El BMW Serie 3 GT que no triunfó: el que mucho abarca, poco aprieta

¿Por qué no triunfó la carrocería BMW Serie 3 GT?

BMW ha hecho muchas cosas buenas y otras no muy entendibles a lo largo de su historia. El BMW Serie 3 GT es una de estas últimas. Uno de los pilares fundamentales de la marca alemana siempre fue el diseño, y este BMW Serie 3 no gustó a prácticamente nadie.

Se trató de un coche que quiso combinar la altura de un SUV con un interior de berlina y una carrocería de tintes coupé. Llegó a los mercados de multitud de países en 2016, y solo tres años después, en 2019, se decidió discontinuar el modelo. El motivo no fue otro que económico, y no era para menos teniendo en cuenta los años venideros.

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Hasta la generación de BMW Serie 3 G20 se fabricaron con un nicho de mercado muy reducido, porque las opciones existentes eran más que suficientes. Un coupé para los que demandaban deportividad, una berlina para la familia, un touring también para la familia y sus bártulos... 

Incluso los clientes disponían de los modelos cabrio para disfrutar del viento en sus cabezas y de la versión BMW M3 para destrozar los neumáticos en algún que otro trackday. Todas las necesidades estaban completas.

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Entonces, ¿el BMW Serie 3 GT encajaba en algún lugar? Pues no, porque tampoco era un SUV. Y para eso ya estaban los BMW X3 y BMW X4 por precios más o menos similares.

La reestructuración económica de la compañía, el impulso de los coches híbridos y eléctricos así como el ascenso imparable de la demanda de los SUV, favorecieron que BMW prescindiera de su Serie 3 GT. Y sinceramente, es una de las mejores noticias posibles para la línea de coches más conocida de la marca.