¿A quién se le ocurre transformar un Gallardo en un Mustang?

Lamborghini Tractorri
El superdeportivo italiano deja atrás su esbelta silueta para convertirse en una versión del muscle car americano, el Tractorri.

Vaya por delante que, por norma general, defendemos que cada uno puede hacer con su coche lo que quiera: ¿pintura rosa con topos amarillo fosforito? Vale. ¿La carrocería tapizada con pelo? Él o ella sabrán lo que hacen. Pero hay cosas… hay cosas que simplemente no, no se pueden hacer, como por ejemplo coger a un majestuoso Lamborghini Gallardo y tunearlo de manera extrema para que acabe pareciendo un Ford Mustang. Suena a locura, pero es una realidad, y sí, lo primero que se viene a la cabeza es una sencilla cuestión: ¿por qué?

Es algo que nunca sabremos y que posiblemente ni siquiera seamos capaces de comprender, pero a su dueño le pareció buena idea y decidió llevarla hasta el final. Lo primero fue ponerle nombre a su proyecto y optó por ‘Tractorri’, suponemos que en referencia a los orígenes de la marca italiana, pero sin tener nada que ver con su nueva impronta americana.

Lo que resulta más sorprendente es que para conseguir tan peculiar resultado final el proceso fue extremadamente largo y complejo. Para empezar, se utilizó la base del Gallardo, tomando su motor, todo su apartado mecánico y el interior; para luego adaptarlo a la carrocería y el chasis de un Mustang de 2007. Dado el desajuste entre ambos modelos, hubo que rediseñar la distribución de los elementos y, de hecho, hasta emplear partes de dos unidades distintas del muscle car.

El frontal es la parte que está más conseguida, ya que es prácticamente igual al de la generación pasada del modelo americano, pero ya las llantas del Lamborghini, con unos enormes frenos detrás, dan un poco el cante. La zona intermedia sigue dando el pego, al menos si no se mira por las ventanillas, ya que asientos, salpicadero, etc. son del italiano; pero la zaga es un auténtico despropósito. ¿El motivo? Lo primero es porque por la luneta trasera se ve el motor V10 de 520 CV y lo segundo, porque se ha mantenido casi intacta la trasera del Gallardo, con sus pilotos rectangulares, las enormes salidas de aire y el escape doble central.

Fuente: Car Advice.