En concreto, el Cobra de Carroll Shelby se ha vendido por 5,94 millones de dólares, unos 4,9 millones de euros. Y la cantidad, aunque sea alta, tiene una razón, pues se trata de una de las joyas de la corona de Carrol Shelby. Se compró en 1965 y desde entonces ha permanecido en las mismas manos, aunque haya recibido diferentes modificaciones. Toda una leyenda que ahora tiene nuevo propietario.

 La subasta de Mecum en Kissimmee ha sido el escenario para que el Cobra de Shelby se vendiera. Nada menos que 46 años ha permanecido a Shelby y, desde entonces, ha sido mimado entre modificaciones y restauraciones. En 1966 llegaba la carrocería a las instalaciones de Shelby en LAX, completando el proceso de montaje de motor y caja de cambios el 3 de marzo de ese mismo año.

Se montó un V8 de 7.0 litros con código de motor 427. Se trataba de una mecánica “racional”, aunque teníamos que tener en cuenta donde iba montado. La unidad pasó por varias tonalidades, siendo el azul una de ellas o incluso el rojo. El Cobra incluso fue retocado de motor, recibiendo más potencia. Hasta 2016, cuando Shelby restauró por completo la unidad, la dejo en el gris carbón original y devolvió al motor 427 a su estado de origen.

Tras toda esta historia llegó a la subasta de Mecum. Alguien pagó por él la friolera de 5,94 millones de dólares. Si bien, hay que tener en cuenta que se pagaron 13,75 millones de dólares por un Shelby Cobra CSX 2000, concretamente la primera unidad. Se trata de más del doble de lo que se ha pagado por el Cobra de Shelby, un coche que se convirtió en el automóvil estadounidense más caro subastado nunca tras pasar por los 11 millones de dólares que alcanzó el Ford GT40 de 1968.

Sin duda joyas que cualquiera desearía tener, aunque fuera por un instante, en su garaje.