¿No sería bonito un Ford Fiesta RS? Quizá demasiado para ser verdad...

Ford Fiesta ST

Victor Delgado

Una vuelta de tuerca más al urbano más divertido del momento.

Si algo ha dejado claro Ford con la última entrega del Ford Fiesta en su versión ST es que el trabajo de puesta a punto y de generador de carcajadas al volante de este urbano deportivo ha sido excepcional. De matrícula de honor. Sin embargo, lejos de satisfacernos, esto me hace pensar (y mucho) en un utilitario llamado a marcar una nueva era: el Ford Fiesta RS. Un coche llamado a alzarse como un mito entre los mortales. Aunque sea como una versión especial y limitada. ¿Que por qué sería buena idea?

Un Ford Fiesta RS sería una idea grandiosa. Excepcional

Partiendo de la base que la prueba del Ford Fiesta ST nos dejó un sabor de boca inmejorable, la idea de que pueda haber un futuro e hipotético Ford Fiesta RS nos hace salivar como si nuestra boca fueran las cataratas del Niágara. Solo con esa razón, la del buen hacer del ST, ya sería suficiente para hacer una manifestación en la sede de Ford con el objetivo de conseguir un modelo del que ya tuvimos un aperitivo a mediados del año pasado. Aunque solo fuera un render.

Otro de los grandes argumentos para construir una versión deportiva del Ford Fiesta todavía más radical es su exclusividad. ¿Un Ford? ¿Exclusividad? Pues sí. El apellido ST se le queda pequeño y ya me imagino una serie limitada de un RS con... ¿300 CV? Sería el urbano con más potencia del momento. Un nivel que muy pocos coches del segmento B (que no estén preparados para competición, claro) han alcanzado. Lo cual le convertiría, nada más ser presentado, en toda una leyenda.

Ford Fiesta ST Ford Performance Edition
Ford

El precio también creo que sería justo. Si tenemos en cuenta que el Ford Focus RS de tercera generación, que todavía sigue a la venta, cuesta poco más de 40.000 euros, el Fiesta RS se iría a... ¿cuánto? ¿Un poco menos de 30.000 euros? Como mucho. Pongamos unos 26.000. Por soñar que no quede. Además, si reuniese todas las características que acabo de enumerar no harían falta muchos años para que consiguieras más dinero incluso del que habrías pagado por él como nuevo. Si es que quisieras venderlo.

Y ya, para culminar, se me ocurre que se le podría instalar un sistema de tracción total como el de la variante más potente del Focus. Con sus modos de conducción y todo, incluido ese que nos hace soñar y que responde al nombre de Drift. Exacto, para cuando te sientas juguetón y te apetezca ir un rato de lado. Como ves, la imaginación de un petrolhead no tiene límites. Esperemos que desde la marca del óvalo azul, al menos, se lo piensen un poco.