¿Debe desaparecer el Honda NSX antes de convertirse en un coche eléctrico?

Honda NSX

El cese de la producción del Honda NSX de segunda generación se lleva a uno de los deportivos más icónicos de la historia, que no debería resurgir como eléctrico.

Hace unas semanas, el Honda NSX terminó su producción. Así se pone fin a la historia de un deportivo icónico que ha estado ligado a grandes personalidades como Ayrton Senna o a culturas como la de los coches japoneses o JDM. Sin embargo... ¿Debe ser en el futuro un coche eléctrico?

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Las informaciones apuntan a que el devenir de Honda (también el de Acura, que viene a ser lo mismo), pasará por reconvertir sus bólidos en eléctricos. Todavía no se sabe si con los mismos nombres, pero está claro que esa no es la estrategia a seguir. Este debe ser el fin del NSX tal y como lo conocemos, y su sucesor no debería llevar el nombre del actual superdeportivo.

Lexus o Lamborghini tienen claro cómo afrontar el futuro eléctrico

Honda NSX

El futuro será de los vehículos eléctricos y, a corto plazo, de los híbridos. Sin embarco, muchas marcas no reconvertirán sus actuales gamas y denominaciones a estos efectos. Menos si cabe, con coches realmente icónicos.

El futuro Lexus LFA en formato eléctrico se llamará, al menos por el momento, Lexus Electrified Sport. Así pasará también con los sucesores del Lamborghini Huracán y del Lamborghini Aventador, que encaran la hibridación de sus motores con una nueva generación de la gama.

Al igual que mantener en estos vehículos EV las clásicas salidas de escape falsas por un mero hecho de herencia y claros complejos hacia el mañana, otorgar el nombre de verdaderos clásicos a los futuros modelos carentes de motor de combustión, es un error.

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Las dos primeras generaciones del Honda NSX se han asociado siempre a un esquema de motor C30A o C32B en formato V6 atmosférico con sistema VTEC. O en el caso de la segunda versión, a un propulsor híbrido V6 biturbo con tracción integral.

Ese fue el último paso en beneficio de la sostenibilidad para un coche que ya ha terminado de producirse oficialmente y que es todo un buque insignia de rendimiento. Una situación que no viviría el Honda Civic, al carecer de una importancia histórica tan grande.

¿Nuevos nombres o electrificación de modelos históricos? He ahí la cuestión que trae de cabeza a muchas compañías y que está dividiendo el mercado. Si bien, la clave está en la renovación completa, sin anclajes al pasado, como se ha venido haciendo durante décadas.