¿Conocías este Aston Martin 'Cloverleaf'? ¡Ya no podrás olvidarlo!

Aston Martin Cloverleaf
¡Cuánto pedigrí en tan poco!

El Aston Martin 'Cloverleaf' no es un Aston Martin común. Cloverleaf es su apodo y el coche que se esconde tras él es en realidad el Aston Martin XR 1981, que fue fabricado en 1923 para competir, un año más tarde, en la famosa subida a la colina de Aston Hill, entre otras pruebas.

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Sin embargo, aunque hubo ocho unidades, solo una se atrevió a tomar la línea de salida por aquel entonces, enfrentándose a otros coches deportivos de la época, dos Bugatti y a otros dos Aston Martin. Quedó segundo en la clasificación y, ¡sorpresa!, es uno de los dos que todavía existen. 

Han pasado 95 años desde aquel momento y Aston Martin ha querido que su ‘Cloverleaf’ tuviera el homenaje merecido volviendo a enfrentarlo a la subida a la colina más famosa para Aston Martin, a la que bautizaron cariñosamente como ‘Aston Hill’, seguido de nuevo de un Bugatti para darle más realismo. 

Vídeo: ¡así vuelve el Aston Martin Cloverleaf a la colina de Aston Hill!

De ponerle a tono para repetir experiencia se ha encargado el especialista Ecurie Bertelli, una compañía con sede en las Midlands británicas que se encarga de gestionar el coche en representación de su propietario; y al volante ha estado Darren Turner, tres veces ganador de Le Mans y uno de los ases de Aston Martin Racing.

Este Aston Martin 'Cloverleaf' con chasis 1926 es además uno de los coches de carretera de Aston Martin más antiguos hoy en día y debe su apellido a su diseño interior, en el que los dos asientos delanteros y el único asiento trasero recuerda a la forma de un trébol de tres hojas. 

En cuanto a su mecánica, monta un motor de cuatro cilindros y 1.486 cc que ofrece la ‘friolera’ de 38 CV, lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 115 km/h; por cierto, hay que destacar que sus frenos en las ruedas delanteras eran una rareza en los años veinte y que es un excelente ejemplo de cómo fueron los comienzos de Aston Martin... aunque el Cloverleaf siguió compitiendo ¡hasta los años sesenta!

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