Ferrari 328: Y a los seis años resucitó

Gustavo López Sirvent

Fue abandonado, recuperado y tras un intenso lavado volvió a latir

No fue al tercer día, como Jesucristo, ni tampoco en Semana Santa. Pero este Ferrari 328 GTS resucitó tras seis años parado en un granero debajo de una lona. Larry Kosilla, un experto en lavados al milímetro de coches clásicos en Estados Unidos, se puso manos a la obra con este superdeportivo, con el que realizó, dicho sea de paso, un gran trabajo.

Según cuentan desde tierras estadounidenses, el dueño de este Ferrari sometió a su coche al ostracismo, en gran medida porque la pintura requería una buena inversión y, en menor escala, porque no se veía suelto al volante. 

El exterior ya tenía una pequeña restauración en el momento en el que el experto en lavados se hizo cargo del vehículo, pero cuando se puso manos a la obra se encontró con ingentes cantidades de polvo, suciedad y deterioro. Por otro lado, al abrir las puertas y entrar dentro, el estado del coche era más lamentable, destartalado, con moho y totalmente descuidado.

Captura de pantalla de cómo quedó el Ferrari 328 GTS.
Captura de pantalla de cómo quedó el Ferrari 328 GTS.

El maestro de las reformas de automóviles y su equipo de profesionales devolvieron la pintura roja brillante a su estado original, limpiaron incluso la parte inferior y se esmeraron con detalle a frotar con delicadeza las icónicas llantas de cinco radios hasta dejarlas relucientes.

El interior de este 328 GTS fue un calvario a la hora de limpiarlo. En el video se puede apreciar que se tuvo que mover todas las partes desarmadas fuera del coche y evitar todos los cables sueltos y piezas delicadas. 

El moho acumulado provocó que el team de Kosilla tuviera que tomar precauciones usando máscaras y otros elementos de protección. Tras muchas horas dedicadas a la mejora de Ferrari, incluidas sesiones de aspirado y fregado, el interior de este icono automovilístico también parecía nuevo. Todo un ejemplo a seguir para las empresas de lavado de coches.

Un automóvil muy real

Una de las muchas historias del Ferrari 328 GTS tiene al rey emérito Juan Carlos I como protagonista. El monarca utilizó este superdeportivo desde 1989 hasta 1992. Este modelo fue puesto a nombre de Nicolás Cotoner Martos. Hijo de Nicolás Cotoner y Cotoner -jefe de la Casa Real desde 1975 hasta 1990-, su nombre garantizó la discreción de su uso por parte del ex Jefe del Estado. 

El uso que le dio el emérito no fue muy prolongado, pero el hecho de que lo hubiera probado él provocó que este deportivo pasara por varios dueños hasta la actualidad. Un aspecto destacable que en todo ese tiempo no salió del país. Fue propiedad de un cirujano barcelonés y un coleccionista que han dejado el odómetro en tan sólo 38.000 kilómetros.