El CERV III de Chevrolet, que significa Vehículo de Investigación de Ingeniería Corporativa Tres, fue un coche muy adelantado a su época, aunque ahora solo parezca un concept de otro tiempo. 

Se dio a conocer en el Salón del Automóvil de Detroit en 1990, cuando los coches empezaron a pasar de los diseños angulosos y en cuña de los años setenta y ochenta hacia algo un poco más fluido y de alta tecnología.

De hecho, los ingenieros dedicados al Chevrolet Corvette siempre habían estado maquinando: por ejemplo, idearon un Corvette de cuatro plazas que nunca llegó a fabricarse.

¿Si existe el 3, existen también el 1 y el 2?

Así es. Se trataba de otros dos vehículos de prueba. El primero tiene fecha de 1960 y el segundo data de 1964. El primero fue diseñado para ser un vehículo de carreras descapotable y el segundo un prototipo de vehículo deportivo con algunas soluciones tecnológicas. 

Incluso hubo un CERV-4 en 1992, que era un prototipo utilizado para el desarrollo Corvette C5 de 1997, pero que tenía un ligero matiz en esa 'C': significaba Corvette Engineering Research Vehicle, por lo que realmente debería haber sido CERV-1. 

¿Para qué sirvieron los I y II?

La función del primer CERV era que los ingenieros pudiesen probar diversos set-up de conducción y descubrir cómo construir un vehículo de alto rendimiento

El segundo tenía más que ver con la potencia: su espectacular V8 lo llevó de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 340 km/h.

El tercer vehículo de investigación consistió en reunir un paquete de las últimas características de alta tecnología para crear un vehículo realmente rápido.

¿Y qué había bajo el III que resultara interesante?

El CERV III equipaba dirección en las ruedas traseras, suspensión activa controlada por ordenador y utilizaba materiales como fibra de carbono reforzada con Nomex y Kevlar para obtener el menor peso posible.

En el interior no tenía gran cosa. Al tratarse de un prototipo puramente de ingeniería, no estaban dispuestos a permitir que los diseñadores les llenasen el coche de materiales premium y líneas agradables a la vista.

El motor de este vehículo no se encontraba bajo el capó delantero, sino en la parte trasera. Los ingenieros de Chevrolet se estaban volviendo un poco locos con este diseño y pensaron que sería buena idea hacer un Corvette con motor central. ¿Te suena de algo esto?

Montaron un V8 biturbo de 5,7 litros afinado por Lotus detrás de los asientos. Con sus 659 CV registró un 0 a 100 km/h de 3,9 segundos y una velocidad máxima de 362 km/h.

¿Y si se hubiera fabricado?

Si hubiese llegado a las carreteras, habría sido uno de los Corvette más llamativos. De hecho, cuando se inició el proyecto CERV III, la fecha de lanzamiento del Corvette C5 estaba prevista para 1993. 

Se puede apreciar parte del C5 en el techo y el capó, pero la fecha de producción se retrasó más y más a medida que Chevrolet sufría problemas financieros.

Finalmente, los ingenieros se vieron obligados a quitar toda la fantasía que habían imaginado y terminó pareciéndose mucho al modelo de la cuarta generación, mientras que el motor central no llegó hasta el año 2020.

El prototipo original ahora se encuentra dentro del Heritage Center de Chevrolet, que no admite visitas, pero ocasionalmente abre sus puertas para grupos y conferencias. 

Si te ha llamado la atención y te gustaría experimentar la potencia bruta de un Corvette de motor central de alta tecnología, entonces la mejor opción que te ofrecemos es la de buscar un modelo nuevo. Tan solo tardó 20 años en fabricarse, pero el futuro terminó llegando.