¿Son los deportivos pequeños los auténticos daily car divertidos?

Prueba Ford Fiesta ST 1.0

Victor Delgado

Tienes muchos y, en general, baratillos.

A lo largo de las últimas décadas hemos visto un montón de modelos que no necesitan costar un riñón para pasárselo bien al volante. No a todos les hace falta tener una historia detrás como la del Renault Clio Sport. Existen muchos que son grandes coches deportivos pequeños, aunque esto suene contradictorio. Vehículos que aparentemente podrían no ser nada del otro mundo, pero que te aseguro que después de conducirlos durante un rato te quedarás mirándolos embobado en el garaje. Y al irte a la cama, soñarás con despertar mañana para irte de curvas con ellos. O al súper. Qué mas da. Lo importante es exprimirlos un rato porque, al final, esa es la razón de ser de los coches deportivos.

Coches deportivos pequeños: la auténtica salud

Llegados a este punto te preguntarás por qué merece la pena comprar uno de los coches deportivos pequeños que se venden en la actualidad. Para empezar, se trata de modelos que no te costará mucho comprar, ni tampoco mantener. Uno de los estandartes entre los vehículos de este tipo es el Ford Fiesta en su versión más deportiva, ST. Tiene tres cilindros y, a pesar de ello, gasta muy poco combustible y suena que da gusto. Y lo más importante: tanto su puesta a punto como su motor te darán para una vida de diversión. Nadie que lo viese por la calle podría imaginar que ese pequeñín esconde esa bomba en cuanto pisas el acelerador.

Volkswagen Polo GTI trasera

Otro ejemplo, y muy diferente a pesar de ser igual (qué curioso, ¿verdad?) es la variante deportiva GTI del Volkswagen Polo. Tiene la misma potencia que el modelo americano, 200 CV, pero los extrae de un propulsor mucho más grande, con 2.0 litros de cilindrada. En términos generales se puede decir que se trata de un coche mucho más equilibrado. Es más amplio y su comportamiento es más neutro. Y corre igual, o más. También es algo más caro y menos emocionante que el Fiesta. Ofrecen, sencillamente, sensaciones diferentes. Pero lo importante es que no tendrás que comer mortadela en lonchas el resto del mes para pagar los neumáticos o el seguro.

Por supuesto, no podemos pasar del Abarth 595 si queremos contar todas las bondades de los coches deportivos pequeños. El italiano siempre ha sido uno de los estandartes de este segmento. Un coche derivado del inofensivo Fiat 500, pero con mucha mala leche. Su imagen deportiva ya nos deja entrever que no pasa nada bueno por su cabeza, pero cuando arrancas te das cuenta de que sus al menos 145 CV te van a dar unas cuantas alegrías. Su postura de conducción es un poco alta, pero dinámicamente va como un tiro. Eso sí, en coches como este Abarth el espacio pasa a un segundo plano. O a un tercero, e incluso a un cuarto.

Abarth 595 Pista 2019

Conclusión

Tener un coche deportivo pequeño es una de las grandes satisfacciones que se puede permitir casi cualquier petrolhead del mundo. No te hace falta ser directivo de una multinacional para permitirte uno, ni tendrás que renunciar a grandes cosas. Tienen el precio de compra y de mantenimiento de un compacto o berlina estándar, pero te darán muchas más alegrías al conducirlos. Sin embargo, debes saber que tendrás que renunciar a algo muy importante para muchos: el espacio. Por norma general es bastante limitado y quizás tener un segundo coche en el garaje sí que destroce tu economía. De ti depende, pero te aseguro que con uno en tu garaje podrás soñar despierto en muchas ocasiones.