El Estado de Alarma obligó a suspender las pruebas para obtener el carné de conducir y, cómo reconoció Pere Navarro en su comparencia en el Congreso de 16 de junio, 286.000 personas se quedaron sin poder hacer el examen. Pues bien, casi un mes después de ello, no solo no hay solución si no que la cifra ya supera los 300.000 alumnos sin prueba.

Aunque la DGT afirmó que los exámenes se seguirían realizando en verano, lo cierto que es que las Jefaturas de Tráfico siguen colapsadas. Hace unos días se anunció que los examinadores podrán hacer 12 pruebas al día (frente a las 10 actuales), pero lo cierto es que esa medida es insuficiente ante la cantidad de exámenes pendientes.

CNAE, la Confederación Nacional de Autoescuelas, pide por ello más soluciones por dos motivos. Por un lado la situación de las autoescuelas ya es complicada tras los meses de cierre. Por otro, la obtención del permiso de conducir es fundamental para conseguir algunos puestos de trabajo y de esta manera se está cerrando una puerta al mercado laboral a muchas personas.

Razones y soluciones al problema

Su presidente, Enrique Lorca, afirma que “La situación cada vez es más insostenible; la falta de examinadores y personal administrativo en las Jefaturas está provocando una limitación en los alumnos que podemos presentar a examen, lo que está motivando prórrogas de ERTEs y pone en serio riesgo puestos de trabajo e incluso el cierre de empresas".

Por ello, "“CNAE no pide que aumente el gasto público, sino la inversión pública: el servicio de exámenes de Tráfico es muy rentable y deja beneficios en las arcas del Estado. Cuidarlo sería una operación ganadora para todos: los ciudadanos, las autoescuelas y la Administración; en definitiva, para el país”.