Vamos a por la quinta semana de confinamiento y por más que intentamos mantener nuestra mente distraída haciendo aerobic frente al sofá, comiendo cantidades ingentes de bizcocho y arrasando con todas las plataformas de entretenimiento digitales, hay un pensamiento obsesivo sigue en nuestra mente: queremos conducir. 

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Y una semana más pienso en qué me gustaría conducir hoy si pudiera salir de casa y reconozco las ganas que tengo de ver al recién presentado Audi RS 5 2020 con el paquete especial de aniversario inspirado en los '25 años de RS', porque podrá llevar el tradicional color azul Nogaro que lucía el coche con el que empezó todo: el Audi RS 2 Avant. 

Precisamente, hace cosa de un año tuve ocasión de conducir la unidad que ves en estas fotos durante unos kilómetros y la verdad es que hoy sería un buen momento para conducir un Audi RS 2 Avant.

Porque si mirar hacia el futuro después de este confinamiento da un poco de miedo, sería interesante conectar durante un rato con el pasado y evadirnos de la realidad, que a veces es un ejercicio sano. Y lo cierto es que al volante de un RS 2 Avant hay muchas cosas gratificantes en las que pensar. 

La primera, que gracias a aquella berlina familiar de prestaciones radicales y un elevado nivel de confort hoy podemos seguir disfrutando a lo grande de la filosofía que esconde Audi bajo las siglas RS: ‘Rennsport’ o deporte de carreras, en castellano. 

Porque gracias a los modelos RS, uno no tiene porque renunciar al espíritu de competición ni a la comodidad o la practicidad que la marca de los cuatro aros pone a disposición de quien, especialmente, viaja a bordo de estas carrocerías Avant. 

Audi RS 2 Avant: un compañero de kilómetros peculiar

Si comparas un Audi RS 2 Avant con, por ejemplo, un RS 4 Avant actual, verás que muchas cosas han cambiado; a bordo no encontrarás ni Audi Virtual Cockpit ni sistema MMI ni otras pantallitas con las que juguetear… pero a cambio encuentras un botón para el diferencial junto a la palanca y un cuadro de mandos de apariencia muy técnica, así como los relojes situados en la consola central que se encargan de indicar la presión del turbo y la temperatura del aceite.

Hoy en día eso no es lo habitual, pero de vez en cuando resulta satisfactorio volver a sentir que el coche te invita a participar de manera más consciente en la conducción. Y además te acoge de igual forma con unos sensacionales asientos de cuero Recaro. Aquí la comodidad no es una opción...

Aunque quizá, con 315 CV y 400 Nm y una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos, no sea tan potente ni tan rápido como un RS 4, es un deportivo explosivo, con un pedigrí único -recuerda que en él está presente la mano de Porsche- que te pide un tiempo para acostumbrarte a lo que exigía la conducción de un coche así a comienzos de los noventa. 

¿No te parece una buena opción para disfrutar de la libertad?