. 

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Su 01, inspirado en el Volvo XC40, se fabrica en Zhejiang (China), y desde allí se traslada a Bélgica, donde se distribuye a los 7 mercados europeos en los que están presentes: España, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Alemania, Francia e Italia. En Europa han entregado unos 8.000 coches, de los cuales más de la mitad han sido en el último año.

Su segundo vehículo será un eléctrico puro de batería, pero esperarán a que desarrolle más la infraestructura de carga, por lo que no esperan tenerlo hasta finales de 2023.

La compañía también ofrece la posibilidad de comprar el vehículo, valorado en 35.000 euros en su versión híbrida y 40.500 en la híbrida enchufable. 

De hecho, en China, Lynk & Co funciona como un fabricante tradicional que solo se dedica a la venta, con 250.000 vehículos vendidos en 5 años.

"El modelo de negocio de Europa es nuevo, y no lo ofrecemos en China porque cuando hicimos la prueba, los chinos se ofendían por no poder comprar. Para ellos comprar un coche es muy cool, el modelo de negocio es más tradicional", explica Vissier

"Los fabricantes de coches tienen que pensar si son Lufthansa o Boeing"

El CEO internacional de Lynk & Co considera que su propuesta es solo "el primer paso" de lo que será la realidad de la automoción dentro de dos o tres décadas: el paso de producto a servicio con el avance del coche autónomo.

"El mundo va a cambiar completamente cuando la conducción autónoma sea aceptada. En ese momento, en 20 ó 30 años, la gente no va a comprar un coche, sino que tendrá una aplicación como Uber, pero sin conductor, y cuando utilices un coche lo harás con tu aplicación, tendrás el coste de servicio y no tendrás el problema de aparcar. No tendrás un coche, sino una app", reflexiona.

Para Alain Visser, la propiedad de un vehículo será algo que solo querrá una minoría, vinculada al coleccionismo y las marcas de lujo. "Será cool tener un coche de combustión", añade.

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Esto afectará claramente a los fabricantes de automóviles, que tendrán que plantearse una decisión: ser el fabricante del producto o el proveedor del servicio. Una idea que el ejecutivo explica con una metáfora de la aviación.

"Desde hace 10 años digo que los fabricantes deben pensar si son Lufthansa o Boeing. Si vuelas a Madrid no dices 'voy en un Boeing' sino 'voy con Lufthansa'. Igual, no vas al centro con un Toyota Prius, sino en un Uber. La marca es el servicio y no el producto, y la industria automotriz no se da cuenta, que el servicio será más importante que el producto", afirma.

"En Lynk & Co somos producto y servicio. Por eso me gusta la comparación con Netflix, porque es una plataforma, pero también hace sus propias series", finaliza el consejero delegado de la compañía china que quiere ser la referencia del coche por suscripción.

Una historia publicada originalmente en BUSINESSINSIDER.es

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