Apagar las farolas disminuye los robos en el interior de los coches aparcados en la calle, según una investigación

Calle oscura con coches

Andrea Núñez-Torrón Stock

Lo dice una investigación británica

Cabría pensar que el contexto ideal para los ladrones que roban en el interior de los coches son las calles peor iluminadas, en las que poder perpetrar sus crímenes a la sombra y con menor visibilidad por parte de vecinos o viandantes. Sin embargo, una nueva investigación británica desmiente esta suposición.

Publicado en el Journal of Quantitative Criminology y realizado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM) y la UCL, este nuevo estudio sugiere que las carreteras donde el alumbrado público se apaga sufren menos robos que las más iluminadas

En las calles con iluminación nocturna parcial (PNL), en las que las luces se apagan entre la medianoche y las 5 de la madrugada, hay menos asaltos, concluyen los investigadores.

Para ello examinaron la tasa de criminalidad con datos registrados por la Policía de Thames Valley, e información sobre los cambios en el alumbrado público recopilada entre abril de 2004 y septiembre de 2013 en las autoridades locales de Oxfordshire, Reading y West Berkshire.

Durante el período de estudio de diez años hubo 283.275 delitos, de los cuales 79.000 (28%) correspondieron a delitos acometidos en vehículos. 

La tasa de robos en coches se redujo a la mitad

Los investigadores averiguaron que la tasa de delitos de este tipo por la noche se contrajo a la mitad en las carreteras iluminadas con PNL en comparación con las mismas calles antes de instaurar esta medida. En concreto, los delitos bajaron de un promedio de 12 robos por calle y mes a 6 por calle y mes cuando se redujo el alumbrado público. 

Un dato curioso es que el fenómeno coincidió con un incremento de 1,5 veces en los delitos de robos en vehículos en las calles cercanas, donde la iluminación permaneció encendida toda la noche. ¿Se mudan los ladrones a operar a las zonas circundantes más iluminadas? La investigación parece sugerir que sí. 

Sin embargo, menos delitos se desplazaron a estos lugares cercanos, lo que implica una reducción neta general de la delincuencia. No hubo evidencia de que los cambios de iluminación estuvieran asociados con cambios en los niveles de violencia, robo o allanamiento de morada.

Las tendencias de robo de coches son similares a las de robos en coches, aunque los autores recalcan que no son estadísticamente significativas, lo que puede deberse a que la cifra es menor que la de los robos en vehículos. 

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El proyecto LANTERNS fue encargado por el Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR, por sus siglas en inglés) para evaluar el impacto de la reducción del alumbrado público en dos importantes resultados de salud pública: las lesiones por accidentes de tránsito y la delincuencia.

"Hicimos esta investigación porque muchas autoridades locales en el Reino Unido han introducido iluminación nocturna parcial en caminos residenciales urbanos tranquilos y caminos rurales, con muy poco uso después medianoche, para ahorrar costos de energía y reducir las emisiones de carbono",  explica Phil Edwards, de LSHTM y LANTERNS Project Leader.

"Había preocupaciones de seguridad sobre esta política". No obstante, la conclusión del estudio es la opuesta: apagar las farolas entre la medianoche y el amanecer puede reducir algunas tipologías de delito como los robos. 

"Es probable que los delincuentes consideren que los costos de cometer un delito superen los beneficios, levanten sospechas entre los residentes y corran el riesgo de ser observados", indica Edwards. "A oscuras les puede resultar difícil ver si quedan bienes valiosos sin asegurar en los vehículos", apostilla. 

El estudio es interesante, pero tiene limitaciones

Entre las limitaciones del estudio, los hallazgos solamente pertenecen a una de las 43 áreas de la Policía en Reino Unido, y podrían no extrapolarse a nivel nacional. La hora exacta del delito no se conocía en todos los casos, por lo que no siempre pudo precisarse si aconteció antes de que se apagasen las luces o después de que se volviesen a encender. 

"El informe tampoco mencionó el impacto que tuvo la falta de iluminación en las personas mayores y más vulnerables en la sociedad: su miedo a la delincuencia y su renuencia a salir de sus hogares por la noche", señala por su parte Peter Harrison, director técnico de la Institución de Profesionales de la Iluminación.