Por esto los coches americanos se venden tan mal en Japón

Japón es el tercer mercado automovilístico mundial, pero los americanos 'no se comen un rosco' allí. ¿Sabes por qué?

Echa un vistazo a la galería sobre estas líneas. Tienes en ella un perfecto exponente de los coches americanos más típicos: grandes, agresivos, potentes, rudos. Suelen gustar en casi todo el mundo, pero en Japón no triunfan. Y precisamente es el mercado nipón el que ha atraído la atención de los estadounidenses recientemente, como explican en Carbuzz, debido a las declaraciones de Donald Trump (aquí están todos los vehículos del presidente de los USA, por cierto). Habla sobre el desequilibrio comercial, especialmente patente si se comparan las ventas de los mencionados coches americanos en el territorio oriental (donde los automóviles de las marcas niponas representan el 90% de las matriculaciones) con las de los modelos japoneses en el mercado americano: Nissan, Toyota, Honda… copan el 39% de la cuota, frente al 45% de las compañías patrias en la tierra de las oportunidades.

La razón de estas cifras tan descompensadas podría estar en los concesionarios, según The Atlantic. La administración Trump se inclina hacia políticas proteccionistas, que llevan a los compradores de vehículos nipones a inclinarse por los modelos fabricados en los USA y a las marcas extranjeras a esforzarse más para competir, pero eso no explica todo el cuadro. Tampoco lo hace el hecho de que, tradicionalmente, los coches americanos se han considerado de peor calidad que los japoneses; quizá eso era cierto en el pasado, pero los ‘yankees’ se han puesto las pilas en este apartado. Así que la causa, siempre de acuerdo a lo que dice The Atlantic, es que las compañías estadounidenses intentan vender automóviles en Japón utilizando instalaciones que operan de forma similar a como lo harían en norteamérica. Y los habitantes del país del Sol Naciente, simplemente, no compran así.

7 coches americanos que deberían venderse en Europa.

Allí no se presiona al cliente: ofrecen un par de pruebas del coche al potencial interesado y, si el proceso acaba en un pedido, los concesionarios proporcionan cosas como el seguro, que te llevan a casa para rellenar contigo, o un servicio de recogida y entrega cuando el vehículo para las revisiones (gratuitas) de mantenimiento. Proponen lavados (también sin coste alguno) como extra, lo que les sirve para fidelizar ese usuario y mantener una relación estrecha con él. Pero las marcas americanas aún se muestran reticentes a invertir en este modelo de ventas.

Las bajas cifras de operaciones en Japón provocan que las compañías estadounidenses no quieran meter dinero en llevar sus distribuidores nipones al mismo nivel que los de sus rivales locales, con lo que tenemos la pescadilla que se muerde la cola. Pero sabiendo que hablamos del tercer mercado automovilístico mundial, los beneficios serían enormes.

Por otra parte, los fabricantes americanos tampoco se han preocupado en exceso por hacer que sus propuestas sean más atractivas para los compradores orientales. Buick y Lincoln cuentan con versiones de batalla extendida para China, si bien aún deben diseñar los vehículos más pequeños y ligeros que demandan las saturadas ciudades niponas. Este tipo de cambios, que exige tomar un par de decisiones y realizar alguna inversión, mostrará si realmente hay una intención de ‘conquistar’ Japón.