Seguro que al ver la foto de arriba has soltado alguna lagrimita, especialmente si tienes de 35 años en adelante. Más que nada porque entonces habrás vivido una época en la que un (relativamente) discreto sedán de tres volúmenes podría ponerte el pulso a mil.

Pero ahora vivimos otros tiempos. Y si antes lo que vendía era la deportividad, ahora toca hablar de lo 'eco', los materiales aptos para veganos, los coches eléctricos en cuya fabricación las emisiones, si no son neutras, son negativas...

Este es el Subaru más caro vendido hasta la fecha

Pero antes de que nos autoextingamos con tanto pretendido amor por el medioambiente (como si el que tiene un A8 4.2 FSI no pudiera ser ecologista), a lo mejor podría llegar el momento de hacernos esta pregunta. ¿De verdad el mundo es mejor sin las berlinas deportivas japonesas? 

Aunque Mazda ha tenido sus momentos con los MPS (sabías que en el año 2000 hizo un concept para ver la viabilidad de que un 626 MPS luchara contra los Evo y STI?, en realidad vienen dos modelos a la cabeza: el Subaru Impreza WRX STI y el Mitsubishi Lancer Evolution en cualquiera de sus ediciones.

Y es que parece que los aficionados están (estamos) deseosos de este tipo de modelos... o al menos de revivir lo que supusieron. Como ejemplo, un Evo VI Tommi Makinen Edition con pocos kilómetros perteneciente a Mitsubishi UK, que se vendió hace nada por más de 160.000 euros. Luego está el loco caso del Impreza STi 22B que se adjudicó en una subasta por más 300.000 dólares, lo que muestra hasta qué punto están dispuestos a pagar los más adinerados por este tipo de coches.

Cuando estos modelos se podían comprar nuevos, se les definía muchas veces como "matagigantes", "asesinos de deportivos". Pero el asesinato ahora tiene lugar en las casas de subastas: un McLaren 650S con kilometraje equivalente es más barato que ese Lancer. ¿Hay una lección aquí? Quizás sea el momento del regreso de la superberlina japonesa...

"Quizá ese Tommi Makinen de 160.000 euros se compró con una relación de precio/sensatez completamente desequilibrada"

Digamos, sin ningún tipo de esperanza, claro, que los altos mandos de Mitsubishi y Subaru están de acuerdo. Entonces llegaríamos a que un motor turbo de este tipo no pasaría ninguna prueba de emisiones, por lo que deberían ser electrificados de alguna manera. 

Quizá no será descabellado optar por algo completamente eléctrico: después de haber pasado un tiempo con los Porsche Taycan y Audi e-tron GT, se siente como una evolución natural de este tipo de coches.

La relación de Mitsubishi con Renault y la de Subaru con Toyota significa que hay una gran cantidad de tecnología eléctrica para cada uno. Quizás, en el caso de este último, incluso la tecnología de pilas de combustible de hidrógeno. El último Toyota Mirai no intenta ser especialmente bueno en zonas de curvas, aunque lo bueno le sale solo gracias a su división de peso 50:50 y su propulsión trasera. No deja de tener potencial.

Hay muchas posibilidades de que me equivoque, ya que la demanda de estos coches deportivos vino y se fue con el éxito del WRC (¿alguien se acuerda de que incluso los pusieron en la tele?) y la evolución del compacto deportivo: quizá la combinación de una carrocería compacta y la tracción total (como ocurre con el VW Golf R) sea insuperable...

Y lo que es más importante: quizá ese Tommi Makinen de 160.000 euros se compró con una relación de precio/sensatez completamente desequilibrada: alguien con tiempo y mucho dinero quería "ese" Evo VI. Pero colateralmente su valor se ha disparado porque es como una especie de fósil perfectamente conservado que habla de tiempos mejoras para la conducción, no porque algo de su tipo no exista nuevo.

Y probablemente nuestra visión como aficionados esté desviada de la realidad. Todos crecimos  adorando a los Evo, a los STi y a los héroes que los condujeron. Seguramente hay algo en los subidones de precio de estos coches que tenga que ver con la falta de interés por los coches nuevos de las nuevas generaciones, al menos en Europa...