Opinión: ¿Los coches deportivos necesitan ser potentes?
La deportividad y la potencia suelen ir de la mano, pero ¿es necesario que exista la una para que se dé la otra?
Los coches deportivos siempre han estado asociados a las prestaciones, de manera que hay una creencia generalizada de que este tipo de modelos necesitan ser potentes. Ahora bien, ¿tiene que ser realmente así? Lo cierto es que la respuesta no es tan sencilla.
Si hablamos en general, podríamos afirmar que los deportivos tienen que contar con una alta cifra de potencia para ser considerados como tal. Ahora bien, no debemos olvidar que hay distintas clases dentro de esta clasificación y en algunas más que en otras tienen más peso las prestaciones. Es decir, en un superdeportivo sí se espera algo así, pero no en otros modelos.
Esto es así porque hay más factores que intervienen en este tipo de vehículos, como el disfrute de la conducción. De hecho, esto puede llegar a tener más importancia que las cifras de aceleración y velocidad, ya que en ocasiones puede transmitir una mayor impresión un coche ligero y ágil que otro de mayor cilindrada con demasiadas asistencias o con una conducción más artificial.
Para mí, un ejemplo de esto está en algunos coches eléctricos de carácter deportivo. Hay modelos que presentan cifras de potencia llamativas y una respuesta del acelerador sorprendente, pero me dejan algo frío en cuanto a sensaciones. Por supuesto, no siempre es así y hay otros sobresalientes, pero algunos de estos modelos no cuentan con ese factor de diversión.
Por otra parte, un Mazda MX-5 es capaz de hacérmelo pasar en grande con un motor de 132 CV y un cambio manual. Es más, esto también se aplica a algunos utilitarios y compactos deportivos ya clásicos, que ofrecen unas sensaciones difíciles de encontrar sin necesitar potencias espectaculares.
En definitiva, mientras un BMW X1 cuenta con 326 CV en el híbrido xDrive30e y berlinas deportivas como el Mercedes-AMG S 63 E Performance superan a superdeportivos como el Ferrari F8 Tributo con sus 802 CV, puede haya algo más allá de la potencia. ¿Importa? Sí, pero puede que las sensaciones al volante sean la verdadera clave para identificar un verdadero deportivo.