La gran historia de por qué Mazda desmonta sus coches para venderlos en Rusia

Si siempre soñaste con viajar en el Transiberiano, esto te gustará...

9.300 km. Esta es la distancia que separa Vladivostok de Moscú, con una gran estepa siberiana de por medio. Y este es el principal motivo por el que Mazda desmonta sus coches para venderlos en Rusia, pues la mejor manera de atravesar esa distancia es a través del tren Transiberiano. Un proceso largo… ¿y complicado?

Fue en 2008 cuando Mazda Rusia decidió utilizar este medio de transporte para llevar los Mazda fabricados en la planta nipona de Hiroshima hasta Moscú. Y para ello, en primer lugar los coches deben ser llevados en barco desde Japón a Corea, donde los Mazda son desmontados y metidos en contenedores.

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De allí, su siguiente destino es el puerto ruso de Zarubino (cerca de Vladivostok) donde vuelven a montarse en una planta que posee Mazda con su asociado OJSC Sollers. Entonces es cuando comienza la segunda parte de su aventura… en este mítico tren: los Mazda CX-5 y Mazda6 son transportados en los vagones a Moscú a través de la ruta transiberiana. 

Los coches quedan anclados a través de un sistema concreto desarrollado en exclusiva para esto que bloquea las ruedas pero protege la carrocería. De ocho a diez vehículos caben en cada uno de los vagones especiales y en total, hay unos 32 vagones… por lo que hay unos 600 coches por convoy, tal y como informan desde; sin embargo, los vehículos pueden ser transportados también en convoyes estándar de carga. En el primer caso, se tarda entre diez y doce días en llegar a destino; en el segundo caso, entre catorce y dieciséis. ¡Qué locura! 

Porque además de esto, la red ferroviaria incluye otros ramales con instalaciones de descarga en Mikh­nevo, Novosibirsk, Ekaterimburgo, Beloostrov y Kropotkin, que permiten distribuir los vehículos por otras regiones del interior.  Puede parecer un trabajo algo pesado y lento, ¿no? Pues en cierto modo lo es… pero de él se obtienen múltiples beneficios.

Y es que con este sistema no solo se consigue ahorrar los costes arancelarios de importación en Rusia (del 20%) sino que permite acortar en 30 días la entrega de los Mazda. Por desgracia, esta gran historia, que puede parecer de película, tiene los días contados. En 2019 la planta rusa de Mazda producirá los vehículos, lo que reducirá tiempos e iniciará la producción local de motores en Vladivostok. Aun así, la importante labor del Transiberiano y Mazda pasará a la historia.